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Es una enfermedad bacteriana altamente contagiosa que ocasiona una tos violenta e incontrolable que puede dificultar la respiración.
A menudo se escucha un «estertor» profundo cuando el paciente trata de tomar aire, que termina con el silbido característico cuando se inhala el aire.
Causa de la tos ferina
La causa de la tosferina es la bacteria denominada Bordetella pertussis. Los niños se contagian por partículas en el aire cuando están en contacto con personas infectadas.
Una vez que la bacteria entra a las vías respiratorias del niño, comienza la tumefacción de éstas y la producción de flema.
Esta enfermedad puede prevenirse con las inmunizaciones adecuadas que proporciona la vacuna antitosferínica. En general, esta vacuna forma parte de la vacuna DTaP – vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (pertussis).
Cuáles son los síntomas
Los síntomas iniciales, similares a los del resfriado común , en general se presentan aproximadamente una semana después de la exposición a la bacteria.
Los episodios graves de tos comienzan alrededor de 10 a 12 días más tarde. En los niños, la tos a menudo termina con un «estertor», sonido que se produce cuando el paciente trata de tomar aire. Este estertor es raro en pacientes menores de 6 meses de edad y en adultos.
Los episodios de tos pueden llevar al vómito o a una breve pérdida del conocimiento. Siempre se debe pensar en la posibilidad de tos ferina cuando se presenta vómito al toser. En los bebés, los episodios de asfixia son comunes.
Otros síntomas de tos ferina abarcan:
- Rinorrea
- Fiebre leve: 102º F (39º C) o más baja
- Diarrea
- Tos seca e irritante
- Nariz que moquea o bloqueada
- Estornudos
- Lagrimeo de los ojos
- Dolor de garganta
- Temperatura ligeramente elevada
- Malestar general
Diagnóstico de la tos ferina
Además del examen físico y los antecedentes médicos completos, el diagnóstico de la tosferina se confirma a menudo con el cultivo de una muestra de exudado nasal.
Tratamiento:
Los antibióticos, como eritromicina, pueden hacer desaparecer los síntomas más rápidamente si se inician bien temprano. Infortunadamente, la mayoría de los pacientes reciben el diagnóstico demasiado tarde cuando los antibióticos no son muy efectivos. Sin embargo, los medicamentos pueden ayudar a reducir la capacidad del paciente para diseminar la enfermedad a otros.
Los bebés menores de 18 meses requieren constante supervisión, ya que la respiración puede detenerse temporalmente durante los ataques de tos. Los bebés con casos graves se deben hospitalizar.
De igual manera, se pueden administrar líquidos por vía intravenosa si los ataques de tos son tan severos que impiden que el paciente beba lo suficiente.
A los niños pequeños se les pueden recetar sedantes (medicamentos que le provocan a uno sueño).
Los jarabes para la tos, los expectorantes y los antitusígenos por lo general no sirven y NO se deben utilizar.