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El 21 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Cefalea en Racimos, también conocida como “cefalea de Horton”, un tipo de dolor de cabeza extremadamente doloroso que afecta a unas 50.000 personas en España, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
“La cefalea en racimos se caracteriza por episodios recurrentes de dolor intenso, localizado generalmente alrededor del ojo y la sien. Es una afección que puede resultar incapacitante, con síntomas como lagrimeo, enrojecimiento y congestión nasal”, explica el Dr. Pablo Irimia, Coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la SEN.
Este tipo de dolor de cabeza puede durar desde 15 minutos hasta 3 horas y suele presentarse en grupos o «racimos», que pueden persistir durante semanas o meses. Cuando estos episodios se prolongan por un año o más, se denomina cefalea en racimos crónica, afectando a aproximadamente un 20% de los pacientes, con hasta un 10% de casos refractarios a tratamientos convencionales.
A pesar de ser más común en hombres, con una proporción de 4:1, se observa una tendencia hacia una menor disparidad entre géneros en años recientes. Los factores desencadenantes incluyen cambios en el estilo de vida, el ciclo de sueño, el estrés y factores ambientales, aunque su origen exacto aún es desconocido.
El diagnóstico de la cefalea en racimos puede ser difícil, con más del 57% de los pacientes recibiendo diagnósticos erróneos y retrasos que pueden superar los 3 años. Esto subraya la necesidad de una mayor concienciación y acceso a tratamientos adecuados.
“Es esencial mejorar tanto el diagnóstico como el manejo de esta enfermedad para evitar su cronificación y mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes. La terapia con oxígeno es una opción efectiva con pocos efectos secundarios y debe ser más accesible”, enfatiza el Dr. Irimia.
El Día Internacional de la Cefalea en Racimos nos recuerda la importancia de la investigación, el apoyo a los pacientes y la educación sobre esta afección poco comprendida pero debilitante.