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“Tengo 51 años y llevo casi un año sin regla. He ido al médico porque tengo molestias al hacer pipi y mucha quemazón. Me ha derivado al ginecólogo y me ha dicho que son síntomas del síndrome genitourinario de la menopausia. ¿Me podría explicar qué es y qué tratamientos hay para remediarlo?”
La menopausia es un proceso natural en la vida de la mujer que consiste en el cese definitivo de la menstruación y con la que comienza la etapa conocida como climaterio. Se produce en torno a los 50 años, aunque puede darse entre los 45 y 55 años, y se le asocian una serie de cambios en el organismo, algunos temporales y otros definitivos. Una de sus consecuencias es el síndrome urogenital, que sufren hasta el 90% de las mujeres postmenopáusicas en nuestro país con una edad comprendida entre los 55 y los 75 años. Haces bien en consultar a tu farmacéutico. Tu salud vaginal también es importante.
Déficit hormonal
El cuadro que caracteriza al síndrome genitourinario viene determinado por los cambios anatómicos y funcionales genitales y urinarios provocados por el déficit de estrógenos, necesarios para mantener la estructura y la función de la vagina y del sistema urinario inferior propio de esta etapa. Todo ello se traduce en una serie cambios en los labios mayores y menores, introito, vestíbulo vulvar, clítoris, vagina, uretra y vejiga. Los principales síntomas asociados a este síndrome son:
- Atrofia vaginal, caracterizada por una piel más envejecida, la disminución de los labios menores y la pérdida del color y la elasticidad previa de la piel y la mucosa. También produce una disminución de la lubricación.
- Molestias vaginales como picor o quemazón.
- Dispareunia o dolor en las relaciones sexuales.
- Infecciones urinarias de repetición. También se producen modificaciones en los mecanismos de defensa de la vagina, como la composición de la microbiota, es decir de los microorganismos que forman parte del ecosistema vaginal.
- Además, la pérdida de la “salud vaginal” trae consigo un debilitamiento del suelo pélvico, por lo que son más frecuentes los prolapsos vaginales (de la vejiga, del útero y/o del recto).
Opciones de tratamiento
- Óvulos a base de probióticos: uno de los tratamientos coadyuvantes más importantes consiste en el uso de productos probióticos con lactobacilos con eficacia probada en la vagina y/o en las vías urinarias, con objeto de equilibrar la composición de la microbiota y de este modo disminuir la frecuencia de infecciones de repetición. La recuperación de la microbiota es un factor importante en la recuperación de la funcionalidad de los tejidos.
- Cremas a base de estrógenos: la principal causa del síndrome genitourinario es la disminución de estrógenos, de ahí que uno de los principales tratamientos consista en la aplicación vaginal y vulvar de cremas, óvulos y anillo para la inserción en la vagina, que tienen una pequeña cantidad de hormonas que actúan a nivel local. No tienen efectos secundarios, aunque en pacientes que han tenido cánceres sensibles a hormonas, esta terapia no sería conveniente. Este tratamiento puede alternarse con cremas sin estrógenos para conseguir una mejor hidratación. También existen óvulos de DHEA o Prasterona, y un tratamiento vía oral en forma de pastillas llamado Ospemifeno.
- Láser vaginal: estudios recientes han demostrado que el láser vaginal es una opción terapéutica no hormonal efectiva, sencilla, bien tolerada y sin efectos adversos, para el tratamiento de este síndrome. La reacción térmica que origina produce la restauración de las células de la vagina, aumenta su colágeno y crea más vasos sanguíneos que favorecen la llegada de nutrientes, reestableciéndose su estructura, su grosor y su hidratación, mejorando por tanto la sintomatología. Es apto para pacientes que no puedan usar la terapia hormonal y su efectividad se nota desde la primera sesión.
- Inyección de Ácido Hialurónico. Es un procedimiento mínimamente invasivo que consiste en inyectar vía intradérmica/intramucosa vaginal, un preparado a base de ácido hialurónico reticulado y manitol para bioestimular, mejorar la elasticidad, rehidratar y retonificar la zona íntima femenina.
- Para el tratamiento sintomático y favorecer las relaciones sexuales también se recomiendan los hidratantes y lubricantes vaginales.