Frente a todo lo que tenga el apellido Challenge más vale poner “pies en polvorosa”. La mayoría de las veces son invitaciones a retos (muy presentes en Tik Tok), que ponen en peligro la integridad física y psíquica de niños y adolescentes. La psiquiatra infantojuvenil María Velasco nos previene sobre los peligros que encierran estas prácticas que a menudo pueden esconder (y provocar) trastornos mentales en los chavales.
Asociaciones para la defensa de la juventud como la castellano leonesa REA llevan años denunciando el peligro de los retos virales, popularmente conocidos en la red como “challenges”, y que consisten en imitar una acción grabada con un dispositivo digital para posteriormente colgarlo en alguna red social, “nominando” o invitando a otros conocidos a hacer lo mismo. El resultado es que a las pocas horas pueden existir miles de publicaciones sobre ese mismo reto en internet con la recompensa de miles de “me gusta” y de seguidores nuevos para quienes lo realizan. Según explican desde esta asociación, gran parte del éxito de los retos virales viene dado por la brevedad de los vídeos, (menos de 1 minuto), su enorme diversidad y su fugaz viralidad: si un reto está de moda al poco tiempo deja de estarlo y se pone de moda otro.
De tres tipos
- Retos sociales: tienen un componente social o familiar de diversión como bailes o bromas inofensivas.
- Retos solidarios: cuyo propósito es concienciar a los usuarios sobre una causa social determinada, ayudar a los demás o fomentar buenas conductas. Un ejemplo es el Trashtag challenge, que anima a limpiar el entorno. Miles de usuarios de redes sociales publican imágenes del antes y el después de la limpieza de espacios naturales de todo el mundo.
- Retos peligrosos: que ponen en riesgo la integridad de la persona que lo hace o de otras personas, como Caza al pijo, que consiste en dar una paliza a una persona por la calle; o el Coronavirus challenge, iniciado por una influencer que puso de moda el reto de lamer un retrete público durante la pandemia. Son estos últimos los de mayor proyección.
Todo por un like
Muchos de estos retos, lejos de promover acciones sociales o solidarias (buenos ejemplos son el Mannequin Challenge, que consiste en congelar una imagen grupal en eventos familiares o el Ice Bucket Challenge o reto del cubo de agua helada contra la ELA), son muy peligrosos y atentan contra la integridad física o psíquica de sus actores, la mayoría niños y adolescentes en busca de reconocimiento social. Estos incluyen la ingesta de sustancias tóxicas, prácticas peligros como bajarse de un coche en marcha mientras se baila, o superar retos en el que incluso te piden que te suicides. Uno de los casos más llamativos es el del blackout challenge o desafío del desmayo que recientemente ocasionó la muerte cerebral muerte cerebral a un niño inglés de 12 años en 2022. O los más recientes Tripping Challenge o desafío de la zancadilla y el Superman challenge que imita el vuelo del superhéroe con ayuda de compañeros y que ha provocado lesiones a varios chicos en Huelva.
El atractivo que suponen los retos peligrosos para los más jóvenes lo corroboran las estadísticas: según un estudio del grupo de investigación en Ciberpsicología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), uno de cada 10 adolescentes españoles reconoce haber realizado retos virales peligrosos, aunque en general, los más frecuentes son los sociales (80,3%), seguidos de los solidarios (20,6%) y lo más habitual es que realicen diferentes tipos de retos virales a la vez. Así, el 15,3% de los adolescentes realiza a la vez retos sociales inofensivos, junto a retos virales peligrosos.
Qué hay detrás
La principal “recompensa” que otorgan este tipo de retos es que captan la atención de miles de usuarios en poco tiempo y permiten obtener fácilmente likes y nuevos seguidores, lo que lleva a muchos de sus actores a exponerse a actos extremos con el fin de aumentar su audiencia.
- Muchos de los retos virales más peligrosos tienen más predicamento en menores de 18 años. ¿Por qué? ¿Ha tenido alguna vez algún caso en su consulta?
Claro, sí he tenido casos en la consulta. por tres razones, antes de los 18 los menores no tienen construido ese tabique que diferencia nuestra realidad interna de la externa, no diferencian bien las consecuencias reales que en la vida real que pueden tener sus actos. Pueden imaginarse que las cosas son de una manera y creer que realmente van a suceder así. Esto lo vemos uy bien en los niños pequeños que cuando se disfrazan se creen el personaje. Pues en la edad adulta no: un adulto no se cree que es Superman porque se disfrace de Superman. Pues en la adolescencia todavía tenemos esa dificultad para diferenciar lo que es real de lo que no lo es. Y por eso no sabemos calcular bien las consecuencias que un reto así puede tener. Además, estamos en un proceso de construcción mental que hace que nuestra impulsividad sea mayor, tenemos menos capacidad de reflexión, porque hay zonas del cerebro que aún no están bien formadas y otras que están en una hiperactivación. Y por tercer y última causa, es muy importante en la pubertad y adolescencia pertenecer a un grupo de iguales, y para ganarnos ese cariño y ese sentimiento de pertenencia, que es una cuestión de vida o muerte, necesitamos hacer estos retos, para sentir que somos visibles ante nuestros compañeros y amigos.
- Cuáles son los riesgos para la salud mental de los menores y adolescentes asociados a estos retos virales. De qué manera pueden poner en peligro la integridad psicológica de la persona.
En primer lugar, pueden poner en riesgo la vida física y la salud.Eestos retos siempre tienen una peligrosidad, por eso son retos, porque hay algo que se está poniendo en juego: la integridad o salud física, o la moral o identitaria. Hay que tener en cuenta que los adolescentes viven en un momento de tránsito, necesitan pensar que están por encima de lo que les rodea, de ahí que hagan cosas peligrosas, para demostrar que son inmortales, acarrean esta creencia de la infancia de la inmortalidad y de creer que no les puede pasar nada malo.
Si no tuvieran esta característica de peligrosidad no les llamarían la atención. Para la salud mental el riesgo se deriva de esa exposición frente a los demás, de no saber si se van a reír de tí, si se van a burlar… además estos retos se graban y no se pueden quitar de las redes, con lo cual vendes una parte de tu intimidad sobre la que vas a perder el control, te hacen perder la libertad y las expectativas igual no se cumplen en un momento de tu vida en el que tienes una inestabilidad emocional…Y de por sí, poner en juego la amistad y creer que necesitas hacer el reto, ya implica cierta fragilidad identitaria o familiar, porque no todos los adolescentes hacen retos. Esa necesidad de pertenecer a un grupo y tener que pagar un precio para pertenecer a ese grupo ya implica cierta fragilidad, y esto es también algo que debemos tener en cuenta.
- Todo por conseguir likes y aceptación, aspectos relacionados con una proyección idealizada de uno mismo. Qué hay detrás de este afán. ¿Puede ser enfermizo?
Yo lo calificaría más bien como una proyección idealizada de nuestro narcisismo, algo que todos tenemos y que necesitamos alimentarlo a lo largo de nuestra vida de una manera sana: es lo que llamamos autoestima. Hay que entender que nuestros adolescentes son nativos digitales, su mundo es digital y los likes y la aceptación digital forman parte del mundo en el que se mueven, algo que nos cuesta un poco entender a los adultos, que no somos nativos digitales. Su mundo ya no se circunscribe al colegio y a los amigos del barrio, sino que es un mundo mucho más amplio, en el que hay mucha gente que no conocen, con quienes no tienen un vínculo real. Por eso es tan importante hablar con ellos y explicarles que los likes de personas que no conocen no están apuntalando su narcisismo real, sino están sirviendo para hacer crecer este narcisismo de forma patológica. Un riesgo que nos va a perseguir toda la vida y que tenemos que cuidar.
- ¿Son los chavales realmente conscientes del riesgo que asumen? Por qué el peligro y el riesgo a veces es lo que les lanza a realizar este tipo de retos.
Los chavales realmente no son conscientes de las consecuencias. Sí que es cierto que necesitan demostrarse que están por encima del bien y del mal, que pueden sobrevivir… pero esto lo hacen quienes necesitan demostrarse algo, y quien necesita hacer este tipo de retos tan complicados es porque algo le falta. No ocurre esto con aquellos adolescentes que tienen un entorno familiar más cercano…
- ¿Se dan más en niños o en niñas?
Son más frecuentes en el género masculino, por cómo está construida esa identidad de género. Los chicos necesitan más la acción, el peligro, y tienen una identidad en la que la valentía está relacionada con la hombría. Necesitas demostrarle al mundo algo porque tienes muchas dudas identitarias.
- Qué relación guardan ese tipo de retos con otros problemas como la nomofobia (miedo irracional a estar sin teléfono móvil) o el FOMO (temor a no estar al día de lo que pasa en tu grupo de iguales, el sexting, el ciberbullying, el grooming, etc.
Creo que este tipo de retos tienen más que ver con la identidad, la falta de supervisión, la necesidad de obteer un refuerzo positivo de tu identidad, de pertenencia a un grupo, de éxito social. No creo que estén relacionados con esos términos que no me gusta usar, porque corremos el peligro de psiquiatrizar las cosas, de ponerles un nombre psiquiátrico. Las fobias son trastornos mentales y el miedo a estar sin teléfono móvil no es otra cosa que la necesidad de consumir aquello a lo que estás enganchado y eso es propio de una adicción.
- Algunos retos virales asociados a cánones de belleza, ¿están provocando trastornos de la conducta alimentaria?
No. Las redes sociales e internet son los que están provocando TCA potenciando mucho por los filtros y las comparaciones, y no solo con tus amigas del colegio, sino con todo el mundo. En el género mujer, ser bella se relaciona con el éxito: si soy bella pienso que me van a querer más, me garantizo el amor, los vínculos, el que se me vea… a nadie le gusta estar solo y ser invisible y la belleza garantiza que no te va a pasar ninguna de estas dos cosas. Hay un claro aumento de trastornos de la conducta alimentaria en el género femenino, relacionados con la belleza, pero no hay retos que estén alimentando estos TCA.
- Qué retos se han descrito como los más peligrosos.
Los últimos son retos asociados al consumo de medicamentos como el que insta a tomar clonazepam o diazepam en grupo, siendo el desafío dormirse el último. O el Benadryl Challenge, que consiste en tomar una gran dosis de benadryl, un antihistamínico comúnmente usado para tratar alergias, y publicar videos de las alucinaciones que se experimentan. Las consecuencias son un aumento de la frecuencia arterial y de la presión arterial, convulsiones, coma y, finalmente, la muerte). TikTok, que es la plataforma preferida para publicar retos o “challenges” tiene unos algoritmos peligrosos e incitan a los usuarios a ahogarse hasta desmayarse. Y efectivamente este y muchos otros son muy muy peligrosos, porque conllevan un riesgo enorme. La muerte de un adolescente es un drama social, no solo familiar. Me parece que tenemos que poder garantizar que los jóvenes transiten la adolescencia de una suficientemente manera segura, tener tanta información en las redes sobre cosas letales es muy peligroso, poque los adolescentes no están preparados para manejarla. Y lo mismo ocurre con el suicidio: aumentan las conductas letales y los suicidios porque hay mucha información en las redes sobre cómo suicidarte. Y qué estrategias se pueden poner en marcha desde casa y las familias para prevenir este tipo de retos. Cómo educar sobre los peligros de estas tendencias.
Los padres siempre han tenido que explicar a los hijos los peligros que conllevan la vida. Antes era cuando te ibas solo a una ciudad, cuando salías por las noches… y ahora son los peligros asociados a un mal uso de internet. Lo que ocurre es que ahora hay poco diálogo con los hijos, los padres viven unas vidas muy exigentes y complicadas y sobreviven en una situación de estrés crónico. Eso no facilita las conversaciones con los hijos de cara a que los hijos puedan formarse una identidad sólida cerca de la realidad. Efectivamente, si un adolescente tiene un núcleo familiar cercano que desde pequeño le explica de qué va la vida y cuida de que a determinadas edades no consuma según qué contenidos en internet, supervisa quiénes son sus amigos y le apoya en su autoestima, validando las cosas importantes como el esfuerzo, no vas a hacer estos retos. De hecho es mucho más raro y extraño que un adolescente con estas condiciones lo realice.
- ¿Cree que debería restringirse de alguna manera el acceso y el uso de este tipo de redes a los menores? Cuáles son las consecuencias del acceso temprano a las redes sociales.
Absolutamente. En mi opinión deberían restringirse totalmente las redes sociales para los menores de edad. Creo que, si tenemos claro que para conducir hay que tener 18 años, para votar hay que tener 18 años y que la mayoría de edad sanitaria es a los 16 años, no podemos pensar que nuestros menores tienen un sistema nervioso central y un cerebro lo suficientemente maduro y preparado para el consumo de contenidos en internet. No lo están, pero esto no lo hemos sabido hasta ahora, porque hasta la fecha internet era una nueva dimensión. Los padres tienen que superar la pereza y evitar e impedir que los menores puedan acceder a internet antes de los 16 años.
- El control parental que incorporan los móviles, ¿es suficiente? Cómo supervisar y acompañar en el uso de Internet y redes sociales.
Bueno vamos a pensar que en internet está todo el mundo metido, que hay muchos intereses políticos, económicos y sectarios en la red. Aunque también tiene muchos beneficios, hay muchos delincuentes y personas con intereses muy dañinos para la sociedad metidos ahí. Las consecuencias para la infancia y la adolescencia a nivel mental están siendo claras y hoy en día hay un claro deterioro de la salud mental por culpa de internet, también en los padres. Las instituciones tendrían que tomar decisiones y llega a acuerdos en la sanidad y la educación de cara a la protección de la infancia y la adolescencia. Por supuesto, el control parental que incorporan los móviles no es suficiente. Hay que tener en cuenta que los niños son nativos digitales y que van por delante de los padres, por eso deben ser las instituciones quienes regulen todo esto. Es urgente encontrar la manera de frenar la subida de vídeos con carácter autolesivo, violento, peligroso, discriminatorio o que hieran la sensibilidad del menor. Además, tampoco hay que olvidar que a través de estas prácticas los chavales buscan un mayor número de visualizaciones sin importar que están haciendo algo en contra de la ley o que pone su vida en peligro.
Que no acaben en tragedia
El Blackout challenge en este reto, los adolescentes tratan de aguantar la respiración lo máximo posible hasta desmayarse. Tripping Challenge: conocida como el “desafío de la zancadilla”. En este reto participan tres personas, pero una está ignara de ello. Cuando la persona que no está al tanto del desafío salta, mientras los otros dos le hacen una zancadilla simultáneamente, haciéndola caer de espaldas. Muchos adolescentes acabaron hospitalizados. Reto del fuego: los jóvenes se rocían de alcohol u otra sustancia inflamable y se prenden fuego mientras se graban. La Ballena azul (viral en el 2017): consiste en manipular a los niños para que realicen tareas cada vez más peligrosas durante 50 días, culminando con el suicidio como tarea final. Los jugadores son elegidos por una persona anónima y son extorsionados con amenazas de divulgar información personal. No es el único caso. Prenderse fuego, hacerse zancadillas, son, entre otras, más prácticas peligrosas que se han hecho virales entre adolescentes en redes sociales y que, además, muchas veces son delito. The Shell Challenge (‘El Cascarón’), el reto trata de comer cualquier alimento o producto con su propio envoltorio o cáscara. Los «likes» llegan cuando se cruza la línea. Desde una naranja, un plátano, un huevo con su cáscara, hasta cualquier tipo de bollo o chocolatina con envoltorio de plástico. Los ‘borradores mágicos’, la peculiaridad es que es un producto real que a menudo aparece anunciado dentro de las aplicaciones. “Estas esponjas contienen sustancias abrasivas que pueden tener graves consecuencias en nuestra salud oral”, advierten los ortodoncistas. ‘Challenge viagra’, uno de los últimos en llegar a España. El reto viral sugiere la toma de hasta 5 pastillas de 100 miligramos, mezclados con bebidas, cuando la dosis diaria para un adulto es de una sola cápsula. El primer caso del ‘Challenge Viagra’ se reportó en Colombia, cuando 11 alumnos del Colegio San Bartolomé ingresaron a un centro de salud con taquicardia, dolores de cabeza y mareos.
El ‘chroming’, la inhalación de productos como desodorantes, es una práctica adictiva que se está de moda entre los jóvenes. Lo realizan buscando efectos relajantes. En otros casos, inhalan tipos concretos de sustancias con las que buscan broncear la piel. Pero la realidad es que suele ser por la búsqueda de los efectos similares al alcohol que produce el inhalar desodorantes o espráis. 48 horas desaparecido, el objetivo es desaparecer. No dar señales de vida a familiares ni amigos durante, al menos, dos días para que así se inicie tu búsqueda oficial. El reto lo gana el que más tiempo aguante ‘desaparecido’ o el o la que más ruido genere.
Claves para prevenir, detectar o reaccionar ante retos virales
*Por la Asociación Pantallas Amigas
Los retos virales y otras actividades peligrosas a imitar pueden aparecer en cualquier momento y en cualquier plataforma. Por esa razón las familias deben:
- Fortalecer la autoestima y la asertividad. Una persona se gana el respeto también cuando es capaz de tomar y mantener sus propias decisiones y resistir la presión de las demás.
- Estimular el pensamiento crítico y potenciar la reflexión, pararse a pensar en las posibles desenlaces del reto y sus consecuencias, recordando que la gente por lo general solamente publica lo que ha salido bien.
- Desarrollar el compromiso y la implicación contra las actividades de riesgo que pueden afectar tanto a las personas cercanas como a las desconocidas. No participar e influir para que otras personas no participen. No compartir e incluso denunciar este tipo de contenido en la plataforma.