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Tras el celo de una perra, aproximadamente al mes y medio o los dos meses, se puede producir un embarazo psicológico o pseudogestación canina, con síntomas idénticos a los de un embarazo y que no suelen durar más de diez días.
Lejos de ser un trastorno psicológico, se trata de una condición hormonal que suele durar unos diez días, durante la cual la perrita se muestra inquieta, se lame las mamas y llega incluso a cuidar de muñecos u objetos como si fueran sus cachorritos.
Cosas de la progesterona
La progesterona es la hormona que prepara el útero para una posible gestación y estimula la producción de prolactina (hormona encargada de la aparición de leche en las mamas y del comportamiento maternal). Tras el celo, a pesar de que la perra no haya sido fecundada, estas hormonas se mantienen en su cuerpo en los mismos niveles que en una hembra gestante, alterando todas sus funciones y desencadenando la pseudogestación, y otro tanto ocurre con la hormona estradiol. En caso de producirse lactación, ésta puede prolongarse durante un mes o más, sobre todo si la perra tiene el apego a objetos o juguetes que adopta como falsas crías.
Síntomas que emulan un embarazo
Cuando percibas alguno de estos síntomas, debes acudir al veterinario para que determine si está realmente embarazada o si se trata de pseudogestación canina:
- Aumento del abdomen que hace dudar de si efectivamente puede estar preñada, sin estarlo.
- Inflamación de las mamas. Hay casos en los que las mamas llegan a producir incluso leche. En estos casos conviene estar atentos a que este proceso no se alargue, ya que podría producirse una mastitis, en cuyo caso hay que recurrir a antibióticos. En la medida de lo posible conviene evitar que la perra se lama las mamas para evitar la activación de la leche. Un ayuno de 24 horas, seguido de una dieta líquida durando los siguientes dos días puede ayudar a frenar la subida de leche.
- A los síntomas físicos hay que sumar problemas de comportamiento como nerviosismo, agresividad propia de una madre que protege a sus crías y rechazo a salir a la calle. También se puede manifestar en forma de temblores y/o aullidos. Para evitarlo en la medida de lo posible, es bueno mantener a la perra en una zona tranquila y silenciosa.
- A menudo la perrita deja de comer y adopta y cuida de muñecos como si fueran sus cachorros. Conviene retirar los juguetes y objetos que puedan adoptar y sacarla de casa más a menudo para que se despegue de esas “crías”.
- En los casos en los que se producen partos, solo expulsan placentas con agua.
- Hay varios fármacos indicados para este problema, pero esto no exime de que pueda volver a repetirse. Es importante saber que este proceso no ocurre en hembras que han sido esterilizadas, por lo que se puede valorar su esterilización, que también la protegerá frente a problemas en un futuro como tumores mamarios o quistes en los ovarios.