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La Plataforma Alerni (www.alerni.es) es un programa educativo y acreditado dirigido a profesionales sanitarios implicados en el diagnóstico y abordaje de los niños con alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV). Este proyecto ha sido desarrollado por la compañía Mead Johnson Nutrition en España con la colaboración de un panel internacional de expertos en alergias alimentarias procedentes de Dinamarca, Polonia, Alemania, Bélgica y España.
La alergia a las proteínas de la leche de vaca es la principal causa de alergia alimentaria en niños en periodo de lactancia y menores de 3 años. De hecho, se estima que este tipo de alergia afecta en torno al 3% de los bebés. El protocolo de tratamiento consiste en la eliminación de la proteína de la leche de vaca (PLV) de la dieta, pero a diferencia de lo que ocurre con otras alergias alimentarias, los pacientes con alergia a la PLV desarrollan la tolerancia oral de forma natural. No obstante, cuanto antes se desarrolle esta tolerancia, antes se podrá abandonar la dieta exenta de proteínas de leche de vaca.
Con el objetivo de fomentar la formación de los especialistas acerca del conocimiento sobre la nutrición infantil, como medio para conseguir un mejor manejo y abordaje de las alteraciones alimentarias en la infancia, Alerni ofrece recursos de calidad y una formación acreditada con 9,5 créditos por la Comisión de Formación Continuada de las profesiones sanitarias de la Comunidad de Madrid.
En este sentido el doctor Juan J. Díaz Martín de la Sección de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital Universitario Central de Asturias (Oviedo) señala «la eliminación de la PLV de la dieta limita de forma importante la vida del niño y de su familia, sobre todo si la alergia persiste por encima de los 4 años de vida. Se han descrito casos de reacciones graves, incluso mortales tras la exposición inadvertida a la PLV, por tanto, que el paciente sea capaz de tolerar la leche cuanto antes supone un gran beneficio para el propio paciente y para su familia».
En este sentido la doctora Ana María Plaza, Jefe del Servicio de Alergia e Inmunología Clínica del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y Presidenta de la Sociedad Española de Inmunología clínica, Alergología y Asma pediátrica (SEICAP) señala “Si la alergia a la leche de vaca persiste, la dieta de alimentos sólidos del bebé se limita porque no pueden consumir productos lácteos elaborados a base de leche de vaca ni productos derivados que contengan esta proteína. La exención incluye productos aparentemente no lácteos que, en muchas ocasiones, contienen proteínas lácteas en su composición, como embutidos o salsas”.
Actualmente, el diagnóstico y manejo de la enfermedad todavía supone un reto que impacta en la calidad de vida de los bebés alérgicos y de sus familiares y en la utilización de recursos del sistema sanitario. De hecho, se estima que los bebés con alergia a la PLV visitan a su pediatra 18 veces al año tras ser diagnosticados, una carga importante para las familias y los servicios de salud.
Los recursos disponibles en Alerni son datos clínicos actualizados, directrices y recursos de aprendizaje útiles escritos por los principales especialistas en alergias. Uno de los mayores avances en este sentido ha sido la publicación de nuevos datos en la prestigiosa revista The Journal of Pediatrics que reflejan que es posible acelerar el proceso de adquisición de tolerancia a la leche de vaca dentro del primer año de tratamiento, mejorando tanto la calidad de vida de los niños con alergia como la de sus familiares.
Por lo tanto, en opinión del doctor Díaz ‘‘La adquisición temprana de tolerancia oral a través del tratamiento con fórmulas extensamente hidrolizadas de caseína con el probiótico LGG, permite a los lactantes y niños volver a una dieta normal más rápidamente, minimizando así el impacto sobre su vida”.
Respecto a la puesta en marcha de Alerni como plataforma de formación, el doctor Díaz señala “la ciencia médica está en constante renovación, por lo que las iniciativas de formación continuada son fundamentales, sobre todo en un campo como la alergia alimentaria que en los últimos años ha presentado novedades importantes”.
De hecho, uno de los objetivos en la alimentación infantil es desarrollar nuevas fórmulas infantiles que se asemejen a la leche materna tanto en composición como en actividad funcional. De esta manera, la doctora María Carmen Collado del IATA-CSIC, Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, (Valencia), destaca “Recientemente, se ha demostrado que casi el 60% de los bebés alimentados con fórmulas extensamente hidrolizadas de caseína con el probiótico LGG adquirió la tolerancia en un plazo de seis meses desde el comienzo de la toma, y el 79% lo logró en doce meses comparado con las otras fórmulas. Y añade “Además, la presencia de LGG podría influir en la modulación de la microbiota intestinal y también ejercer un efecto directo sobre la estructura de la mucosa intestinal”.
Como conclusión la doctora Plaza, considera “A través de la formación en este tipo de alergia, el programa Alerni persigue establecer estándares eficaces para el cuidado de niños con alergia a la PLV, reduciendo el tiempo que transcurre hasta el diagnóstico y los costes sanitarios asociados a través del intercambio de conocimiento y experiencias entre profesionales de atención primaria, especialistas y reconocidos investigadores”.
Sobre la alergia a la PLV
La alergia a la proteína de la leche de vaca puede causar problemas digestivos, dificultades respiratorias, erupciones cutáneas o inflamación de la cara y se produce cuando el sistema inmunológico de un niño identifica las proteínas contenidas en la leche de vaca como peligrosas. Si la alergia a la leche de vaca persiste, la dieta de alimentos sólidos del bebé estará limitada ya que no pueden consumir productos lácteos elaborados a base de leche de vaca.
Hasta ahora, un porcentaje importante de niños con APLV no adquirían la tolerancia hasta los 3-5 años. En este sentido, el doctor Díaz apunta “es importante conseguir cuanto antes la tolerancia oral a las PLV y normalizar cuanto antes la dieta de estos niños, lo que supone un importante beneficio para el niño y su familia.”