M de “mujer”, M de “mama” y M de “Metastásico”. Es el santo y seña de una patología aún muy desconocida sobre la que pacientes y expertos reclaman más información. Porque poner nombre y apellidos al cáncer es esencial para conocer su pronóstico y permitir el abordaje individualizado de cada paciente.
#encolaboraciónconAstraZeneca
Según la Sociedad Española de Oncología Médica, el 30% de las mujeres diagnosticadas de cáncer de mama sufrirá una recaída a lo largo de su vida1, la mayoría en los primeros 5 años posteriores al diagnóstico. Sin embargo, aún existe un gran desconocimiento de las implicaciones que tiene para las pacientes este tipo de cáncer de mama cuyo apellido es “metastásico”. Dar a conocer su realidad es el objetivo que persigue el movimiento #laMquefalta, puesto en marcha por la Asociación Española Cáncer de Mama Metastásico, en colaboración con la Alianza Daiichi Sankyo y la compañía AstraZeneca. Un objetivo razonado y fundamentado en una reciente encuesta de concienciación sobre el cáncer de mama realizada en octubre de 2024 a 7.750 personas en Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido, y que ha revelado que el 95% de los españoles demandan más información sobre lo que supone la metástasis de esta patología oncológica, la esperanza y la calidad de vida que conlleva para las pacientes, así como la información sobre nuevos tratamientos disponibles.
Marcadores predictivos: una asignatura pendiente
Esta encuesta también ha revelado que hasta el 74% de los españoles carece de conocimiento sobre los biomarcadores predictivos en cáncer de mama, a pesar de ser herramientas fundamentales con las que contamos actualmente en oncología de precisión a la hora de predecir las características histológicas del tumor e identificar terapias específicas y personalizadas. Los biomarcadores predictivos en el cáncer de mama metastásico son sustancias o características biológicas (como proteínas, genes o mutaciones) que ayudan a los médicos a determinar la probabilidad de que un tumor responda a un tratamiento específico o a predecir la seguridad de un tratamiento en un paciente. Estos análisis guían la selección de terapias dirigidas y personalizadas, optimizando así la eficacia del tratamiento y la seguridad del paciente. Según esta encuesta europea, los biomarcadores más conocidos son los receptores de estrógenos, seguidos de la progesterona, el factor de crecimiento epidérmico humano 2 (HER2) y el BRCA 1/2 (23%)2.
#laMquefalta: ¡Infórmate!
Para satisfacer toda esta demanda de información y aclarar las dudas de las pacientes y su entorno, desde hace más de tres años, el movimiento #laMquefalta trabaja por la visibilidad de esta patología. Si el año pasado fueron tres las ciudades (Madrid, Málaga y Las Palmas de Gran Canaria) en las que se instalaron corpóreos gigantes de sus nombres, primero sin la M y días después con ella, este mes de octubre será Salamanca la sede de otro corpóreo con su nombre sin la “M”, como símbolo de la #laMquefalta, evocando así la necesidad de poner la M de metastásico en la conversación habitual sobre el cáncer de mama. Además, se instalarán cabinas telefónicas en distintos puntos de Madrid, en las que los ciudadanos podrán escuchar diálogos entre una paciente con cáncer de mama metastásico y distintos profesionales sanitarios implicados en el abordaje de la enfermedad (oncóloga, patóloga, psicóloga, enfermera).
Si quieres participar en el movimiento #laMquefalta, comparte fotos y mensajes en redes sociales con esta etiqueta y visibiliza así la realidad de las pacientes con cáncer de mama metastásico.
Referencias:
- Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM). Guía GEICAM de práctica clínica para el diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama metastásico. 2015. Disponible en: https://www.geicam.org/wp-content/uploads/2016/06/GUIA-GEICAM-COMPLETA.pdf. Último acceso: junio de 2025.
- Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Las cifras del cáncer en España, 2025. Disponible en: https://www.seom.org/images/LAS_CIFRAS_DMC2025.pdf. Último acceso: junio de 2025.