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A la larga, el estreñimiento crónico puede producir hemorroides y diverticulosis intestinal. De ahí la importancia de evitar hábitos que puedan conducir a la relajación de la función natural, como el uso de determinados laxantes de manera indiscriminada.
Estar estreñido significa tener una dificultad para expulsar las heces por estar muy duras, de manera que el intestino tiene que hacer un gran esfuerzo para expulsarlas. Si lo normal es ir al baño desde 3 veces al día hasta 3 veces por semana, una persona estreñida va al baño con una frecuencia inferior a tres veces por semana. Aunque el estreñimiento ocasional es muy común, y se da con mayor frecuencia en personas mayores y durante el embarazo, algunas personas experimentan estreñimiento crónico que puede interferir en su capacidad de realizar sus tareas diarias. Cuando el estreñimiento dura más de un año se llama estreñimiento crónico.
Lo que te ayuda
- Beber abundantes líquidos. Al menos 2 litros diarios de agua, caldos de verdura y zumos de fruta. Y mejor en ayunas o antes de las comidas.
- Ingerir más fibra: verduras (crudas o cocidas), legumbres, frutas con piel, (ciruelas, cerezas, uvas, fresas, peras, manzanas, etc.), fruta sin piel (naranjas, higos), frutos secos, cereales integrales (pan, avena, arroz). Las ciruelas y el kiwi son las mejores frutas laxantes.
- Añadir un poco de salvado de trigo o lino en el yogur, la leche, cereales del desayuno, macedonia o batido de frutas. La cantidad de salvado dependerá del estreñimiento. Se puede empezar espolvoreando poca cantidad sobre la comida, y si no mejora el estreñimiento, ir aumentando hasta cuatro cucharadas al día.
- ¡Ojo con los laxantes! No se deben tomar laxantes ni aplicar enemas frecuentemente, ya que, si se usan durante mucho tiempo, el cuerpo se acostumbra y pierde el hábito de la defecación natural. Cuando esto ocurre, hay que volver a entrenar a los intestinos para que funcionen sin ellos, algo que puede durar meses. Lo suyo es empezar también con poca cantidad y siempre bajo recomendación médica. Con el salvado y con los laxantes se puede notar más gases y molestias al principio. Conviene beber mucho líquido en los dos casos.
- Ir al baño siempre a la misma hora, preferiblemente tras el desayuno, y darse un tiempo estipulado, que no debe exceder los 20 minutos, con el fin de evitar hemorroides. Y no aguantar las ganas de ir al baño.
- Hacer ejercicio físico con frecuencia (caminar, ir en bicicleta, nadar), es muy bueno para activar los intestinos.
- Y por último, no se debe tomar medicamentos sin indicación médica, ya que algunos pueden provocar estreñimiento.
Cáncer de colon: atentos a los cambios en la evacuación
Cambios en la evacuación como el estreñimiento o la diarrea pueden estar detrás de un cáncer de colon, cuyo riesgo aumenta con la edad (más del 90% de los casos se presenta en personas mayores de 50 años, aunque también puede darse en personas jóvenes e incluso en adolescentes) y que se deben a alteraciones del ritmo intestinal. Otros síntomas de alerta pueden ser la sensación de necesitar utilizar el inodoro constantemente, tener cólicos, la pérdida de peso sin causa aparente, y, sobre todo, la presencia de sangre en las heces, además de dolor abdominal, pérdida de peso y cansancio. Los expertos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) nos recuerdan que, aunque muchos de estos signos pueden ser causados por otras afecciones, es primordial acudir al médico de inmediato para descartar problemas mayores, se pueda determinar la causa y se prescriba un tratamiento si es necesario. Este tipo de tumor no suele aparecer de forma repentina, sino que se va desarrollando poco a poco, a partir de pólipos benignos que aparecen en la pared interna del colon y recto y que pueden transformarse en malignos. Para detectarlo a tiempo, las pruebas de cribado a partir de los 50 años son esenciales: la detección de sangre oculta en las heces, la sigmoidoscopia (procedimiento mínimamente invasivo que permite examinar la parte del intestino grueso más cercana al recto) y la colonoscopia, realizada en personas sin síntomas y en aquellas que tienen antecedentes familiares, y que consiste en explorar el interior del colon y recto por medio de un endoscopio flexible que se introduce por el ano bajo sedación.