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Este trastorno hormonal de origen genético, que afecta de forma casi exclusiva a mujeres, favorece el crecimiento de acúmulos de grasa principalmente en piernas y brazos, causando en ocasiones una desproporción importante con el resto del cuerpo.
No debemos confundir este trastorno con el linfedema: alteración del sistema linfático que produce edemas o hinchazón por acumulación de líquido, también en las extremidades. Tampoco se trata de celulitis u obesidad, aunque bien es cierto que en algunos casos los pacientes con lipedema presentan sobrepeso o problemas hormonales.
Según Lipedemia Universitas, unidad especializada en este trastorno liderada por el equipo del Dr. Jaume Masià, esta enfermedad -reconocida como tal por la OMS en 2018- provoca una acumulación de grasa predominante en brazos y piernas y afecta a más del 10% de la población femenina. Las causas son desconocidas, aunque algunos estudios han concluido que tiene que ver con el metabolismo y que aparece en muchos casos por trastornos hormonales como el hipotiroidismo o la diabetes. Además, es frecuente que debute en circunstancias de la vida de la mujer como el embarazo o la menopausia, aunque puede aparecer en cualquier otro momento. Mención especial a la afectación psicológica y el estrés asociados al lipedema como factores que minan la autoestima del paciente.
Cómo reconocerlo
Además del aumento importante del tejido adiposo en ciertas partes del cuerpo, especialmente en las extremidades inferiores, el lipedema puede causar dolor y sensibilidad al tacto, pesadez, y alteración de la textura, aspecto y temperatura de la piel pudiendo formar nódulos. En estadios más avanzados es visible la desproporción corporal entre la parte superior e inferior del cuerpo y aparece limitación de la movilidad. Se presenta de forma bilateral y simétrica (afecta a los dos lados del cuerpo de igual manera).
Tipos de lipedema
Tipo 1: es difícil de diagnosticar y en ocasiones se atribuye al aumento de peso o a la retención de líquidos. En este caso la grasa se localiza en nalgas y caderas.
Tipo 2: la grasa comienza a expandirse por muslos y rodillas.
Tipo 3: la enfermedad se amplía a toda la pierna, hasta los tobillos. En este punto, las piernas comienzan a perder su forma y se ven rectas.
Tipo 4: Es el grado más visible y se extiende también por la zona de los brazos.
Tipo 5: lipo-linfedema, con afectación del sistema linfático y cambios tróficos en extremidades inferiores. El edema es claro apareciendo fóvea en la zona afectada.
Las soluciones
Dependiendo del tipo de lipedema se puede instaurar un tratamiento conservador, encaminado principalmente a aliviar los síntomas, con terapia de compresión, fisioterapia y ejercicios, y educación dietética y control de peso. En otros casos habrá que optar por tratamientos quirúrgicos mediante distintas técnicas de liposucción.