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Efectivamente, las vitaminas son imprescindibles para el ser vivo; cada una tiene una función insustituible en el metabolismo de nuestro organismo. Ahora bien, una alimentación adecuada nos proporciona las cantidades necesarias de cada una de ellas.
No obstante, me consultas específicamente por la vitamina E. Has oído hablar sobre sus buenas propiedades antioxidantes y por ello estás pensando consumirla como suplemento nutricional. Efectivamente, la vitamina E o tocoferol evita la oxidación de los ácidos grasos poliinsaturados, protegiendo así la membrana de las células.
Pero no te preocupes, esta vitamina la encontramos en muchos alimentos: al ser una vitamina que se disuelve en las grasas es liposoluble- está presente en el aceite de maíz o nuestro aceite de oliva o incluso en la margarina; también la vemos, aunque en menor cantidad, en guisantes, pistachos, yema de huevo o zanahoria. Los adultos precisamos sólo unos 10-12 miligramos diarios.
Es cierto, como has oído también, que hay ciertas ocasiones en donde hay un mayor nivel de oxidación, como ocurre en fumadores o bebedores, y que se precisan mayores cantidades de vitamina E. Ahora bien, en condiciones normales recuerda que los requerimientos que te he indicado los podemos hallar en una alimentación equilibrada.
Sin embargo hay personas que, de forma habitual toman suplementos de vitamina E: han oído hablar del envejecimiento y la oxidación celular. Así pues, una vitamina como ésta piensan que sería su solución. Y llegan a pensar que cuanta mayor dosis, será mejor.
Aquí sí quiero ponerte en guardia. Normalmente, nada es mejor cuanto mayor es la dosis. Y la vitamina E no es una excepción. Es más, una muy conocida revista médica americana, Archivos de Medicina Interna, acaba de indicar en un estudio que la administración de dosis superiores a 400 mg diarios, tomados de forma continua, puede estar relacionada con una mortalidad aumentada. La publicación de este estudio ha supuesto un revuelo impresionante entre los científicos y habrá que confirmar estos resultados más adelante.
Ahora bien, lo que sí es cierto es que estamos asistiendo a una época en donde todo se cree arreglar con productos medicamentosos. Las vitaminas, y concretamente la vitamina E de la que estamos hablando, no son productos inocuos; con la idea que los antioxidantes previenen de enfermedades crónicas, como el cáncer o las cardiovasculares, se están ingiriendo muy frecuentemente, y además en altas dosis. Este estudio nos previene de los excesos y nos debe hacer reflexionar acerca de lo que se hace sin una recomendación profesional que apoye esa idea.
Por todo ello, no abuses. Y además, ¡habla con tu farmacéutico, pregúntale, infórmate! Él está siempre ahí. No necesita cita previa. Y te puede aclarar todas tus dudas. El medicamento y tú sois su preocupación.
Ángel Sanz Granda