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“He ido al médico porque tengo desde hace tiempo un dolor agudo en la zona pélvica y me ha diagnosticado una prostatitis. Hace unos meses que he empezado a coger la bicicleta y el médico me ha dicho que podría estar relacionado”. Nos escribe… Carlos (Granada)
La próstata es una pequeña glándula que segrega la mayor parte de la porción líquida del semen que transportan los espermatozoides a lo largo del pene cuando se produce la eyaculación. Se encuentra situada justo debajo de la vejiga urinaria y delante del recto. Es del tamaño de una castaña y envuelve y rodea una sección de la uretra, que es la que transporta la orina desde la vejiga urinaria hasta el exterior. Durante la eyaculación, el semen es secretado por la próstata a través de unos pequeños poros en las paredes de la uretra.
Prostatitis: de tres tipos
La prostatitis es una inflamación de la glándula prostática. Hay tres tipos de prostatitis: aguda, crónica y no infecciosa. Los síntomas de la prostatitis varían según los diferentes tipos, pero entre los más habituales se encuentran los siguientes:
- Escalofríos y fiebre, en las infecciones agudas.
- Dificultad para orinar, frecuentes urgencias para orinar, micción dolorosa o sensación de quemazón, sangre o pus en la orina.
- Dolor en la parte baja de la espalda y en el periné, el área entre el escroto y el ano.
- Dolor articular y/o muscular.
- Dolor y tumefacción de la próstata.
- Eyaculación dolorosa.
Tratamiento según el tipo
La prostatitis aguda y la crónica están causadas por microorganismos, generalmente bacterias, y aunque no son infecciones contagiosas ni enfermedades de transmisión sexual, su tratamiento se basa en antibióticos. Los baños de asiento con agua caliente y el aumento de la ingestión de líquidos pueden ayudar a aliviar los síntomas. El masaje prostático puede ayudar a la reducción de la inflamación y al alivio de las molestias. La prostatitis no infecciosa no está producida por bacterias, por lo que los antibióticos no son de utilidad. No se conoce su causa, de manera que el tratamiento se basa en el empleo de bloqueantes alfaadrenérgicos, relajantes musculares, analgésicos y medidas generales como las comentadas anteriormente.
¿Y la bici?
El área de la próstata es la más sensible, por lo que la práctica del ciclismo puede generar inflamación de la próstata (prostatitis), hiperplasia benigna de próstata (crecimiento anómalo de la próstata) e incluso cáncer de próstata. Es recomendable acompañar la práctica de este deporte con una visita regular al urólogo, para llevar un control y evitar a largo plazo padecimientos que pudieran impedir seguir practicándolo.
No todos los ciclistas desarrollan estos padecimientos, pero si deberían tener un chequeo constante, utilizar atuendos recomendados tanto deportivos como ropa interior, un sillín ergonómico y seleccionar un horario con clima agradable en un lugar adecuado.