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El 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, la causa de demencia más frecuente
El Alzheimer representa el 60-80% de todos los casos de demencia, seguida de la demencia vascular y de otras como la demencia por cuerpos de Lewy o la demencia frontotemporal. La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que actualmente podrían existir unas 800.000 personas en España con enfermedad de Alzheimer. No obstante, puesto que la prevalencia e incidencia de esta enfermedad se incrementa a partir de los 65 años de forma exponencial (afecta al 5% de la población mayor de 60 años, al 20% de los mayores de 80 y al 30% de los mayores de 90), el progresivo envejecimiento poblacional y el incremento de la esperanza de vida, hará que el número de casos aumente en las próximas décadas.
El Alzheimer no es solo la principal causa de discapacidad en personas mayores en España, sino que también es la patología que genera uno de los mayores gastos sociales: el coste por paciente de Alzheimer se estima que ronda entre 27.000 y 37.000 euros anuales en España. Y, en todo el mundo, supondría un gasto total superior a los 800.000 millones, una cifra que ha aumentado un 35% en los últimos cinco años.
Además, un reciente estudio sitúa ya al Alzheimer y a otras demencias como la segunda causa específica de muerte en España, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la demencia es el grupo de enfermedades que más han aumentado en mortalidad en los últimos años, tras haberse duplicado en los últimos 15.
Un gran reto sanitario
“Estamos pues, ante una enfermedad que supone un gran reto sociosanitario y que, de no tomar medidas, supondrá un problema aún mayor en los próximos años. Puesto que aún no existe cura para esta enfermedad, mejorar los tiempos de diagnóstico y tomar medidas para lograr que la población envejezca de forma saludable, son actualmente las mejores medidas de las que disponemos para poner freno al Alzheimer”, señala la doctora Sagrario Manzano, Coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología.
Cada año se diagnostican en España unos 40.000 nuevos casos de Alzheimer. Sin embargo, debido a que los síntomas iniciales de esta enfermedad son a veces difíciles de distinguir de los olvidos cotidianos es una enfermedad infradianosticada. La SEN estima que entre el 30 y el 40% de los casos de Alzheimer estaría sin diagnosticar, unas cifras que se elevarían al 80% en los casos de Alzheimer que aún son leves. “Aunque la enfermedad no tenga cura existen tratamientos que, al menos por un tiempo, consiguen detener o ralentizar la progresión de la enfermedad. Por lo tanto, un tratamiento precoz permitiría estabilizar al paciente en las fases más leves de la enfermedad y retrasar la evolución unos años, lo cual es fundamental para mejorar la calidad de vida de los pacientes”, explica la doctora Sagrario Manzano. Según la doctora Sagrario Manzano, para distinguir el Alzheimer de otras demencias, podemos utilizar la herramienta de las cuatro Aes y una C a la hora de detectar síntomas:
- Las Aes son: Amnesia, incapacidad para recordar hechos recientes, aún a pesar de que se utilicen pistas o claves; Afasia, dificultad para denominar objetos sencillos; Apraxia, dificultad en el manejo de utensilios domésticos o herramientas y Agnosia, dificultad para reconocer el entorno o para reconocer que tiene deficiencias en su memoria.
- La C hace referencia a la Conducta, a cambios sobre todo en el estado de ánimo, irascibilidad y apatía”, señala la experta.
Por otra parte, llevar a cabo estrategias de prevención sobre los factores de riesgo de demencia conocidos, conseguiría disminuir el impacto de esta enfermedad en nuestra sociedad. Algunos estudios señalan que llevar hábitos de vida saludables podría reducir hasta un 40% los casos de Alzheimer, o al menos retrasar el debut clínico de la enfermedad. Y es que existen diversos factores de riesgo potencialmente modificables como: el control de los factores de riesgo vasculares, un mayor nivel educativo o cambios en los estilos de vida, principalmente un mayor nivel de actividad física, adopción de dietas más saludables y abandono de hábitos tóxicos como el tabaquismo.