enfermedad hepática

En una analítica rutinaria pueden salir indicadores de inflamación o alguna lesión en el hígado. Determinados factores de riesgo como el alcohol, la obesidad e infecciones previas provocadas por virus hepáticos pueden estar en el disparadero, aunque también pueden arrojar luz sobre otras enfermedades hepáticas de gran calado como el hígado graso o una celiaquía no diagnosticada. Nuestro nutricionista Eric Iges las pone en el punto de mira.

El hígado es la víscera más voluminosa de nuestro organismo y uno de los órganos más importantes del cuerpo humano. Sus funciones básicas son la síntesis de proteínas esenciales para combatir enfermedades y coagular la sangre; el almacenamiento de vitaminas, minerales, hierro y azúcares necesarios para el correcto funcionamiento del organismo; el procesamiento de alimentos para convertirlos en otras sustancias y energía; y, por último, la descomposición de sustancias químicas que pueden ser perjudiciales para el organismo y la eliminación de toxinas y bacterias. Cuando no marcha bien, cualquiera de estas funciones puede verse alterada, repercutiendo en la salud general. Afortunadamente, los marcadores que indican cualquier alteración se ven claramente en una analítica rutinaria.

Marcadores de daño hepático

Es frecuente que en analíticas rutinarias aparezcan marcadores de inflamación (hepatomegalia) o de lesión de hígado, cuyas causas el médico debe esclarecer. Cuando los marcadores indican inflamación del hígado (hepatomegalia o agrandamiento del hígado por encima de su tamaño normal), detrás puede existir una infección, presencia de parásitos, tumores, anemias, estados tóxicos, enfermedades de almacenamiento, insuficiencia cardíaca, enfermedad cardíaca congénita y trastornos metabólicos que deben confirmarse por el especialista.

También puede ocurrir que, en pacientes con patologías de base, las analíticas arrojen resultados indicadores de alteraciones en el hígado. Hablamos de pacientes con sobrepeso, obesidad u otro tipo de enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus.

Las enzimas que hay que analizar y que pueden indicar lesiones en las células del hígado son:

  1. Las transaminasas (GOT y GPT), cuyo grado de elevación puede orientar sobre la agudeza y gravedad de una lesión hepática, sin ser un indicador definitivo de enfermedad. Detrás de esta elevación de las transaminasas puede haber una enfermedad celiaca no diagnosticada. Se tienen distintas teorías por las que este consumo de gluten en celiacos puede ocasionar esta elevación, siendo la alteración de las células del hígado una de los principales argumentos que lo explican.
  2. Por otra parte, la fosfatasa alcalina es otra enzima que puede indicar obstrucciones a nivel del conducto biliar o colestasis (disminución del flujo biliar).
  3. También la albúmina en sangre y los factores de coagulación pueden servir de pronóstico e indicadores de la función hepática. La mejor estimación de la función hepática es el tiempo de protrombina.
  4. Por último, la bilirrubina (producto de desecho de los glóbulos rojos) puede indicar si la función excretora del hígado está funcionando correctamente. Si la bilirrubina es muy elevada, puede causar ictericia, causante de un color amarillento en la piel. Todo esto puede verse a nivel analítico y empezar a sospechar de algún tipo de trastorno a nivel hepático. Sin embargo, en etapas más avanzadas de la enfermedad hepática, las manifestaciones clínicas pueden empezar a ser más notorias. Pueden empezar a aparecer síntomas de astenia o fiebre. Ante exploraciones físicas de un médico, se puede detectar la existencia de hepatomegalia (aumento patológico del tamaño del hígado), si las pruebas realizadas han podido salir alteradas. También algunos signos cutáneos pueden aparecer, como las “arañas vasculares”.
  5. Realmente el método “Gold Standard” para determinar el nivel de la enfermedad hepática es una biopsia de hígado. Durante la biopsia, el médico toma una pequeña muestra de tejido del hígado para analizar y detectar signos de inflamación o cicatrices. Salvo en casos complicados no se llegan a hacer estas biopsias al ser dolorosas e invasivas, por lo que se opta por pruebas de detección mucho menos invasivas como son las analíticas sanguíneas y las exploraciones físicas.
  6. Para confirmar lo visto en analíticas, se suele recurrir a pruebas como la ecografía abdominal, Fibroscan, TACs o resonancias magnéticas.

Come sin dañar tu hígado

Las principales causas de daño hepático son un consumo excesivo de alcohol, una alimentación inadecuada o una infección por virus de hepatitis (mayoritariamente hepatitis A, B y C). Por lo tanto, desde el momento en que los marcadores de inflamación o lesión hepática aparecen elevados en una analítica, se recomienda llevar a cabo una alimentación variada y equilibrada, estilo dieta mediterránea, teniendo en cuenta algunos aspectos concretos:

  • No se debe tomar ningún tipo de bebida alcohólica, independientemente de su graduación (cerveza, vino…). El alcohol es tóxico para el hígado.
  • Se recomienda incluir diariamente frutas con alto contenido en vitamina C (naranja, mandarina, kiwi, fresa, etc.).
  • Se recomienda moderar el consumo de grasas de origen animal (mantequilla, nata, tocino, etc.), embutidos, snacks, alimentos precocinados, así como moderar el consumo de carne roja.
  • Se recomienda moderar el consumo de sal.
  • Se recomienda emplear aceite de oliva y técnicas culinarias sencillas (horno, vapor, plancha, etc.).
  • Es conveniente dejar de fumar.
  • Hay que tener precaución con algunos suplementos. Habla con el médico acerca de los riesgos y los beneficios de tomar suplementos a base de hierbas antes de consumirlos. Algunos tratamientos con medicamentos alternativos pueden dañar el hígado. Las hierbas y los suplementos que debes evitar incluyen cohosh negro, ma huang y otras hierbas chinas, consuelda, teucrium, celidonia mayor, kava, poleo, scutellaria y valeriana.

Hígado graso. ¡Actúa!

Existen enfermedades hepáticas estrechamente relacionados con el estilo de vida. Es el caso de la enfermedad del hígado graso, que se debe fundamentalmente al consumo de alcohol excesivo, o bien a unos malos hábitos de vida que pueden derivar en resistencia a la insulina. El hígado graso se asocia al síndrome metabólico, que engloba una serie de trastornos que, al mismo tiempo, aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Aumento de la presión arterial, niveles altos de azúcar en sangre, acúmulo de grasa en zona abdominal y niveles anormales de colesterol y triglicéridos en sangre, son factores que aparecen dentro de este síndrome metabólico y que se pueden observar en analíticas y con exploraciones físicas.

Las personas que padecen esta enfermedad deben excluir alimentos ultra procesados de baja calidad nutricional, muy calóricos y ricos en azúcares simples, grasas de mala calidad y sal en exceso. Hablamos de refrescos, bollería, galletas, chucherías y snacks. Ni que decir tiene que el consumo de alcohol debería estar restringido en estas situaciones. A su vez, la práctica de actividad física debe ser prioritaria. El objetivo debe ir encaminado hacía una disminución de la grasa y el peso corporal, por lo que se optaría por la realización de una dieta hipocalórica, valorando siempre el caso de manera individualizada.

Por otra parte, con determinadas enfermedades hepáticas en estado avanzado como la encefalopatía hepática, el hígado puede ser incapaz de eliminar algunas sustancias tóxicas para el cerebro, provenientes en su mayoría de la ingesta de proteínas de carne y pescado. Estas sustancias pueden ocasionar distintas alteraciones a nivel de conciencia, de sueño… En estos casos, se debe prestar especial atención a la cantidad de alimentos proteicos a ingerir durante un corto periodo de tiempo para intentar una mejora en los síntomas sin que el estado nutricional se deteriore. Es probable que también haya que vigilar la ingesta de líquidos y de sodio si se cursa con ascitis y edemas.

UN MENÚ PARA PALIAR ANOMALÍAS HEPÁTICAS

*Un menú siempre debe ajustarse a cada persona y a sus necesidades individuales y requerimientos. El menú siguiente es una propuesta saludable con una distribución que puede ser apropiada de distintos grupos de alimentos. Las cantidades de los alimentos deberían ajustarse en función de la composición corporal y actividad física de la persona, con el objetivo de producir una pérdida de peso y grasa corporal posiblemente beneficiosa para este tipo de patología.

DÍA 1

DESAYUNO: Porridge con leche, avena, manzana y canela.

COMIDA: cuscús con salmón y champiñones. naranja

CENA: revuelto de trigueros y bacalao. pan integral. kiwi.

DÍA 2

DESAYUNO: yogur natural con arándanos y copos de maíz sin azúcar.

COMIDA: ensalada de patata. seitán a la plancha. naranja

CENA: ensalada con gambas y maíz. fresas

DÍA 3

DESAYUNO: tostadas de pan integral con revuelto de 2 huevos y champiñones. plátano.

COMIDA: puré de lentejas y verduras. tortilla francesa. naranja.

CENA: salteado de verduras con soja texturizada. kiwi.

DÍA 4

DESAYUNO: porridge con leche, avena, manzana y canela.

COMIDA: pasta integral con pisto de verduras y pollo. naranja.

CENA: brochetas de tofu y verduras. tostada de pan integral con hummus. fresas.

DÍA 5

DESAYUNO: yogur natural con frambuesas y copos de maíz sin azúcar.

COMIDA: ternera en tiras con wok de verduras y patata cocida. kiwi.

CENA: fajitas integrales con verduras y soja texturizada. gazpacho.

DÍA 6

DESAYUNO: tostadas de pan integral con revuelto de 2 huevos y champiñones. plátano.

COMIDA: puré de zanahoira y calabaza. calamares encebollados. naranja.

CENA: hamburguesa vegetal de heura a la plancha. salteado de boniato y champiñones.

DÍA 7

DESAYUNO: tostada de pan integral con tomate y salmón ahumado. naranja.

COMIDA: caldo de verduras con garbanzos y huevos cocidos. parrillada de verdura. naranja.

CENA: calabacines al horno con tomate, queso y atún. pan integral. fresas.

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Eric Iges Iglesias

Nací en Madrid a mediados de los noventa, justo en el año que Brasil ganó su cuarto mundial en los Estados Unidos. Me gradué en Nutrición Humana y Dietética en la UAM, especializándome en nutrición...