El virus respiratorio sincitial (VRS) es un virus estacional muy común, causante de la bronquiolitis en bebés. Altamente contagioso, reviste mucho riesgo de desencadenar esta enfermedad en los primeros meses de vida del lactante, cuyo sistema inmunitario está aún muy incipiente. Prevenirlo y evitar el ingreso hospitalario pasan irremediablemente por la vacunación.
Octubre abre la temporada de bronquiolitis, una enfermedad infecciosa de las vías respiratorias provocada por el virus respiratorio sincitial (VRS), cuya virulencia en bebés es especialmente peligrosa, dada la inmadurez de su sistema inmunitario durante los primeros meses de vida. Se trata de un virus impredecible que puede cursar de manera leve, como un resfriado, o desencadenar hasta el 80% de las bronquiolitis y neumonías en niños menores de un año, además del riesgo de complicaciones a corto y largo plazo. Aunque el virus circula en el ambiente durante todo el año, su mayor actividad se centra con gran diferencia, según explican desde el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AE), entre los meses de octubre y marzo. Es lo que se denomina la temporada de VRS, que no hay que confundir con el mes en que nacen, ya que en España más de la mitad de los lactantes hospitalizados por VRS han nacido fuera de la temporada de VRS.
En sus primeros meses de vida, el sistema inmunológico de los bebés es inmaduro y sus vías respiratorias son más pequeñas y frágiles, pudiendo obstruirse fácilmente. Por eso, aunque en la mayoría de los casos el VSR provoca síntomas similares a un resfriado común, las infecciones respiratorias pueden agravarse con facilidad, haciendo que el lactante enferme gravemente y requiera hospitalización e incluso ingreso en UCI.
De hecho, la bronquiolitis es la principal causa de hospitalización de todos los lactantes sanos en España, según las cifras que maneja la Asociación Española de Pediatría. Además, en bebés sanos o niños más mayores con sistemas inmunitarios debilitados, la infección por VRS también puede progresar y causar neumonía.
Ello ha llevado al Comité Asesor de Vacunas a emitir un comunicado dirigido a las familias para esta temporada 2025-2026, con información relevante sobre la inmunización con Nirsevimab (Beyfortus®), un anticuerpo monoclonal que se utiliza como inmunización pasiva y protege al niño desde el momento de su administración. Es una sustancia que, a diferencia de las vacunas tradicionales, no precisa de la intervención del sistema inmunitario de quien lo recibe para actuar, ejerciendo su efecto de manera prácticamente inmediata. Se administra como una vacuna en una dosis única y proporciona protección durante al menos cinco meses. “El bebé, aparte de estar protegido de manera pasiva con estos anticuerpos, sigue generando sus propias defensas al entrar en contacto con el virus circulante. Actualmente la vacuna con Nirsevimab está recomendada para todos los lactantes por las autoridades sanitarias en más de 15 países”, afirma el doctor Francisco Álvarez, coordinador del CAV-AEP.
La vacuna está indicada para la prevención de la enfermedad de las vías respiratorias inferiores producida por el VRS en recién nacidos y lactantes durante su primera temporada de VRS y en niños de mayor riesgo menores de 24 meses en las dos primeras temporadas (prematuridad, displasia broncopulmonar, cardiopatías congénitas, entre otros). Se puede administrar con otras vacunas, aunque se debe hacer con jeringas distintas y en diferentes lugares de inyección. La recomendación del CAV-AEP es inmunizar en Atención Primaria en el mes de octubre a los nacidos desde abril a septiembre; y antes del alta en el hospital a los nacidos entre octubre y marzo.
También recuerdan como medidas preventivas la importancia de lavarse las manos regularmente antes de coger al bebé; lavar los juguetes, prendas, útiles y ropa de cama con frecuencia; y evitar el contacto estrecho con cualquier persona que no se encuentre bien o tenga catarro, ya que puede ser una posible fuente de contagio.
Una infección natural proporciona una inmunidad limitada en el tiempo, siendo posible volver a infectarse, por lo que es necesaria su inmunización pese a haberla padecido anteriormente.