¡Fuera bastoncillos!
Te explicamos cómo prevenir los tapones, por qué evitar los bastoncillos y los pasos adecuados para una higiene segura.
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Funciona como hidratante del canal auditivo y protege al oído de agentes extraños, además de evitar la irritación que produce el agua. Con estas credenciales, ¿por qué seguimos empeñándonos en quitar el cerumen con bastoncillos y otros objetos perjudiciales que lo único que consiguen es formar un tapón?
La cera es una sustancia grasa de color amarillo-parduzco producida por las glándulas que recubren la parte externa del oído y cuya utilidad está más que demostrada: protege al oído de la entrada de bacterias y polvo (además de tener propiedades antibacterianas), lubrica el conducto auditivo y sirve de sustancia que permite la autolimpieza de este conducto, hidratando el canal auditivo. En definitiva, la cera es una señal de buena salud auditiva que limpia, lubrica y protege el oído, y cuando sobra, se expulsa sola, gracias al mecanismo natural defensivo que nuestros oídos poseen para su expulsión.
Y para muestra un tapón
La prevención de la formación de tapones pasa por mantener una correcta higiene del oído. Ahora bien, cuando el cerumen se acumula, bien por producción excesiva de cera o bien por una mala limpieza, por ejemplo, con bastoncillos que empujan la cera hacia dentro, evitando su expulsión natural, se puede bloquear el conducto auditivo externo con la formación de un tapón, una de las causas más comunes de pérdida auditiva.
Según explican desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, algunos de los síntomas que pueden alertarnos de la formación de un tapón son dolor de oído, pérdida parcial de la audición, sensación de taponamiento, ruidos o acúfenos (tinnitus) y en ocasiones, mareos o vértigos. Si el tapón de cerumen se acompaña de secreción en el oído, dolor o fiebre hay que acudir inmediatamente al médico. Los tapones de cerumen son más frecuentes en personas mayores, en los que usan tapones o audífonos, en quienes usan bastoncillos, en personas con conducto auditivos estrechos o con una forma que dificulta la eliminación de la cera.
Qué hacer paso a paso
- Según explica Rodrigo Rosado Collado, vocal de Óptica y Acústica del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), “para facilitar la extracción del tapón de cera, se pueden utilizar cerumenolíticos, es decir, sustancias que son capaces de disolver el cerumen auricular, que además tienen propiedades antisépticas y ligeramente analgésicas. Este tipo de fórmulas se instilan directamente en el oído afectado, unas 2-3 gotas por la mañana y la noche, durante 3-5 días. Ayudarán a ablandar la cera y a disolver el tapón, facilitando su posterior extracción, en caso necesario, con un irrigador, pinzas o el método elegido por el profesional sanitario. Estos productos no podrán utilizarse si recientemente el paciente ha sido sometido a cirugía de oído o si existe algún daño en el tímpano”, explica el farmacéutico.
- El agua oxigenada no disuelve la cera, no es un disolvente lipolítico, por lo que nunca va a disolver un tapón de cerumen.
- El uso de aceite de oliva u otras sustancias oleosas no aptas para el oído podrían generar un nuevo problema en lugar de resolver el ya existente. Estas gotas pueden quedar retenidas en el conducto auditivo y depositarse en el tímpano causando pérdida temporal de audición, dolor e, incluso, facilitar que se de algún tipo de infección, afirma Rosado Collado.
- También hay que evitar el uso de bastoncillos o de cualquier otro objeto (horquillas, puntas de algodón, lápices), ya que favorecen la formación de tapones y predisponen al desarrollo de otitis. Incluso pueden provocar la perforación del tímpano y lesiones de la piel del conducto auditivo.
- Para la extracción de un tapón, en ocasiones puede requerirse la atención de un otorrinolaringólogo mediante un pequeño instrumento curvo llamado legra o cureta o un succionador de cerumen.