Muy común en niños
Se produce por la fricción reiterada de los dedos con superficies ásperas como el borde o el suelo de las piscinas.
Tras un día de piscina no es inusual que el niño muestre lesiones en las yemas de los dedos o incluso en las palmas de las manos debido a la humedad y al roce continuado con los bordillos. No hay que preocuparse, se trata de una afección cutánea benigna.
La dermatitis palmar juvenil o pulpitis palmar de las piscinas es una dermatitis irritativa de contacto que aparece casi exclusivamente en niños y está relacionada con la permanencia prolongada en una piscina. Se produce por la fricción reiterada de los dedos con superficies ásperas como el borde o el suelo de estas.
Se caracteriza por la aparición de lesiones brillantes en forma de manchas de color rojizo o violáceas en las yemas de los dedos. Con menor frecuencia pueden aparecer en las palmas de las manos o en las plantas de los pies. No suelen provocar dolor ni picor ni molestia alguna. Muy típica del verano, se trata de una lesión habitual, aunque no es muy conocida y posiblemente esté infradiagnosticada
¿A quién afecta?
Esta dermatitis se ceba principalmente en niños porque acostumbran a pasar largas jornadas en la piscina y, bien porque aún no saben nadar correctamente o porque se casan, suelen permanecer mucho tiempo agarrados al abordillo. A esto se une una piel infantil más frágil y sensible que la de los adultos. Al estar tanto rato en contacto con el agua, se produce una hiperhidratación del estrato corneo de la piel, la capa más superficial, lo que a su vez la hace más vulnerable. Si, además, se añade una fricción repetida con superficies ásperas y rugosas, se termina por desarrollar la lesión.
El cloro y otros productos químicos que suelen añadirse al agua de las piscinas no están relacionados con el desarrollo de estas lesiones, aunque sí se ha observado mayor incidencia en aquellos niños que padecen dermatitis atópica. En algunos casos, si el estímulo que provoca la pulpitis se repite día tras día, podrían llegar a aparecer eccemas o erosiones en la piel.
Cómo tratar las lesiones
- La pulpitis palmar de las piscinas no requiere tratamiento, basta con mantener a los niños alejados de las actividades acuáticas durante un tiempo y la afección desaparecerá por si sola sin dejar secuelas.
- Del mismo modo la prevención consiste en evitar que los pequeños permanezcan demasiado tiempo en la piscina, para ello podemos proponerles que jueguen también fuera del agua o realicen otras actividades.
- En el caso de que los baños y la fricción hayan sido prolongados y aparezca irritación, inflamación o dolor, se puede aplicar una crema hidratante que ayude a restablecer la barreta cutánea Si vemos que las manchas empeoran o no desaparecen, sería recomendable acudir al pediatra para su valoración, quien puede prescribir una crema con corticoides.