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Tanto en la salud como en la enfermedad, mantener una actitud positiva puede llegar a serlo todo. Así lo afirman los expertos del Institut Barcelona de Psicología, centro de excelencia de Top Doctors, quienes aseguran que aunque “no es posible asegurar que la actitud sea un factor determinante al 100% en el transcurso de la enfermedad, sin embargo, existen cada vez más estudios centrados en la interrelación entre la mente, la actitud y la superación de enfermedades que demuestran que las personas más optimistas, auto-eficientes y con más ganas de luchar, tienen mayor esperanza de vida.
6 puntos de apoyo que abren la llave de la felicidad
El apoyo familiar, las relaciones sociales o la estabilidad emocional de la persona son los factores determinantes a la hora de trabajar la actitud positiva. Según nos explica la doctora Neus García Guerra, psicóloga clínica, y miembro de Top Doctors, la unidad cuerpo-cerebro-mente tiene la principal labor de obrar en la búsqueda de la supervivencia. “La persona es feliz no por un conjunto de circunstancias, sino por un conjunto de actitudes. Cuando podemos aceptar que la vida no es fácil, entonces, vivir ya no resulta un proceso tan costoso”.
Desde el Institut Barcelona de Psicología, recomiendan apoyarse, siempre con actitud positiva, en los siguientes pilares fundamentales para la recuperación de una enfermedad.
- Terapia de grupo o asistencia a grupos de apoyo: no hay nada como escuchar las vivencias de personas que han pasado por la misma situación. Esto favorece a que tengan una visión real en la que verse reflejados, lo que repercute asimismo, en la actitud durante el proceso de curación.
- Practicar actividades físicas: dentro de las posibilidades de cada uno. Trabajar el cuerpo repercute directamente en cómo nos sentimos.
- Potenciar las relaciones: contar con el apoyo de familiares, amigos y seres queridos, es uno de los principales pilares para tener una visión más optimista.
- Practicar nuestras aficiones: no por tener una enfermedad vamos a dejar de hacer aquello que nos gusta. En la medida de lo posible, continuar practicando y disfrutando de las aficiones que ya teníamos, evitará entrar en un bucle de pensamientos relacionados con la patología.
- Realizar ejercicios de respiración y relajación. Este tipo de actividades ayudan a trabajar cuerpo-cerebro-mente al tiempo, por ello es muy importante incorporar la práctica de actividades como el yoga o el pilates.
- Acudir a un profesional de la psicología. Este punto es clave desde el inicio del tratamiento. Médico y psicólogo deben ir de la mano durante todo el proceso. “Es aconsejable que el doctor explique al paciente desde el inicio, la situación que se le plantea a partir de ahora y conozca las expectativas de curación. A partir de ahí, es importante acompañar al paciente durante el proceso desde un punto de vista médico y psicológico, para que la persona pueda definir su perspectiva y potenciar la actitud positiva que le ayude a salir adelante”, aconsejan los expertos del Institut Barcelona de Psicología.