La reciente solicitud de eutanasia de una joven de 24 años con trastorno límite de personalidad y paraplejia ha conmocionado a todo el país, llevando a un gran número de personas a preguntarse en qué consiste ese trastorno que tanto sufrimiento acarrea a quien lo padece.
Son muchos los trastornos que se engloban bajo el paraguas “de la personalidad”: narcisista, histriónica, obsesivo-compulsiva, de la personalidad esquizoide, paranoide, trastorno límite de la personalidad… En todos ellos se da el mismo denominador común: la presencia de un pensamiento recurrente que condiciona todo el proceder de quien lo sufre y que dificulta y a menudo hace insostenibles las relaciones familiares, personales y laborales. Algunos de estos trastornos son enfermedades mentales muy incapacitantes que impiden llevar una vida normal, como es el caso del trastorno límite de la personalidad, caracterizado por un temor patológico al rechazo y al abandono, con dificultades para tolerar la soledad y en el que suele existir un fuerte vacío existencial. El diagnóstico de estos trastornos se realiza basándose en los criterios establecidos por el Manual Diagnóstico y Estadístico, (el DSM-5 por sus siglas en inglés), la referencia estándar para el diagnóstico psiquiátrico de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.
Subconscientes “enfermizos”
Todo pasa por el mismo tamiz, un patrón de pensamiento que lo condiciona todo y con ello la forma en que se percibe el mundo, la forma de actuar y la relación con todo lo que les rodea. Y de una forma duradera y repetitiva en el tiempo, lo que provoca una angustia importante a la persona afectada y limita su capacidad de desenvolverse en el trabajo y/o en el ámbito de las relaciones sociales y personales. De hecho, se convierten en afecciones de la salud mental cuando los rasgos de personalidad se vuelven tan pronunciados, rígidos y desadaptativos que la persona afectada termina por tener problemas en el trabajo, en la escuela y/o en el trato con otras personas.
Viviendo “al límite”
En el caso del trastorno límite de la personalidad, quienes lo padecen muestran inestabilidad en las relaciones, la percepción de la autoimagen, los estados de ánimo y el comportamiento, pudiendo recurrir a acciones autodestructivas e impulsivas como intentos de suicidio o autolesiones.
A menudo el desencadenante es una experiencia traumática acaecida durante la primera infancia (maltrato físico o abuso sexual, separación de los padres o muerte de alguno de ellos). Es el caso de Noelia, la joven barcelonesa de 24 años cuya petición de eutanasia ha sido avalada por una jueza y cuyos antecedentes patológicos son trastorno límite de la personalidad obsesivo-compulsivo con ideación suicida e ideas paranoides, a los que se suma una discapacidad reconocida del 74 por ciento fruto de un intento fallido de suicidio.
Se trata de una enfermedad que a menudo lleva asociada otra enfermedad mental, como depresión, trastornos por ansiedad (como el trastorno de angustia), trastorno por estrés postraumático o algún trastorno alimentario o por consumo de sustancias. Se da con más frecuencia en mujeres que en hombres y el principal tratamiento es la psicoterapia, que además puede reducir las conductas relacionadas con el suicidio y aliviar la angustia y la depresión que desencadena. Cuando es necesario, se utilizan medicamentos para tratar con moderación síntomas específicos.
7 rasgos en su ADN
- Las personas con trastorno límite de la personalidad tienden a cambiar la visión que tienen de los demás de forma drástica.
- Tienen dificultades para controlar su ira.
- También pueden cambiar de forma abrupta y drástica la imagen que tienen de sí mismos, cambiando repentinamente sus objetivos, valores, opiniones, carreras profesionales o amigos.
- Cuando se sienten apoyados, pueden mostrarse vulnerables y dependientes y, cuando se sienten amenazados o decepcionados, pueden enfadarse y menospreciar a los demás.
- Entre las conductas de riesgo que pueden adoptar están practicar sexo de forma arriesgada, comer en exceso, conducir imprudentemente, presentar problemas de consumo de sustancias o gastar en exceso. Las personas también pueden autolesionarse para expresar sus sentimientos de ser malas o para revivir su capacidad de sentir cuando no se sienten reales o se sienten separadas de sí mismas (lo que se denomina disociación). A veces, las personas con trastorno límite de la personalidad se autolesionan para desviar la atención de las emociones dolorosas.
- Cuando estas personas se sienten muy estresadas, pueden sufrir episodios breves de paranoia, síntomas que se asemejan a la psicosis (como alucinaciones) o disociación. La disociación incluye no sentirse real (lo que se denomina desrealización) o sensación de separarse de su cuerpo o pensamientos (lo que se denomina despersonalización).
- Las personas con un trastorno límite de la personalidad con frecuencia se sabotean a sí mismas cuando están a punto de alcanzar un objetivo.
Aunque muchos de estos actos autodestructivos no pretenden acabar con la vida, el riesgo de suicidio en las personas con personalidad límite es 40 veces mayor que el de la población en general. Alrededor del 8-10% de ellas mueren por suicidio.
Patrones de mala adaptación las 24/7
Además del trastorno límite de personalidad, el DSM-5 cataloga otros muchos trastornos de la personalidad, cuyos patrones de mala adaptación están claramente definidos en cada uno de ellos y son:
- El trastorno de personalidad paranoide es un trastorno mental que se caracteriza por un patrón generalizado de desconfianza injustificada y recelo de los demás interpretando sus motivos como hostiles o dañinos.
- En el trastorno de personalidad esquizoide existe un patrón generalizado de desapego y desinterés general en las relaciones sociales y la expresión de pocas emociones en las relaciones.
- En el trastorno de personalidad antisocial el patrón generalizado es de desprecio por las consecuencias de los actos y por los derechos de los demás.
- El trastorno de personalidad histriónica se caracteriza por un patrón generalizado de excesiva emocionalidad y búsqueda de atención.
- En el trastorno de personalidad narcisista existe un patrón generalizado de sentimiento de superioridad (grandiosidad), necesidad de admiración y falta de empatía.
- El trastorno de personalidad evitativa se caracteriza por la evitación constante de situaciones o interacciones sociales por miedo al rechazo, la crítica o la humillación.
- El trastorno de personalidad dependiente es un trastorno mental que se caracteriza por una necesidad generalizada y excesiva de ser atendido, lo que lleva a comportamientos de sumisión y aferramiento.
- El trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva (que es diferente del trastorno obsesivo-compulsivo) es una afección de la salud mental que se caracteriza por una preocupación generalizada por el orden, el perfeccionismo y el control (sin espacio para la flexibilidad o la eficiencia) que acaba afectando a la finalización de una tarea.