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Según los datos del Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI), las mujeres son más propensas que los hombres a sufrir Incontinencia Urinaria en una proporción del 24% frente al 7% de hombres afectados. Igualmente se trata de un patología muy frecuente en el anciano frágil, con un gran impacto en su calidad de vida.
Las mujeres son más propensas que los hombres a sufrir Incontinencia Urinaria (IU). Según los datos del Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI), se estima que la prevalencia media en la población femenina española es del 24% frente al 7% de los hombres, siendo este porcentaje mucho menor en mujeres jóvenes que en la madurez.
Así lo afirma la doctora María Jesús Cancelo Hidalgo, jefe de sección del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario de Guadalajara y miembro permanente del ONI, en el análisis de los factores predisponentes para la incontinencia de orina en la mujer, que ha realizado en La Biblioteca Audiovisual ONI . Según esta experta, la primera explicación estriba en los factores anatómicos, al ser la uretra femenina más corta que la del hombre, lo que la hace más propensa a la incontinencia. Otro de los factores que explican este hecho son las lesiones (traumas obstétricos) y las distensiones que pueden producirse por sobrepeso, tos crónica, trabajo con peso o algunos deportes en los que se requiere fuerza. Sin olvidar el embarazo y el parto que también pueden provocar incontinencia, aunque en estos casos, y en buena parte de ellos, suele ser reversible. Por último, también la diabetes junto a la obesidad tienen una clara relación con las pérdidas de orina.
Además de los factores mencionados anteriormente, la ingesta de medicamentos (diuréticos, hipnóticos o benzodiazepinas) o los antecedentes obstétricos (número y tipo de partos o complicaciones del mismo) pueden desencadenar también incontinencia. Igualmente, los
Cuanto antes mejor
Para la doctora Cancelo, la IU debe evaluarse en las fases iniciales, ya que hay medidas y soluciones que pueden ayudar a corregirla y/o a paliarla, mejorando la calidad del vida de la paciente. Por ello, ante cualquier duda, es aconsejable acudir al profesional sanitario para que haga un estudio de las circunstancias que están provocando esta patología. Con un estudio global, una exploración física y la analítica pertinente, el profesional ya puede clasificar la incontinencia, que puede ser de esfuerzo, urgencia o mixta, y tomar las medidas adecuadas para corregir el problema o bien derivarlo al especialista.
Qué hacer
Aunque el abordaje terapéutico varía en función del tipo de incontinencia, la doctora Cancelo considera que hay una serie de recomendaciones muy útiles que pueden ayudar a paliar y, en algunos casos, a corregir la incontinencia urinaria.
– Reducir peso en mujeres obesas.
– Corregir la bronquitis.
– Corregir el estreñimiento.
– Hacer ejercicios de suelo pélvico (en la web de ONI se puede acceder a estos ejercicios en el programa de entrenamiento del suelo pélvico).
– Igualmente, recomienda otras medidas higiénico dietéticas: evitar el uso de sedantes nocturnos, reducir el consumo de sustancias excitantes, hacer un poco de ejercicio físico, utilizar ropa cómoda y tener una ingesta de líquidos adecuada, sin restringirla.
A vueltas con los absorbentes
Este apartado es muy importante en todos los temas relacionados con la IU. La doctora Cancelo aconseja utilizar los absorbentes adecuados para contener la cantidad de orina y en ningún caso sustituirlos por compresas menstruales. El absorbente debe de ser el adecuado a la severidad de la incontinencia, a la movilidad y a la talla del usuario, mejorando con ello y de manera inmediata, su calidad de vida.
Impacto en la tercera edad
Un colectivo que merece especial atención respecto a la Incontinencia Urinaria (IU) por el impacto que tiene en su calidad de vida es el de la tercera edad. Según el doctor Carlos Verdejo Bravo, director de la Unidad de Incontinencia Urinaria del Servicio de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y miembro permanente del ONI el impacto en la calidad de vida llega a ser superior al que tiene el infarto de miocardio o la diabetes.
En primer lugar, el doctor Verdejo nos acerca a la realidad del anciano frágil: se trata de una persona que supera los 80 años, padece un elevado número de enfermedades, lo que generalmente supone el consumo de varios fármacos. Además, suele tener algún deterioro funcional y vive solo. Estas circunstancias hacen que sea un paciente proclive a sufrir Incontinencia Urinaria. Para el doctor Verdejo Bravo existen varios factores que desencadenan la IU en un anciano frágil: enfermedades asociadas a la IU (diabetes, obesidad, insuficiencia cardiaca, depresión…); los de origen neurológico (ictus, párkinson, demencia o hidrocefalia); los de carácter ginecológico (varios partos, cirugías…). A todos éstos se une el deterioro funcional con escasa movilidad o dependencia y las barreras arquitectónicas, algo realmente importante y que, muchas veces, no se tiene en cuenta. Tampoco debe olvidarse el elevado consumo de algunos medicamentos (diuréticos, hipnóticos o antidepresivos…) que puede estar muy relacionado con la aparición o el empeoramiento de la IU. Adicionalmente, es necesario tener en cuenta otros aspectos, que repercuten de manera importante en su salud, como son las infecciones urinarias, las úlceras, el insomnio o la ansiedad, que aumentan el aislamiento social de este tipo de pacientes y que además suponen un elevado coste. Por ello, el doctor Verdejo Bravo recomienda a los profesionales sanitarios realizar un diagnóstico individualizado, cuyo objetivo sea adaptarlo a las necesidades de cada paciente, sus expectativas de vida, así como a conseguir el mayor grado de colaboración.