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Las amenazas digitales evolucionan constantemente, y hoy en día, individuos y empresas hacen frente a riesgos como el robo de identidad, phishing (término informático que hace referencia a un conjunto de técnicas que persiguen el engaño a una víctima ganándose su confianza haciéndose pasar por una persona, empresa o servicio de confianza), ataques de ransomware y fraude financiero. La proliferación de deepfakes (vídeos manipulados para hacer creer a los usuarios que ven a una determinada persona) y la manipulación de datos biométricos también representan un reto creciente en términos de seguridad. Además, con el auge de la inteligencia artificial, las tácticas fraudulentas se han vuelto más sofisticadas. Este panorama exige soluciones avanzadas para la protección de la identidad y la información, de las que nos habla Francisco Sánchez, director de negocio de Rubricae, la plataforma experta en identidad digital, seguridad y legalidad.
¿Cómo pueden la biometría facial y vocal ayudar a prevenir fraudes y suplantaciones de identidad?
La biometría facial y vocal son herramientas clave para la autenticación segura, ya que permiten verificar la identidad de los usuarios de manera rápida y fiable. Estas tecnologías analizan características únicas e intransferibles, lo que dificulta la suplantación. En el caso de la biometría facial, se utilizan algoritmos avanzados para detectar patrones y validar la autenticidad en tiempo real. Por su parte, la biometría vocal aprovecha la singularidad de la voz y analiza factores como el tono, la entonación, la velocidad y los patrones de pronunciación. Al integrar estos métodos en procesos de verificación de identidad, se fortalecen los sistemas de seguridad y son mucho más robustos. Esta tecnología permite realizar transacciones y autorizar contratos a través de la voz.
Los deepfakes se han convertido en un desafío cada vez mayor. ¿Qué soluciones existen para detectarlos y mitigar su impacto?
Los deepfakes han irrumpido con fuerza y se han extendido hasta convertirse en un problema grave, más allá de la ciberdelincuencia. Son el soporte perfecto para las fake news, lo que puede llegar a suponer un problema para la reputación de las compañías y personas, si se usa su imagen con ánimo de causar daño. Los ‘malos’ hacen uso de estos vídeos manipulados para hacer creer a los usuarios que ven a una persona en particular -puede ser anónima o pública- que realiza declaraciones o acciones que en realidad no han acontecido. Como consecuencia de los avances tecnológicos, existen herramientas o programas con IA con la capacidad de intercambiar caras y alterar voces. Es en este terreno donde la biometría facial tiene mucho que aportar. Las empresas pueden apostar por tecnologías como el Face Matching, que puede comparar la cara de una persona con la imagen del documento. Por su parte, la prueba de vida es otra alternativa que ayuda a comprobar que la persona que se somete a un proceso de reconocimiento está viva.
¿Y cómo funciona?
Es muy sencillo. El sistema solicita llevar a cabo una serie de movimientos. Además, la verificación biométrica tiene la capacidad de evaluar atributos faciales como edad y género, e identificar a una persona en una base de datos mediante comparación facial.
De este modo, la detección de vídeos que genera la IA resulta más sencilla. Las tecnologías con OCR integrado son capaces de leer y garantizar la autenticidad de los documentos de identidad en cuestión de minutos. Por llevarlo a la práctica, la biometría facial es una tecnología especialmente pensada para agilizar procesos como la entrada a las instalaciones deportivas. Para ello, las personas se aproximan a una pantalla, el sistema reconoce su identidad y automáticamente abre la barrera.
¿Qué papel juega la verificación documental en la lucha contra el fraude de identidad?
Es un pilar fundamental en la prevención del fraude de identidad. A través de soluciones tecnológicas avanzadas, es posible autenticar documentos oficiales, como pasaportes y credenciales de identidad para demostrar su validez y evitar falsificaciones. Existen soluciones con las que se pueden verificar y validar más de 2.500 tipos de documentos de identidad de diferentes países, además de extraer la información textual de los mismos.
La firma electrónica es clave en transacciones digitales seguras. ¿De qué manera ha evolucionado esta tecnología?
La firma electrónica ha evolucionado significativamente y se ha adaptado a unas exigencias de seguridad y usabilidad cada vez más complejas. En este terreno, debemos destacar DORA, una regulación que afecta al sector de los servicios financieros. Esta adopta un enfoque 360 en el terreno de la resiliencia operativa digital y obliga a prevenir ciberataques, de manera que las empresas han de demostrar ser capaces de gestionar estas amenazas y recuperarse ante potenciales interrupciones tecnológicas. Exige un nivel de ciberseguridad más que considerable. Además, contamos con la ISO 27001, renovada de su versión 2017 a la de 2023, una norma internacional que establece los requisitos para implementar, mantener y optimizar continuamente un Sistema de Gestión de Seguridad de la Información (SGSI). El objetivo es salvaguardar los activos de información de una empresa a través de controles de seguridad robustos y procesos sistemáticos. La firma electrónica es crucial para aumentar la seguridad, validar documentos y reducir el riesgo de fraudes y accesos no autorizados.