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En el embarazo ectópico la implantación del óvulo fecundado tiene lugar en una localización anómala. En estas circunstancias, el feto nunca puede sobrevivir y, además, pone en peligro la vida de la madre.
Normalmente, la fecundación del óvulo se efectúa en la trompa de Falopio, pero la implantación tiene lugar en el útero. Sin embargo, si la trompa está estrechada u obstruida el óvulo fecundado no puede llegar al útero y se fija fuera de él, generalmente en una de las trompas (embarazo tubárico), pero también puede hacerlo en el cérvix, el ovario o la cavidad abdominal o pélvica. Una infección o inflamación en la trompa puede hacer que esta se bloquee parcial o completamente, siendo la causa más común la enfermedad inflamatoria pélvica (algunos estudios apuntan también a la endometriosis como factor desencadenante).
En estas circunstancias el feto solo puede sobrevivir unas pocas semanas, ya que los tejidos fuera del útero no pueden proporcionarle el suministro de sangre y el soporte necesarios. Además, la estructura que contiene el feto suele romperse al cabo de un periodo comprendido entre 6 y 16 semanas, mucho antes de que pueda vivir por sí solo. La gravedad de la afección depende de dónde esté creciendo el óvulo. Si está ubicado en la trompa de Falopio y no se detecta suficientemente temprano, puede llevar a la rotura de esta y provocar un sangrado profuso y potencialmente mortal.
Estos son los síntomas que provoca
Es posible que la mujer no note nada al principio o los mismos síntomas que en un embarazo normal, como ausencia del período menstrual, cansancio, náuseas y dolor en los senos. Pero a medida que el óvulo fecundado crece en el lugar inadecuado, los signos y síntomas se hacen más notorios.
- Hemorragia vaginal o manchas de sangre.
- Dolor en la pelvis (en un lado o en toda la pelvis), en el abdomen, dolor lumbar o incluso en el hombro o el cuello. Puede ser leve o intenso y agudo.
- Mareos o desmayos causados por la pérdida de sangre.
- Tensión arterial baja, provocada también por la pérdida de sangre.
Se debe buscar ayuda de emergencia si se presenta un dolor abdominal intenso y repentino, acompañado de mareos o náuseas, ya que puede ser un indicio de rotura de una trompa de Falopio.
Cómo se trata
En la mayoría de los casos el abordaje es inmediato para evitar una pérdida de sangre grave. Se recurrirá a la cirugía para extirpar el feto y la placenta, por lo general mediante laparoscopia. Si la trompa de Falopio está dañada, pero se extirpa solo la parte que no se puede reparar, aumentan las probabilidades de lograr un nuevo embarazo, aunque esto no siempre es posible. En raras ocasiones el útero puede estar tan lesionado que se requiere practicar una histerectomía. Los embarazos ectópicos que se detectan muy tempranamente se pueden tratar con un fármaco inyectado denominado metotrexato.