Adherencias uterinas

“Hace un año y medio tuve un aborto y me hicieron un legrado. Llevo ya casi un año queriendo quedarme embarazada sin éxito.  Me han dicho que tengo adherencias. ¿Qué son y cómo se tratan?”

Nos escribe… Lourdes (Zamora)

El interior del útero es como un bolsillo con las paredes delantera y trasera planas, una contra la otra, recubierto de un tejido denominado endometrio. Durante la menstruación, la capa superficial del endometrio se desprende, pero cuando una mujer queda embarazada, el embrión se implanta en el endometrio. Una lesión y/o infección en el endometrio puede dañar el revestimiento y provocar la formación de adherencias (tejido cicatricial) entre las paredes internas del útero. El síndrome de Asherman es el término utilizado para describir las adherencias dentro del útero.

Cicatrices leves o graves

La causa más común de las adherencias intrauterinas es una lesión producida tras un procedimiento quirúrgico relacionado con la cavidad uterina, como pueden ser la dilatación y el legrado, procedimiento quirúrgico ambulatorio común en el cual se abre el cuello uterino (cuello del útero) y se vacía el contenido de tejido del útero, bien sea por complicaciones del embarazo, por sangrado uterino después del parto, por abortos espontáneos, o, con menor frecuencia, por problemas ginecológicos que afectan al útero. Otras posibles causas de la formación de adherencias son las infecciones del revestimiento uterino (endometritis), la extracción de los fibromas en la cavidad uterina y la ablación endometrial (un procedimiento quirúrgico que se utiliza para dañar intencionalmente el endometrio a fin de eliminar los períodos menstruales o hacer que sean más leves).

Las cicatrices que se forman pueden ser leves, con bandas elásticas delgadas de tejido cicatricial, o más graves, con la formación de bandas gruesas. En los casos más graves, se puede producir la destrucción parcial o total de la parte interior del útero.

¿Se pueden tratar?

La extirpación quirúrgica de las adherencias intrauterinas puede realizarse con la ayuda de un histeroscopio operatorio especial para extirpar el tejido cicatricial. Esto se suele hacer bajo anestesia. Después de la extirpación de las adherencias, muchos cirujanos recomiendan colocar temporalmente un dispositivo, como un catéter de plástico, en el interior del útero para mantener las paredes del útero separadas y para evitar que se vuelvan a formar adherencias. Con frecuencia, después de la cirugía se prescribe un tratamiento hormonal con estrógenos y medicamentos AINEs para reducir la posibilidad de que se vuelvan a formar adherencias. En los casos graves, puede ser necesario realizar más de un intento para extirparlas quirúrgicamente.

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Teresa Martin Buendía

Teresa Martin Buendía

Farmacéutica comunitaria adjunta con más de 24 años de experiencia .Colaboradora de la revista Consejo de tu farmacéutico desde 2014 . Soy una apasionada de mi profesión. Lo que más me gusta de...