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La torsión testicular se produce cuando un testículo se retuerce sobre su cordón espermático provocando que se detenga el aporte de sangre, y pudiendo causar la pérdida de la glándula si no se trata a tiempo.
Los testículos están conectados al cuerpo mediante el cordón espermático y los vasos sanguíneos, pero no están fuertemente fijados, sino que tienen cierta holgura. De este modo, un determinado movimiento puede provocar la rotación del testículo y, con él, la del cordón espermático que lo sostiene. Esto hace que se interrumpa el flujo sanguíneo y que, al no recibir aporte, el testículo pueda necrosarse (por lo general en las 6 o 12 horas posteriores). Por ello, es muy importante que, ante los primeros síntomas, se acuda a urgencias para que valoren el problema y puedan actuar a tiempo. Aunque puede ocurrir a cualquier edad, la torsión testicular es más común en niños de entre 12 y 18 años, y muy infrecuente a partir de los 35.
¡Atención a estos síntomas!
Se caracteriza por un dolor agudo, repentino y muy fuerte en el testículo. Al poco tiempo aparece hinchazón y enrojecimiento en la zona. El dolor parece provenir del abdomen y pueden presentarse náuseas y vómitos asociados y, a veces, también fiebre. La persona afectada siente la necesidad de orinar con frecuencia. Hay que tener presente que los testículos pueden ocasionar molestias por muchas razones y que un dolor moderado y ocasional no es nada extraño y no implica una torsión.
Así se trata
El médico puede intentar reparar manualmente la torsión del testículo haciéndolo girar en el interior del escroto. En algunos casos este procedimiento da resultado y la cirugía puede realizarse más tarde. No obstante, por lo general, el procedimiento manual no tiene éxito y se requiere de inmediato una intervención quirúrgica para resolver el problema. Durante la cirugía, el urólogo suele proceder a la fijación de ambos testículos al escroto con el fin de prevenir futuros episodios.
Si la operación se realiza dentro de las 6 horas siguientes tras producirse la torsión, se recuperará la función del testículo por lo general al cien por cien. Pero, a medida que este intervalo de tiempo aumenta, es más difícil recuperar el testículo y, si la torsión es completa (en ocasiones puede llegar algo de sangre) y se superan esas 12 horas, difícilmente será recuperable. La intervención quirúrgica se realiza bajo anestesia, pero no suele requerir la permanencia en el hospital. Se desaconseja realizar ejercicio sólo durante la primera semana.