Lejos de ser un problema menor, las úlceras por presión, dolor aparte, pueden conducir a la muerte si no se tratan adecuadamente. Por suerte, cada vez contamos con personal sanitario más cualificado y con material sanitario especial para subsanar sus incomodidades y potencial peligro.

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Una de las complicaciones más temidas secundarias al encamamiento prolongado y/o situaciones de inmovilidad, es la aparición de úlceras por presión, definidas por el Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en Úlceras por Presión y Heridas Crónicas (GNEAUPP) como las lesiones producidas en la piel de cualquier parte del cuerpo causada por la presión, fricción y/o fuerza externa de cizalla, generalmente prolongada, entre una superficie externa y un plano óseo. Esta presión sostenida, cuando dura el tiempo suficiente, daña los tejidos blandos subyacentes al impedir el riego sanguíneo de la zona. Si esa irrigación se interrumpe durante más de 2 o 3 horas, la piel muere, comenzando por su capa externa (la epidermis).



Ligado al envejecimiento

Aunque no se trate de un problema exclusivamente geriátrico, lo cierto es que a partir de los 75 años de edad la piel se vuelve más laxa y arrugada, y existe una tendencia a perder tejido celular subcutáneo y a producirse deshidratación. Por lo tanto, el envejecimiento es una causa intrínseca y uno de los motivos que explican que el 70 de las úlceras por presión se produzcan en mayores de 75 años, momento en que se producen una serie de cambios fisiológicos en la piel y tejido celular subcutáneo favorecedores de la aparición de estas lesiones.



 



Cuando el enemigo es tu cama

Aunque las úlceras pueden producirse sobre la piel de cualquier superficie ósea, más del 90% de las mismas suceden en la parte inferior del cuerpo, siendo los trocánteres (huesos de la región de las caderas), el sacro, los glúteos y los talones las localizaciones más frecuentes. Su clasificación se realiza en cuatro grados, en función del área de piel afectada y de si existe o no pérdida de la piel y necrosamiento de los tejidos. Los factores que más inciden en su producción son:

  • Fricción, roce o frotamiento: presente en determinadas maniobras como movilización inadecuada del cuerpo del paciente en la cama, con el consiguiente roce con las sabanas o con la ropa.
  • Cizallamiento: este efecto está presente por ejemplo cuando la cabecera de la cama se eleva y el tronco se desliza.
  • Humedad: que reblandece, macera y erosiona la piel favoreciendo la aparición de lesiones.



Complicaciones

Las úlceras por presión pueden originar complicaciones locales y generales, algunas de ellas muy temidas como la sepsis. Dolor en la zona, infección local, osteomielitis (infección del hueso), artritis séptica (infección de la articulación), celulitis, anemización, hipoproteinemia (disminución de las proteínas) son complicaciones que se derivan en muchas ocasiones de estas lesiones.

Asimismo, cualquier enfermedad que provoque inmovilidad puede favorecer la aparición de úlceras por presión, como accidentes cerebrovasculares, fracturas de cadera o vertebrales, demencias en grado avanzado, parkinsonismos, diabetes complicada, cáncer avanzado, enfermos pulmonares y cardíacos en fase terminal, etc. También existen signos y datos analíticos generales, presentes en muchas patologías, que predisponen a la aparición de las úlceras por presión, como son los edemas, fiebre, la anemia, el déficit en el estado nutricional (pérdida de peso, hipoalbuminemia) o disminución del nivel de conciencia.



 



Medidas preventivas



 

    1. Identificar pacientes en riesgo, para lo que los profesionales utilizan instrumentos o escalas clasificadoras según el riesgo de ulceración.
    2. Reducir la presión, cambiando de posición al paciente encamado cada de 2-4 horas, y con intervalos inferiores a 1-2 horas en situaciones de sedestación. El uso de almohadas ayuda también a aliviar la presión, y facilita mantener la alineación corporal correcta, lo cual también es otra medida necesaria en un programa de prevención. El efecto de cizallamiento, comentado anteriormente como causante de las ulceras por presión, puede evitarse no elevando la cabecera de la cama más de 30º, impidiéndose así el deslizamiento del paciente. Los calcetines de algodón no quitan presión, sino que sirven para evitar situaciones de fricción. Por otra parte, en el mercado existen diferentes dispositivos estáticos (sistemas de protección para los talones, tobillos o codos, cojines o colchonetas) y dinámicos (colchones y colchonetas de aire con presión alternante) que ayudan a disminuir la presión en las zonas de mayor riesgo.
    3. Cuidar la piel: el examen rutinario de la piel, su mantenimiento limpia y seca evitando la humedad excesiva, son medidas que ayudarán a prevenir la aparición de úlceras por presión. Es necesario un cambio frecuente de pañales, y lavar e hidratar con cremas la zona húmeda después de cada cambio. A veces, es necesario incluso el uso de sondas urinarias para evitar la incontinencia y la humedad. Otro punto muy importante es la hidratación de la piel mediante cremas cutáneas, ya que la sequedad extrema puede provocar este tipo de lesiones al disminuir la flexibilidad cutánea.
    4. A veces también se recomiendan suplementos vitamínicos y minerales. Una correcta ingesta hídrica también es imprescindible en la prevención. Por tanto, se debe recomendar beber más de dos-tres litros de agua al día, ya sea en forma liquida o gelificada.



GNEAUPP: en reciclaje constante

El índice de las úlceras por presión (UPP) es uno de los indicadores de calidad más representativo de los cuidados de Enfermería ya que, su buena evolución y resolución marca los niveles asistenciales tanto a nivel intrahospitalario como extra hospitalario. Por ello, el Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento de Úlceras por Presión y Heridas Crónicas (en adelante GNEAUPP), proporciona asesoramiento y directrices sobre prevención, tratamiento, epidemiología, etc., a fin de mantener constantemente  informados y reciclados en las últimas novedades a estos profesionales implicados en el manejo de las úlceras por presión.

 

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Redacción Consejos

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