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El embarazo es una etapa de la vida de las mujeres en la que la alimentación juega un papel muy importante para su desarrollo idóneo. Nuestro dietista-nutricionista Eric Iges cómo debe ser su correcto abordaje nutricional y sobre qué alimentos debemos poner especialmente el foco.
Uno de los aspectos principales por los que una mujer embarazada acude a la consulta de un dietista-nutricionista es controlar su ganancia de peso durante este periodo. Es muy importante recalcar que no se recomienda la aplicación de dietas restrictivas con objetivo de perder peso. Sin embargo, en función del peso corporal e IMC de partida, sí existen unas recomendaciones de ganancia de peso, el cual podrá ser en mayor o menor medida en función de este peso inicial. A continuación, os mostramos en la siguiente tabla cuál sería esta recomendación de ganancia de peso según el “Institute of Medicine, EEUU”:
El segundo motivo principal por el que un dietista-nutricionista puede ser de gran ayuda durante el embarazado es en relación a la información que ha de darse sobre ciertos alimentos, los cuales puede convenir prestar especial atención o tener cierta precaución hacia ellos:
Lácteos no pasteurizados. Tanto leche como quesos, deben haber sido sometidos a un tratamiento térmico efectivo (pasteurización o esterilización). De esta manera, evitamos la posible contaminación por diferentes microorganismos, especialmente la Listeria. Ni que decir tiene, que el consumo de leche cruda que recientemente ha estado tan “de moda” está totalmente contraindicado (para cualquier persona), ya que puede contener microorganismos potencialmente peligrosos (Campylobacter, Escherichia Coli, Salmonella o la mencionada Listeria) y reúne las condiciones idóneas para que estos se desarrollen.
Pescado azul de gran tamaño. Conviene prestar atención al consumo de este tipo de pescados debido a su elevado contenido en mercurio. Hablamos del emperador, atún, lucio o tiburón (cazón, marrajo). Sin embargo, sí se podría incorporar pescado azul más pequeño como anchoas o sardinas, y pescado blanco, con una frecuencia de 2 o 3 veces a la semana.
Pescados y mariscos crudos o ahumados sin tratamiento previo. Se recomienda que cualquier tipo de pescado que se vaya a consumir, haya sido previamente congelado (al menos 5 días), o bien cocinado correctamente. De esta manera, estaremos previniendo la intoxicación por anisakis.
Carnes crudas, poco hechas o curadas. De igual manera que con el pescado, se recomienda que las carnes sean sometidas a un correcto tratamiento térmico, o bien se congelen previamente a su consumo. El problema puede provenir en este caso de otro microorganismo, el Toxoplasma. Durante el primer trimestre de embarazo se realiza una prueba para comprobar si se tienen anticuerpos contra este parásito. Si es así, habría defensas para combatir esta infección.
Huevos crudos. Nuevamente, el tratamiento térmico va a conseguir la eliminación de microorganismos potencialmente peligrosos para la salud de la embarazada y del feto, como la Salmonella.
Alcohol. Respecto al consumo de alcohol, no existe una cantidad de alcohol segura durante el embarazo, por lo que se debe evitar. Beber alcohol durante el embarazo, especialmente en el comienzo, puede causar defectos neurológicos en la descendencia y afectar la inteligencia futura del niño.
Cafeína. Se recomienda limitar su consumo. Conviene evitarla por precaución, y si se consume, no sobrepasar 1 taza de café diaria (200 mg diarios). No obstante, las últimas investigaciones no muestran una evidencia fuerte sobre su relación con los partos prematuros, abortos, malformaciones o retraso en el crecimiento.
Se recomienda un consumo abundante de frutas, verduras y hortalizas, siempre y cuando se laven y pelen correctamente.
Consejos nutricionales generales para la mejora de problemas durante el embarazo:
- Para prevenir los vómitos y las náuseas puede ser conveniente realizar un número más elevado de comidas, pero que estas sean poco copiosas, evitando aquellas texturas u olores que causen malas sensaciones. A su vez, comidas más grasientas pueden incrementar las náuseas. El mantener una buena hidratación es importante, y existe cierta evidencia a favor del empleo de jengibre en las comidas para prevenirlas, sin provocar efectos adversos.
- Para prevenir el estreñimiento, se recomienda realizar una dieta rica en fibra, basada en cereales integrales, fruta, verdura, legumbres y frutos secos. A su vez, se recomienda realizar ejercicio adaptado e intentar establecer una rutina diaria para ir al baño.
El embarazo puede ser un momento perfecto para querer adquirir una buena educación nutricional y establecer una serie de conductas y hábitos nutricionales que puedan durar de ahí en adelante. Como siempre, limitar todo tipo de productos ultraprocesados (galletas, bollería, refrescos, snacks…) y el basar la alimentación en “comida real” (frutas, verduras, carne magra, pescado, huevos, cereales integrales, lácteos sin azúcar, frutos secos, aceite de oliva virgen, tubérculos, legumbres, especias) debe ser la opción a seguir para conseguir una correcta ganancia de peso corporal durante el embarazo y gozar de un buen estado de salud, tanto la madre como el feto, teniendo en cuenta las recomendaciones de precaución aportadas anteriormente.