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En el aparato digestivo de nuestro perro existe una gran variedad de microorganismos que cumplen una función muy importante, ya que son decisivos en la absorción y digestión de los alimentos, ayudan a prevenir enfermedades y pueden verse alterados por tratamientos antibióticos, situaciones de estrés o por cambios bruscos en la alimentación. Si tu perro los necesita, dáselos sin dudarlo.
En los perros, al igual que en los humanos, la digestión no sería posible o al menos eficiente si no existiera ese entramado de bacterias y levaduras que coexisten en el intestino grueso y que se llama flora intestinal. Este ecosistema de microorganismos a veces puede verse alterado por distintas situaciones como un cambio brusco en la alimentación, un tratamiento con antibióticos o un estrés mantenido en el tiempo. En esos casos, suplementar la alimentación con probióticos que ayuden a restablecer la microbiota y sus funcionalidades puede resultar de gran ayuda.
Los microorganismos que componen un probiótico deben de tener unas características determinadas, no deben ser patógenos (con capacidad para producir una enfermedad) ni tóxicos para nuestra mascota, al tiempo que deben estar vivos y ser estables. No debemos confundirlos con los prebióticos, que son las sustancias que permiten sobrevivir a los microorganismos probióticos. La mayoría asocian prebióticos con probióticos, siendo aconsejable que nuestro veterinario nos indique la dosis y la pauta de administración.
Una fuente de beneficios
Los microorganismos probióticos reciben su nombre por su género, especie y cepa, siendo los más comunes los lactobacilos, las bifidobacterias, los saccharomyces, los estreptococos, los enterococos, la escherichia y los bacilos. Su función es la de favorecer una correcta absorción intestinal de los alimentos, al tiempo que establecen unas condiciones de pH adecuadas para que no proliferen otros microorganismos que puedan resultar patógenos. Por ejemplo, cuando nuestra mascota ha tenido que seguir un tratamiento antibiótico, este puede afectar a la microflora bacteriana y reducirla, por eso no es extraño que los antibióticos desencadenen trastornos digestivos como diarreas, ya que estas bacterias “beneficiosas” se han eliminado con el tratamiento, dejando de interferir en el proceso de digestión.
No son medicamentos
Los probióticos no son medicamentos, sino que están catalogados como complementos alimenticios o nutracéuticos. Existen muchas formulaciones con diferentes presentaciones farmacéuticas como sobres con polvo, comprimidos, etc. Los encontrarás en farmacias especializadas bajo los nombres comerciales de Floravet Complex, Adiva Biotic, Sustain, Fortiflora y ProEnteric, etc. El farmacéutico te podrá orientar sobre cuáles son los mejores para tu perro.
Y el yogur… ¿se lo puedo dar?
En principio el yogur no es tóxico para los perros y les encanta, pero deben evitarse con azúcares añadidos y administrarlo siempre en pequeñas cantidades, ya que contiene lactosa, que no es del todo bien digerida y podría llegar a causar trastornos digestivos.