Beneficiosas pero...
Bien utilizadas constituyen un potente aliado para la salud, pero ¡ojo¡ no están exentas de efectos secundarios y pueden causar interacciones con tratamientos convencionales.
Introducción a las plantas medicinales
Durante siglos, en todos los países se ha recurrido a curanderos tradicionales, remedios caseros y conocimientos medicinales antiguos para abordar los problemas de salud y bienestar. Según el Informe mundial de la OMS sobre medicina tradicional y complementaria (2019), la medicina tradicional incluye acupuntura, medicinas a base de hierbas, medicina tradicional indígena, homeopatía, medicina tradicional china, naturopatía, quiropráctica, osteopatía, ayurvédica y Unani.
A veces se considera que la medicina tradicional es precientífica y que sus prácticas y tratamientos deben ser reemplazados por una medicina moderna, mejor y más eficiente basada en la ciencia. Lo que es menos conocido, sin embargo, es su contribución a la ciencia y la medicina modernas, y existe una larga historia de productos y prácticas tradicionales que se traducen en tratamientos eficaces para las enfermedades. Alrededor del 40% de los productos farmacéuticos actuales se basan en la naturaleza y el conocimiento tradicional, incluidos medicamentos emblemáticos como la aspirina.
Las plantas medicinales representan la forma más antigua de medicación, utilizada desde hace miles de años en la medicina tradicional en muchos países del mundo. El conocimiento sobre sus efectos beneficiosos se ha transmitido a lo largo de los siglos en las distintas comunidades. Las plantas desempeñan un papel fundamental como fuente de compuestos farmacológicos y, actualmente se utilizan distintos fármacos derivados de la medicina tradicional.
¿Qué son las plantas medicinales?
Las sociedades humanas, en estrecho contacto con su entorno desde el inicio de las civilizaciones, han utilizado los productos de su hábitat natural para obtener alimentos y medicinas. El conocimiento y la aplicación de las plantas para preparar medicinas se lograba mediante prueba y error, y esta información se fue transmitiendo gradualmente y de generación en generación. Así, las plantas medicinales se utilizan como recurso médico en casi todas las culturas.
Historia de la fitoterapia
El concepto de fitoterapia se originó con el médico francés Henri Leclerc, que utilizó el término por primera vez en 1913 y que publicó varias ediciones del Précis de phytothérapie (“Manual de fitoterapia”), la primera en 1922.
La fitoterapia es el uso de medicamentos de origen vegetal en el tratamiento y prevención de enfermedades. Es una práctica médica basada en la ciencia y, por lo tanto, se distingue de otros enfoques más tradicionales, como la herboristería, que se basa en una apreciación empírica de las hierbas medicinales y que a menudo está vinculada al conocimiento tradicional. El enfoque de la herboristería no ha sido muy evaluado en ensayos clínicos controlados o en estudios biomédicos rigurosos, mientras que existen numerosos ensayos y estudios farmacológicos de preparaciones fitoterapéuticas específicas.
Como ejemplos de preparados fitoterapéuticos se incluyen los derivados de las hojas de ginkgo (Ginkgo biloba), que se utilizan para tratar una variedad de trastornos cognitivos menores y otros trastornos del sistema nervioso central; las partes aéreas de la hierba de San Juan (St. Johnswort; Hypericum perforatum), que normalmente se utilizan en el tratamiento de formas de depresión leves a moderadas; o las partes aéreas y raíces de Echinacea angustifolia (y otras especies de Echinacea), indicadas en el tratamiento y prevención del resfriado común y otras afecciones respiratorias.
Beneficios para la salud
Manzanilla
Se utiliza para lidiar con la ansiedad ya que tiene un efecto relajante. También para curar heridas y reducir la inflamación y la hinchazón. Puedes beberla en forma de infusión o utilizarla de forma tópica como compresa. La manzanilla se puede utilizar para tratar la erupción cutánea provocada por tratamientos de radioterapia y en cápsulas para aliviar los vómitos causados por la quimioterapia.
Equinácea
Se utiliza principalmente para tratar o prevenir resfriados, gripe e infecciones, y para curar heridas. Algunos estudios muestran algún beneficio de la equinácea para ayudar con las infecciones de las vías respiratorias superiores. Los estudios han demostrado que el uso prolongado puede afectar el sistema inmunológico del cuerpo. Por esta razón, sólo se recomienda el uso a corto plazo.
Ajo
El ajo se utiliza habitualmente para cocinar y tiene beneficios comprobados para la salud. Se ha demostrado que combate los gérmenes, protege el corazón y reduce la inflamación. Puede ayudar a reducir el colesterol y la presión arterial.
Jengibre
El jengibre es más conocido por aliviar las náuseas y el mareo. Algunas investigaciones sugieren que puede ayudar con las náuseas del embarazo y de la quimioterapia. Tiene fuertes efectos antiinflamatorios y es un potente antioxidante. Los efectos secundarios pueden incluir hinchazón, gases, acidez de estómago y náuseas.
Gingko biloba
El extracto de hoja de ginkgo está indicado para el asma, la bronquitis, la fatiga y el tinnitus. Se utiliza para mejorar la memoria y ayuda a prevenir la demencia. Sólo se debe utilizar extracto de hojas, las semillas son tóxicas y pueden provocar convulsiones o incluso la muerte. El ginkgo biloba puede aumentar el riesgo de hemorragia.
Ginseng
Se cree que el ginseng aumenta la energía, el deseo sexual y equilibra el cuerpo, aunque los efectos secundarios pueden incluir presión arterial alta y frecuencia cardíaca rápida. No está recomendado en personas con diabetes.
Cardo mariano
El cardo mariano se utiliza para problemas hepáticos y colesterol alto, aunque los resultados de los estudios no son claros acerca de sus beneficios reales para la enfermedad hepática.
Hierba de san Juan
Puede ayudar con la depresión leve a moderada, pero puede interactuar con otros medicamentos de forma peligrosa, así que consulta a tu médico antes de usar esta hierba.
Valeriana
La valeriana se utiliza para tratar los problemas del sueño y reducir la ansiedad. Algunas investigaciones muestran que puede funcionar como ayuda para dormir.
Elaboración de infusiones y remedios caseros
- El jengibre es versátil y se utiliza de muchas formas, incluyendo fresco, seco, encurtido, confitado y en polvo. Tiene un sabor dulce y ligeramente picante. La raíz de jengibre en polvo se puede encontrar en los estantes de especias de supermercados y también es muy habitual encontrarlo fresco ya que se usa en muchas preparaciones culinarias. Hay numerosas formas de consumir jengibre, incluyendo la infusión. Puedes comprar las bolsitas de jengibre o hacerla en casa con jengibre fresco. Si consumes jengibre fresco, pela la piel con un pelador de verduras antes de usarlo.
- El ajo puede consumirse tanto cocido como crudo. También se puede utilizar en polvo para condimentar carnes, verduras, sopas y guisos. Los suplementos de ajo están disponibles en forma de cápsulas, aceite y tintura. Las dosis diarias recomendadas varían dependiendo de cómo estés usando el ajo, e incluyen:
- 2–5 gramos de ajo fresco y crudo
- 0,4–1,2 gramos de polvo de ajo seco
- 2–5 miligramos de aceite de ajo
- 2.400 miligramos de extracto líquido de ajo
- El ginkgo biloba está disponible para su compra en forma de cápsulas, tabletas, extracto líquido y hojas secas/infusión de té. Actualmente no hay una dosis estándar recomendada de ginkgo. La dosis adecuada dependerá de tu edad, historial médico, sexo y tipo de formulación utilizada. Es mejor comenzar con una dosis más baja para determinar cuál es la cantidad adecuada. Pueden pasar hasta seis semanas antes notar algún beneficio para la salud.
- La equinácea está disponible en forma de cápsulas, tintura e infusión. No hay una ingesta diaria recomendada de equinácea. Para preparar té de equinácea con hojas sueltas coloca las flores, hojas y partes de la planta en una taza. Hierve agua y viértela en la taza. Deja reposar el té durante unos 15 minutos y cuélalo para retirar las partes de la planta. Puedes endulzarlo con miel, estevia u otros edulcorantes naturales.
- La manzanilla se puede preparar como infusión, aplicarse como compresa o utilizarse tópicamente para tratar irritaciones en la piel. Para prepararla en infusión agrega 1 cucharadita de flores secas por cada taza de agua hirviendo. Después, coloca las flores en un infusor de té y vierte agua hirviendo sobre las flores. Deja reposar durante cinco minutos. La manzanilla está disponible en bolsitas y en forma de cápsulas en la mayoría de las tiendas.
- La lavanda está disponible en muchas formas, incluyendo hierba seca, polvo y aceite esencial. Puedes cultivar lavanda en tu jardín si vives en un clima adecuado. La lavanda se utiliza ampliamente en perfumes, champús y cremas/lociones por su aroma relajante. El aceite esencial se puede difundir en un difusor de aire o masajear directamente sobre la piel una vez diluido con un aceite portador, como almendra u oliva. También puedes aplicarlo en las sábanas o en una bola de algodón para inhalarlo como aromaterapia. El té de lavanda está disponible en bolsitas envasadas, pero también puedes infusionar flores secas de lavanda en agua caliente.
- El hipérico o hierba de san Juan está disponible en forma seca, en aceite y líquida, incluyendo cápsulas, tinturas y elixires. A día de hoy no hay suficientes datos para recomendar una dosis estándar y esta dependerá de la edad, sexo y antecedentes médicos. Es mejor consultar con el médico o el farmacéutico para personalizar la dosis y garantizar la efectividad y seguridad. Cuando se toma en dosis altas, el hipérico puede causar sensibilidad a la luz solar. También puede tener interacciones graves con ciertos medicamentos. No tomes hipérico si estás tomando antidepresivos, ya que puede provocar un aumento potencialmente grave o muy grave de la serotonina.
Consejos para su uso seguro y efectivo
El uso creciente de plantas medicinales como tratamiento alternativo plantea desafíos serios en términos de interacciones con medicamentos convencionales. Aunque se piensa que son seguras, pueden tener efectos adversos y dificultar tratamientos médicos, según afirman los especialistas. En particular, se han observado interacciones con fármacos para enfermedades como la diabetes, la hipertensión y el cáncer.
Las interacciones farmacológicas pueden ser complejas y, en algunos casos, impredecibles ya que las plantas medicinales contienen múltiples principios activos que pueden afectar a la absorción, distribución, metabolismo y excreción de medicamentos convencionales, lo que podría comprometer la efectividad del tratamiento y aumentar el riesgo de efectos secundarios.
Para evitar riesgos, se recomienda que los pacientes informen a sus médicos sobre su uso.
¿Cuáles son las plantas medicinales más populares?
Algunas de las más populares incluyen manzanilla, menta, aloe vera y caléndula.
¿Cómo puedo utilizar las plantas medicinales de manera segura?
Es importante investigar y seguir las indicaciones adecuadas para su preparación y dosificación.
¿Las plantas medicinales tienen efectos secundarios?
Como con cualquier tratamiento, es posible experimentar efectos secundarios, por lo que se recomienda precaución y consulta con un profesional de la salud.