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Según el Estudio Prospectivo Delphi sobre salud bucodental se prevé que la demanda global de cuidados dentales aumente de aquí al año 2020 una media del 67,5%. Y si hacemos especial mención a la tendencia de los tratamientos estéticos hay una previsión de aumento del 95,7%. Estos datos indican que los profesionales dedicados a la salud oral tenemos una responsabilidad muy importante con los pacientes para ofrecerles el mejor cuidado, no solo a nivel de enfermedades bucodentales sino también a nivel estético.
Una vez que el aspecto médico está solventado el paciente también se preocupa del aspecto de sus dientes y encías y consulta abiertamente al odontólogo por la posibilidad de corregir algún defecto en su dentadura que, ya por vergüenza o por pensar que no hay una solución aparente, nunca se atrevió a consultar con el profesional.
Todos sabemos la seguridad y positividad que transmite una sonrisa bonita y también la desconfianza e intranquilidad que se genera cuando somos conscientes que no podemos sonreír con total libertad porque tenemos algún defecto en los dientes. Muchas veces el problema no se refiere a una cuestión estética, pero aunque así lo fuera, tampoco podemos considerar una cuestión baladí tratar un aspecto estético que al paciente le puede estar provocando un problema psicológico o emocional.
Lo interesante de vivir en el siglo XXI es que la tecnología nos proporciona las herramientas necesarias para ofrecer soluciones a prácticamente cualquier problema. Uno de los asuntos que más preguntas y consultas suscita entre nuestros pacientes es la alineación imperfecta de los dientes. Sobre todo si el paciente es adolescente, en período de crecimiento, o en su juventud, este aspecto provoca siempre inestabilidad, ya que la dentadura no se puede esconder y un pequeño defecto perfectamente visible puede representar un desequilibrio en nuestro día a día que a veces puede convertirse en una verdadera obsesión.
La clínica González Baquero, a la vanguardia siempre en todo tipo de tratamientos y desarrollo tecnológico, ofrece una solución muy interesante a los problemas de alineación dental. El tratamiento Invisalign, la ortodoncia invisible, es un procedimiento diseñado y comprobado para que el paciente se olvide completamente de que lleva un corrector en su dentadura.
El sistema se basa en una serie de alineadores transparentes y removibles, de colocación muy sencilla, que consiguen la alineación perfecta de los dientes con mayor eficiencia y seguridad y en menos tiempo que la ortodoncia tradicional. Antes de iniciar el tratamiento el paciente podrá comprobar mediante un avanzado programa de animación en 3D cómo sus dientes poco a poco se van alineando, de esta forma puede seguir el proceso completo y ver al resultado final antes de comenzar.
Lo más importante de Invisalign es que el paciente no tiene por qué cambiar sus hábitos diarios. Puede seguir cepillándose los dientes con normalidad o usar hilo dental sin ningún problema. Otros impedimentos como la acumulación de restos de alimentos o la inflamación de encías aparecen en otras técnicas pero no con Invisalign. El paciente no tiene que llevar incómodos aparatos de metal o alambres, evitando de esa forma dolor o posibles heridas en las encías. Los alineadores son individuales, removibles y casi invisibles, se adaptan perfectamente a los dientes y eso hace que la normalidad durante el tratamiento sea prácticamente del cien por cien.
Este es solo un ejemplo de cómo un tratamiento eficiente y con un desarrollo tecnológico adecuado, puede solucionar para siempre un problema médico o estético que ha convivido con el paciente durante mucho tiempo o incluso toda su vida, dejando por fin a un lado esa carga.
Quizá ese tratamiento ha conseguido hacer feliz a una persona que se había acostumbrado a un problema y que no había pensado que la solución estaba más cerca de lo que pensaba. ¿Acaso no es cierto que los profesionales médicos estamos para hacer feliz a la gente y solucionar sus problemas? ¿Acaso al paciente no acude al profesional esperanzado e ilusionado para solucionar sus problemas como si fuéramos una especie de mago con varita mágica y sombrero de copa?
Pues sí, es cierto. Nuestra experiencia nos da la razón. Para eso nos hemos especializado, para eso seguimos estudiando, para eso acudimos a los congresos, para enterarnos de los últimos avances tecnológicos, de los últimos casos clínicos. Solo con un objetivo prioritario: desarrollar nuestro trabajo lo mejor posible para que el paciente exima una sonrisa de satisfacción y nos agradezca emocionado que su problema al fin se ha solucionado. Esa y no otra, es nuestra razón de ser profesional.