En el origen
La metrorragia o spotting, puede responder a distintos motivos, desde benignas o graves. Descubre cómo identificarlas y tratarlas adecuadamente.
El sangrado entre reglas, conocido como metrorragia o spotting (goteo) cuando es leve, es la aparición de sangre fuera del período menstrual habitual. Aunque no siempre es indicativo de una patología subyacente y a menudo es benigno, es necesario consultar al especialista para descartar causas más graves.
El sangrado menstrual suele durar unos 5 días y normalmente se presenta cada 21 o 35 días, dependiendo de la persona. Sin embargo, hay mujeres que sufren pérdidas de sangre fuera de estos días. Normalmente están relacionadas con la ovulación, pero se recomienda una visita con el ginecólogo para descartar problemas hormonales, miomas o pólipos uterinos, embarazo, alguna infección, lesiones o trastornos tiroideos.
Causas benignas
- Si se produce esporádicamente o coincidiendo con la ovulación no suele revestir importancia. Durante la ovulación, aproximadamente 14 días antes de la próxima menstruación, algunas mujeres experimentan un ligero sangrado vaginal, conocido como spotting. Este fenómeno, relacionado con la liberación de un óvulo del ovario, generalmente no implica ninguna patología.
- También puede ser normal en mujeres que toman anticonceptivos, especialmente en los 3 primeros meses: es frecuente incluso manchar durante todo el ciclo.
- Cuando una mujer queda embarazada puede experimentar un sangrado de implantación alrededor de 10 días después de la concepción. Es más ligero y breve que la menstruación habitual y se produce cuando el embrión se implanta en el revestimiento del útero. No siempre es un motivo de preocupación, pero se recomienda realizar una prueba de embarazo y buscar atención médica para salir de dudas.
Otras causas
Sin embargo, es importante estar alerta ante un sangrado que tenga lugar durante la menopausia, si es abundante o si coincide con las relaciones sexuales. Además de los factores mencionados, las pérdidas entre reglas pueden ser causadas por diversas condiciones:
- Miomas uterinos o pólipos.
- Cervicitis (inflamación del cuello uterino).
- Cambios hormonales, por ejemplo, en la perimenopausia.
- Lesiones precancerosas o cáncer de cuello uterino o de útero.
- Si se ha tomado la píldora del día después.
- En mujeres que utilizan un dispositivo intrauterino (DIU).
- Cuando hay un aborto o amenaza de aborto.
- Debido a un embarazo ectópico.
- Si se sufre hipotiroidismo.
- Algunas enfermedades de transmisión sexual, como la clamidia, pueden producir sangrados.
- Irritación, sequedad o lesiones vaginales.
Cómo se trata
Los tratamientos pueden ser tan diversos como las causas que lo generan. Para determinar el origen el médico puede realizar distintas pruebas: ecografía, análisis de sangre, citología, biopsia, histeroscopia o una prueba de embarazo. Una vez que se conoce la causa, puede recomendar un cambio de anticonceptivos, antibióticos en caso de infección, o cirugía, si se trata de un mioma por ejemplo y es necesario extirparlo. Además, si la mujer desarrolla anemia por los sangrados frecuentes, puede indicarle suplementos de hierro.