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El uso de nuevos fármacos y tratamientos de inmunoterapia, así como la incorporación de herramientas de inteligencia artificial a los métodos de diagnóstico, abren nuevas esperanzas para la curación del melanoma, el cáncer de piel más agresivo y con peor pronóstico.
Si hace 40 años era raro diagnosticar melanoma en las consultas de dermatología, en las últimas décadas su incidencia se ha duplicado y la tendencia es que el número de casos aumente cada año. Según las cifras que maneja la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), en España se diagnostican alrededor de 78.000 nuevos casos de cáncer de piel al año, de los cuales un 5% son melanomas, el más agresivo y con peor pronóstico, mientras que el 95% restante se corresponde con cáncer de piel no melanoma, fundamentalmente carcinomas basocelulares (CBC) y espinocelulares (CEC), que, aunque en términos generales tienen mejor pronóstico, en ocasiones pueden dar lugar a complicaciones importantes y metástasis. Afortunadamente, el uso de nuevos fármacos, la inmunoterapia y el diagnóstico por Inteligencia Artificial (IA) están aumentando la esperanza de vida de los pacientes con cáncer de piel.
Gracias a la Inteligencia Artificial, se puede diferenciar entre lesiones melanocíticas y no melanocíticas, una ventaja para el diagnóstico temprano del cáncer cutáneo que ayuda a generar sistemas de cribado capaces de priorizar los casos en función de su gravedad. Por otro lado, algunos de los mayores avances en dermatología oncológica se están dando en el campo de la inmunoterapia, en concreto con unos nuevos fármacos que bloquean la acción de las proteínas que limitan la respuesta inmunitaria del propio cuerpo, con el objetivo de ayudar a las defensas del paciente en su lucha contra el cáncer, en lugar de atacar directamente los tumores. Una de las principales ventajas es su baja toxicidad, ya que se administra por vía intravenosa y no genera efectos secundarios como la caída del pelo, la aparición de llagas o la bajada de leucocitos, propios de la quimioterapia.
Más importante de lo que parece
“En general, hay poca preocupación social sobre las consecuencias del cáncer de piel, a pesar de que cada vez hay más campañas de información ciudadana. En muchos casos, se le considera erróneamente un ‘cáncer no peligroso’, a pesar de que el melanoma tiene una gran capacidad de generar metástasis rápidamente y ser potencialmente mortal si no se diagnostica en sus primeras fases. La buena noticia es que, a la vez, es un cáncer que se puede prevenir eficazmente con autoprotección, y curar siempre que se realice un diagnóstico y tratamiento precoz” explica el doctor Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral (IDEI), quien enumera las principales reglas para prevenirlo.
- Regla número 1, protegerse todo el año y evitar las horas centrales del día: cuanto menos sol percibimos, menos nos protegemos y más se acumula en nuestra piel. Gran error, ya que este efecto acumulativo es incluso más perjudicial, al estar relacionado con la aparición de lesiones premalignas como las queratosis actínicas, o malignas como el melanoma.
- Regla número 2, elegir un buen fotoprotector solar con SPF 50 y que proteja frente a radiación UVB y UVA.
- Regla número 3, no sobreexponerse al sol ni tomarlo en las horas centrales del día: utilizar cabinas bronceadoras provoca que, con el paso del tiempo, se desarrollen grandes manchas o lunares que van creciendo y en muchos casos se convierten en cáncer de piel.
- Regla número 4, autoexploración y revisiones en el dermatólogo.