La demencia senil en los perros se denomina también Síndrome de disfunción cognitiva y es una enfermedad progresiva y crónica que aparece en perros a partir de los 7-10 años de edad.
A medida que nuestro perro envejece es normal que comencemos a observar algunos cambios en su comportamiento: tiende a dormir más, disminuye su capacidad de atención, muestra una menor interactuación social, muestra síntomas de desorientación y en definitiva muestra un declive cognitivo general.
Esto ocurre porque el cerebro sufre una serie de cambios (podríamos decir que es algo parecido a un Alzheimer canino), que nos hablan de un deterioro progresivo que se hace cada día más patente en una mayor torpeza a la hora de repetir conductas aprendidas, en la pérdida progresiva de memoria y reconocimiento, en la desorientación creciente, en el descontrol de sus defecaciones y micciones y hasta en la vuelta a comportamientos que tuvo de cachorro, como la ruptura de objetos. Ante la aparición de estos síntomas, debemos acudir a nuestro veterinario para descartar que pueda haber otra patología orgánica.
Cómo establecer el diagnóstico
Según explica el veterinario Fernando González Gómez, de la facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, en el libro Sindrome de disfunción cognitiva en perros, los síntomas podemos clasificarlos en cuatro grupos:
- Ciclo sueño-vigilia.
- Interacción social.
- Hábitos higiénicos.
- Signos de desorientación.
En función de las categorías que se vean afectadas, el diagnóstico se puede considerar LEVE, si sólo tiene una categoría afectada; MODERADO, si tiene dos categorías afectadas; o GRAVE, si tiene tres o cuatro categorías afectadas.
¿Cómo podemos ayudarle?
- Iniciando una terapia conductual.
- Con suplementos alimenticios: podemos enriquecer su dieta con vitamina C y E, beta-carotenos, L-Carnitina y sustancias antioxidantes (vegetales). En las farmacias existen diferentes preparados específicos para tratar la disfunción cognitiva en perros: Conecta 03ABD, Oxispeed, Cronicare, Vetilea neuro-cdp etc.
- Mediante un tratamiento farmacológico: la PROPENTOFILINA es el tratamiento más usado. Actúa inhibiendo la producción de radicales libres y reduciendo la activación de las células microgliales, ralentizando el progreso de la enfermedad y mejorando algunos síntomas. Eso sí, hasta las cuatro semanas de tratamiento no comenzaremos a observar una mejoría.
- En cualquier caso, debe ser nuestro veterinario quien aconseje el mejor tratamiento posible según las características de nuestro perro y la progresión de su enfermedad. Con toda la información podrá establecer la pauta y tratamientos más adecuados.