consejos para cuidadores de personas enfermas

No te quemes

Detallamos los síntomas del síndrome del cuidador, los factores de riesgo y un decálogo de recomendaciones para prevenir el agotamiento y cuidar de uno mismo.

Cuando llega la Navidad, la carga que sobrellevan las personas cuidadoras se hace más evidente: a la exigencia de los cuidados habituales se añade la carga emocional de un momento en el que las posibles carencias económicas y afectivas se ponen aún más de manifiesto. Si eres cuidador y tienes alguno de estos síntomas, pide ayuda y no lo dejes pasar.  

Si a la exigencia intensiva que soportan en su día a día las personas cuidadoras (en su mayoría familiares sin la debida formación profesional) se añaden factores como la edad avanzada del enfermo, su actitud negativa o agresiva, la confluencia de varias enfermedades concomitantes y la soledad o el bajo status económico del cuidador, la carga de quien cuida se hace insoportable y amenaza con hacerlo estallar todo por los aires. Es entonces cuando puede emerger el famoso síndrome del cuidador”, caracterizado por el desgaste y el agotamiento físico, emocional y social, cuyos síntomas son siempre los mismos: falta de energía, cansancio y preocupación continua, insomnio, pérdida del apetito y/o de peso, dolores de cabeza o en otros puntos del cuerpo, palpitaciones, irritabilidad y cambios frecuentes de humor, niveles elevados de estrés, ansiedad y/o depresión, apatía y dificultad para concentrarse y relajarse. En algunos casos también pueden darse casos de abuso de alcohol y/o tabaco o de ansiolíticos y antidepresivos. Además, explica el doctor Julio Maset, médico de Cinfa, “en el momento en que no se atiende al familiar, puede aparecer un sentimiento de culpa que lleva a relegar a un segundo plano la propia salud y las actividades sociales y de ocio para enfocarse exclusivamente en el ser querido dependiente. Todo ello lleva a menudo a sufrir tristeza y sensación de aislamiento social, pérdida de interés o desmotivación en su faceta profesional que puede llevar incluso a la pérdida de su puesto de trabajo”.

Madres y esposas

“Aunque cada vez hay más hombres que asumen este rol”, añade el doctor Maset, “el prototipo de persona cuidadora no profesional es el de una mujer de mediana edad, casada, familiar directo de la persona afectada (pareja, madre, hija…), con grado de escolaridad medio, que no recibe ayudas externas y sobre quien recae casi en exclusiva la responsabilidad de supervisar la salud y hacerse cargo de la persona dependiente, que en España son más dos millones de personas registradas, según datos de la Confederación Española de Alzheimer y otras demencias (CEAFA)”. 

“Destapa al cuidador quemado”

Buscar apoyo y compartir los cuidados de la persona dependiente permite poder dedicar tiempo a una misma, evitando con ello el desgaste y el agotamiento físico, emocional y social asociado a los cuidados. Y para eso están precisamente las asociaciones de pacientes y los grupos de apoyo. “Creo que las personas que estamos en estas situaciones valoramos especialmente que alguien te escuche, te entienda y te ayude. Los grupos de apoyo son esenciales para nosotras”, afirma Diana González, cuidadora de su madre con demencia, quien recalca la labor que realizan entidades de pacientes como la Asociación de Familiares de personas con Alzheimer de Navarra (AFAN), que le apoya a muchos niveles.

Decálogo para cuidarte

  1. Infórmate: tener conocimientos sobre la enfermedad de la persona que cuidas y sobre los recursos disponibles ayudará a reducir tu nivel de estrés. En los centros sanitarios y las asociaciones de pacientes relativas a la patología te informarán sobre los recursos económicos disponibles, los hospitales de día o los servicios de relevo con los que puedes contar para poder disponer de un respiro.
  2. Organízate y establece un plan de cuidados. Confecciona una lista de tareas y establece una rutina diaria, fijándote objetivos realistas. 
  3. Haz equipo y no seas el único cuidador. Las tareas pueden repartirse entre varios miembros de la familia: involucra a otras personas y comparte la evolución del paciente con otros cuidadores o familiares, estableciendo también límites.
  4. Mantente activa y conectada y no te aísles. Procura reservar momentos para realizar actividad física regular y para seguir poniendo en práctica tus aficiones. Relaciónate igualmente con tus familiares y amigos y exprésales cómo te sientes, aceptando también los posibles sentimientos negativos que puedan surgir, como el sentimiento de culpa.
  5. Cuida de tu alimentación con una dieta saludable, equilibrada y variada, que incluya alimentos de alto nivel nutritivo, como las verduras y las frutas. 
  6. Evita consumir sustancias excitantes, bebe mucha agua y asegúrate de tener un descanso reparador.
  7. Acude a tus citas médicas y no relegues a un segundo plano tu salud. Informa a tu médico de cualquier síntoma de deterioro físico o mental que puedas tener.
  8. Aprende a relajarte y a reconocer y gestionar tus emociones. Haz ejercicios de respiración, practica yoga o taichi o medita durante al menos quince minutos al día. La relajación muscular progresiva es otra técnica que puede ayudarte a combatir el estrés. Conoce tus límites y recuerda que nadie es el cuidador perfecto. 
  9. Mantén una actitud positiva y fomenta la autonomía de la persona dependiente. Es importante que le animes a realizar por sí misma aquellas tareas que todavía puede acometer sin ayuda, para reforzar su autoestima. 
  10. Únete a un grupo de apoyo para cuidadores o a una asociación de pacientes. Puede ser general o específico para personas que cuiden a alguien con la misma enfermedad o discapacidad que tu ser querido. Podréis compartir experiencias y estrategias para aumentar su bienestar y el vuestro, y sentir el apoyo y comprensión de otras personas que se encuentran en la misma situación.

Apúntate a nuestra newsletter

* La newsletter para farmacéuticos es para uso exclusivo de profesionales sanitarios (médicos, enfermeros, farmacéuticos) involucrados en la prescripción o dispensación de medicamentos, así como profesionales de la industria farmacéutica y la política sanitaria. Publicitario Farmacéutico SL no se hace responsable del uso de esta newsletter por parte de profesionales no cualificados.

Avatar

Paula Rivero

Licenciada en Ciencias de la Información, rama Periodismo y licenciada en Historia Contemporánea por la Universidad de Sevilla. Tras varios períodos en prácticas en diarios como ABC Sevilla o Diario...