Secuelas en la sexualidad masculina y femenina
¿Cómo recuperar una vida sexual plena tras el diagnóstico? Estos son los tres pilares para volver a la vida de antes.
Más allá de la afectación de la piel y de la caída del cabello, las cejas o las pestañas, desde el punto de vista ginecológico las secuelas del cáncer también afectan a la imagen corporal, que se ve muy afectada con cicatrices visibles, estomas, deformidad en los senos o ausencia mamaria y a la sexual, interfiriendo en la libido y en la capacidad para conseguir una erección.
En las mujeres, el cáncer ginecológico y el de mama están directamente relacionados con la esfera sexual debido a que los tratamientos van dirigidos a los tejidos, glándulas y órganos que participan en la sexualidad. Además, los tratamientos locales o la cirugía, con o sin radioterapia asociada, conllevan dolor en las relaciones sexuales (dispareunia).
También los varones pueden ver afectada su salud sexual: el cáncer y sus tratamientos tienen un impacto negativo en la sexualidad masculina, ya que la ansiedad, la angustia o la incertidumbre que provoca el diagnóstico disminuyen notablemente la libido.
Y en la parte más orgánica, todos los tratamientos, ya sean de cirugía, quimioterapia, radioterapia o inmunoterapia, pueden afectar negativamente a la erección, además de producir síntomas como cansancio, molestias, trastornos urinarios o digestivos que dificultan las relaciones sexuales. Los tratamientos del cáncer de vejiga, próstata y recto son los que más impacto tienen en la disminución de la erección y la eyaculación.
Tres patas para volver a la vida de antes
- Según explica el doctor Ramón Arnaiz Pérez, urólogo de la Unidad de Andrología del Hospital Universitario Infanta Elena, “pese a que durante los primeros meses la sexualidad queda en un segundo plano, cuando el paciente tiene un control sobre los tratamientos desea volver a incorporar el estilo de vida que llevaba previamente. Retomar la actividad sexual es positivo porque mejora la calidad de vida y no daña ni empeorara el curso de la enfermedad”, añade el experto. Por lo tanto, según Arnaiz, el abordaje oncológico se debe hacer tanto desde el punto de vista psíquico como orgánico.
- En cuanto a la parte orgánica, existen tratamientos eficaces que pueden corregir completamente la erección: según el origen y la severidad de la disfunción eréctil, se pueden prescribir fármacos orales, locales y, en caso de que no sean suficientes, existen cirugías de implantes de prótesis de pene para facilitar la erección.
- Y en cuanto al estilo de vida que ayudará a retomar la vida de siempre y mejorar la sexualidad, los expertos coinciden en que la actividad física reduce la incidencia del cáncer en general y del cáncer de próstata y sus variantes más agresivas en particular, mejorando la tolerancia a los tratamientos y disminuyendo el riesgo de recaídas. En este sentido, el doctor Víctor Sacristán, del Grupo SEOM de Ejercicio y Cáncer y oncólogo médico en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, incide en que “el ejercicio ayuda a mitigar los efectos de la terapia de privación androgénica, entre ellos los cambios en el deseo sexual y en la capacidad de tener una erección, así como de otros tratamientos como los nuevos agentes hormonales, quimioterapia o radioterapia, mejorando la calidad de vida de los pacientes”.