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De dentro hacia afuera. Así es como actúan los complementos alimenticios que se encuadran en la categoría de nutricosméticos y que constituyen el aliado perfecto a la cosmética habitual. Están formulados para hidratar, nutrir, reafirmar, combatir la celulitis, reforzar el cabello o reducir las arrugas, entre otras funciones. ¿Su secreto? El cóctel de sustancias especialmente formuladas para ser absorbidas por el organismo y llegar directamente a aquellos tejidos en los que son más necesarias para resolver así distintos problemas estéticos.
Pastillas de belleza: esta sería la definición más simple que se podría dar a los productos nutricosméticos. Pero el papel de esta categoría de complementos, que cada vez ocupan más protagonismo en los cuidados cosméticos, va mucho más allá, ya que aportan sustancias que son beneficiosas para el funcionamiento del organismo en general. Se trata de suplementos nutricionales formulados en base a sustancias naturales de origen animal o vegetal, contenidas habitualmente en los alimentos y usados por vía oral a diferentes dosis, para actuar directamente sobre la piel y el cabello.
Tal y como explica Luz García Toro, farmacéutica y directora de comunicación de los laboratorios Arkopharma, explica que “Los nutricosméticos o
Sus señas de identidad
- La mayoría de los productos de nutricosmética se presentan en forma de cápsulas o pastillas, pero también hay versiones bebibles o preparados en polvo, ampollas o viales.
- Entre los ingredientes con los que están formulados destacan las vitaminas, los minerales y extractos de frutas y plantas (ácidos, semillas, aceites….). Estos ingredientes están formulados de forma que sean bioasimilables por el organismo.
- Por regla general, hay que ingerirlos entre 1 y 3 veces al día, generalmente con las comidas, pero es muy importante conocer exactamente la dosis diaria recomendada y la posología de cada producto. “Como en la mayoría de las cosas, a la hora de consumir nutricosméticos debemos aplicar el sentido común. Las Autoridades Sanitarias dictan las cantidades máximas de los principios activos que deben contener para que sean seguros y a la vez eficaces”, explica Luz García Toro.
- Su ingesta debe complementarse siempre con unos hábitos de vida sanos y sobre todo con una alimentación en la que también estén presentes esos nutrientes de los que la piel da muestras de tener carencias.
- Aunque hay nutricosméticos formulados para distintas partes del organismo, muchos de sus ingredientes coinciden. En este sentido, la farmacéutica comenta que “aunque se pueden asociar aquellos que tienen distintas funciones, hay que ser vigilantes en cuanto a la composición. Si hay algún activo que está presente en ambas fórmulas, se debe evitar su asociación, ya que es posible que se superen las dosis máximas recomendadas”.
- Para comprobar los efectos de estos complementos, la perseverancia y la constancia son fundamentales. “Estos productos se han de tomar como mínimo durante dos meses para asegurar que las dosis nutricionales cumplen su función. En los casos en los que las composiciones sean similares, es preferible establecer programas alternos”, señala la directora de comunicación de Arkopharma.
- Estos productos están desarrollados por laboratorios farmacéuticos y reúnen todos los requisitos en lo que a seguridad se refiere. Respecto a esto, María Luz García Toro recuerda que “El punto de venta más adecuado para los nutricosméticos es la farmacia, y el farmacéutico es el principal profesional sanitario que nos puede aconsejar para que tomemos los productos más adecuados para nuestro caso particular”.
Acción en distintos frentes
Liporreductores, quemagrasas y anticelulíticos. Tienen como objetivo actuar directamente sobre las grasas, tanto las que se ingieren (minimizando su absorción) como sobre aquellas que el organismo ha ido almacenando (los acúmulos adiposos que dan origen a la celulitis). Incluyen ingredientes de reconocida acción “captura” y “quemagrasa” como el guaraná, el té verde, la L carnitina, CLA, alcachofa, algas pardas… Además de combatir las grasas y reducir el aspecto de la piel de naranja, estos productos tienen una acción drenante y reafirmante de la piel.
- Lo que hay que saber: “Generalmente, los resultados de la nutricosmética serán más visibles si ésta se complementa con la cosmética habitual. Por ejemplo, cuando hablamos del tratamiento de la celulitis, un complemento en cápsulas que favorezca el drenaje y active la circulación será fundamental para mejorar el problema. Sin embargo, es importante complementarlo con un cosmético de aplicación tópica que alise la piel y aporte una buena hidratación. Además, el efecto masaje al aplicar el cosmético será de gran ayuda para mejorar la celulitis, comenta Luz García Toro.
Tratamiento facial. Devolver la hidratación perdida, aportan una dosis extra de sustancias como el colágeno o el ácido hialurónico (directamente relacionadas con la tersura y la juventud de la piel); combatir problemas asociados a la edad como el descolgamiento, unificar el tono… Estos son algunos de los efectos de los nutricosméticos específicos para mejorar el aspecto de la piel, borrar en ella los restos de cansancio y envejecimiento y prevenir la aparición de arrugas y otros signos de la edad. De entre los principios activos de origen nutricional que ejercen un papel protector más destacado a nivel cutáneo destacan el licopeno del tomate, la luteína de las espinacas, las catequinas del té, el resveratrol del vino tinto, las isoflavonas de la soja y las vitaminas del tipo de tocoferoles o el ácido ascórbico. Otro ingrediente que suele estar presente es el aceite de onagra, una sustancia cuya ausencia de asocia con problemas como la piel seca. También es posible encontrar en versión nutricosmética las sustancias punteras de la medicina estética y cosmética. Así, por ejemplo, hay complementos a base de ácido hialurónico (sustancia con una reconocida capacidad de atraer y fijar hasta 1.000 veces su peso en agua, por lo que su papel es clave para la hidratación de la piel y el mantenimiento de su densidad y firmeza); el colágeno (una sustancia presente en la dermis, responsable de la elasticidad y tersura de la piel y cuyos niveles descienden con la edad) y de otros ingredientes de reconocido poder antiedad como la coenzima Q10 (un potente antioxidante esencial para la producción de energía en las células y que, incorporada a los productos cosméticos, disminuye las arrugas y suaviza el tejido cutáneo).
- Lo que hay que saber: La principal ventaja de este tipo de nutricosméticos es que alcanzan las capas internas, encargadas de la regeneración de la piel y a las que difícilmente llegan las cremas cosméticas. “Los nutricosméticos formulados para mejorar la hidratación y firmeza de piel actúan en profundidad, pero deben acompañarse de la cosmética habitual, que mejora la superficie más externa de la piel”, explica la experta.
Productos solares. Los más populares en este apartado son los aceleradores del bronceado, generalmente en forma de cápsulas orales, que permiten activar, acelerar y prolongar el tono moreno de la piel gracias a sus componentes, sustancias naturales como los betacarotenos (que además de su poder antioxidante, favorecen una pigmentación sana y uniforme de la piel, reparando los excesos del sol) y las vitaminas C y E, las cuales no sólo ayudan a adquirir un tono bronceado en la epidermis sino que también refuerzan las defensas cutáneas frente a los efectos nocivos del sol. También incluyen aceite de borraja, sustancia que, por su elevado contenido en ácidos grasos Omega 6, limita la deshidratación de la piel producida por la exposición solar y ha demostrado su eficacia para prolongar el bronceado, evitando la descamación de la piel.
- Lo que hay que saber: Para conseguir los mejores resultados, conviene empezar a consumir estas sustancias aceleradoras del bronceado un mínimo de 15 días antes de la primera exposición al sol. También, si se desea prolongar el bronceado durante más tiempo, se pueden consumir estos suplementos después de las vacaciones.
Control de peso. Son productos que se utilizan como coadyuvantes de una dieta de control de peso y que tienen como objetivo producir un efecto saciante, aumentar el gasto metabólico y reducir la asimilación de grasas por parte del organismo (de hecho, en esta categoría se podrían incluir también algunos productos liporreductores, por la acción que ejercen sobre las grasas ingeridas). Las sustancias incluidas en los productos con efecto saciante tienen la propiedad de “hincharse” en el estómago (siempre deben consumirse junto a uno o dos vasos de agua para que se produzca este efecto), creando así una sensación de saciedad y ayudando a reducir el apetito. El ingrediente principal de estos productos son las fibras saciantes, entre las que destaca el glucomanano.
La misión de lo nutricosméticos que aumentan el gasto metabólico es producir una aceleración en el metabolismo de forma que éste queme más calorías. Sustancias como el ácido linoleico conjugado (CLA), el fucus, la creatinina o el té verde tienen esta propiedad (también suelen incluirse en los productos anticelulíticos, tanto orales como de uso tópico).
En cuanto a los productos que “gestionan” la ingesta de grasas en el organismo de forma que ésta tenga menos posibilidades de depositarse, la sustancia principal es el chitosán, una fibra de origen marino que ingerida en el momento de la comida es capaz de retener hasta el 30 por ciento de la grasa contenida en los alimentos y que posteriormente es eliminada. Esta retención se debe a que crea una “capa” que recubre al intestino e impide la absorción de parte de la grasa que procede de la alimentación. Otras sustancias, como el nopal, tienen un efecto similar.
También hay nutricosméticos diseñados para inhibir la absorción de los hidratos de carbono. Estos productos suelen incluir ingredientes como el cromo, un mineral que interviene en la regulación de los azúcares y grasas.
- Lo que hay que saber: Todos estos productos son complementarios a un estilo de vida saludable y sus efectos se incrementan si van acompañados de la práctica regular de ejercicio físico y una dieta saludable y baja en grasas. De hecho, hay algunos ingredientes como el CLA o la creatinina que aumentan su efectividad con la actividad física, ya que el ejercicio potencia su acción quemagrasa.
Problemas capilares, uñas en perfecto estado… Dentro de los productos específicos para el cabello hay varios tipos. La mayoría incluyen ingredientes que refuerzan la estructura capilar y mejoran el estado del pelo, entre los que destacan la biotina y el zinc, que actúan a nivel del folículo piloso asegurando que el cabello crezca sano desde el interior. Otras sustancias presentes en estos productos son el hierro, la niacina, la vitamina C o las semillas de mijo o lino. Otro grupo importante de nutricosméticos capilares son los que están formulados específicamente para prevenir y tratar la caída del cabello y en los que las protagonistas son las vitaminas del grupo B, directamente relacionadas con la formación y crecimiento del cabello, ya que estimulan la renovación de las células y algunas, como la B6, están directamente implicadas en la síntesis de sustancias tan importantes para la estructura capilar como la queratina. También hay nutricosméticos que aportan sustancias tan esenciales para mantener el buen estado del cabello como la queratina, recomendados para recuperar la fuerza, la calidad, el brillo y el color del cabello y que incluyen queratina bioactiva en altas concentraciones.
- Lo que hay que saber: El complemento ideal a estos suplementos es la aplicación de champús y otros productos específicos para el tipo de pelo o problema capilar en concreto. En el caso de la caída del pelo, hay que consultar siempre al especialista para que determine la causa. En este sentido, hay que tener en cuenta que estos complementos, más que frenar la caída (sobre todo si ésta es estacional, como ocurre en el otoño) mejoran el estado del cabello en general y del cuero cabelludo en particular, minimizando los efectos de esta pérdida de pelo.
Suplementos antiox: las cosas claras
Uno de los productos de nutricosmética más populares son los suplementos antioxidantes, debido principalmente a sus potenciales propiedades antiaging. Mucho se ha hablado y escrito sobre estos suplementos y han surgidos voces a
- Mejor, en compañía. Este tipo de nutricosméticos son un elemento más, pero no el único. Sólo con ellos no se logra ralentizar el proceso de envejecimiento. “Aunque la teoría más conocida sobre el envejecimiento es la de la oxidación celular, existen otros mecanismos en materia antiaging (la inflamación crónica, la aparición de proteínas que destruyen el colágeno, la disminución de ciertas hormonas esenciales como los andrógenos…). Por tanto, centrarse solo en el aporte de antioxidantes implicaría quedarse a medias. No se pueden olvidar otras sustancias que, sin ser antioxidantes, resultan también esenciales para mantener el organismo en buena forma. Algunas, además, actúan a varios niveles del envejecimiento, como es la coenzima Q10, que es antioxidante pero también impide la destrucción del colágeno, o el resveratrol, un componente de la uva que promueve la regeneración de las células e inhibe la enzima que produce las manchas (la tirosinasa)”, explica la doctora Mira.
- Bajo control. En general, la suplementación con antioxidantes es un recurso necesario, ya que la alimentación actual es deficitaria, tanto en antioxidantes como en otros muchos nutrientes, “pero no se deben tomar indiscriminadamente –advierte Mar Mira-. Se deben usar sólo en circunstancias concretas y bajo prescripción y seguimiento médico, para controlar todos los detalles de la buena suplementación antioxidante y lograr una correcta adecuación a las verdaderas necesidades individuales, evitando posibles efectos adversos”.
- Siempre individualizados. La doctora Mira insiste en la importancia de que la ingesta de suplementos se haga de forma individualizada y con control del especialista. “No todo funciona igual para todos, ya que las necesidades de cada persona varían en función de la edad, el sexo, el tipo de alimentación, los hábitos y, también, el tipo de medicación que se consuma. Los fumadores, por ejemplo, deben tomar mayor proporción de vitaminas E y C, pues tienen mayor tasa de oxidación. Y, además, las necesidades de cada individuo no son siempre las mismas. Por ejemplo, depende de dónde vivamos (no es lo mismo residir en Noruega que en el Caribe), e incluso de la estación del año. Como regla muy general, en invierno se suele necesitar más suplementación con vitamina D, mientras que en verano, para buena parte de la población, suele ser recomendable incrementar el consumo de betacarotenos de forma controlada”.
¿Por qué se necesita este “extra” de nutrientes?
Está demostrado que no hay mejor cura de salud interior que una dieta equilibrada, que incluya todos los nutrientes esenciales ya que, tal y como explica la doctora Aurora Guerra, jefa de sección de Dermatología del Hospital Doce de Octubre, de Madrid, “los desequilibrios nutricionales se manifiestan con pequeñas alteraciones de la piel y el cabello. Existen estudios en los que se relaciona el mayor o menor consumo de ciertos alimentos con parámetros de la piel como la hidratación o la presencia de arrugas. Pero también es cierto que determinados nutrientes de acción favorable a nivel cutáneo a menudo no alcanzan la cantidad suficiente a través de la dieta como para poder ejercer sus efectos beneficiosos”.
En efecto, según el estudio EPIC (Estudio Prospectivo Europeo sobre Cáncer y Nutrición), más de la mitad de la población no llega a cubrir los aportes diarios aconsejables de algunos micronutrietes, y una cuarta parte no alcanza ni el 50% de la dosis diaria recomendada. “Es por ello que los suplementos nutricionales, bien indicados y personalizados, pueden conseguir resultados beneficiosos sobre la piel y el cabello que son difícilmente alcanzables sólo con la dieta”, señala Aurora Guerra.