La farmacia es clave en la detección temprana de la migraña, evitando complicaciones o que se cronifique en el tiempo y constituye un punto de información cercano para una patología en la que se requiere mucha concienciación y en la que se abusa, y mucho, de medicación.
Según la Sociedad Española de Neurología, más de 5 millones de personas pueden sufrir migraña en España y casi un millón en su forma crónica, un subtipo que ha pasado a tener entidad propia y que se clasifica así cuando se reportan 15 días o más de cefalea al mes con, al menos, 8 días de migraña durante más de 3 meses. Sin embargo, la mitad de estos pacientes está infradiagnosticado e infratratado, tardando en algunos casos hasta seis años en recibir el diagnóstico adecuado. El papel asistencial de los farmacéuticos es fundamental para un mejor control de la enfermedad y evitar su cronificación, que a menudo se produce por un abuso de medicamentos sin la adecuada supervisión.
La cefalea más estudiada
La migraña se presenta en forma de dolor localizado sobre todo en un lado o mitad de la cabeza (aunque a veces puede ser bilateral), de carácter pulsátil (como un latido dentro de la cabeza), y empeora con el esfuerzo físico. A menudo se acompaña de náuseas y vómitos, fotofobia y fonofobia (hipersensibilidad a la luz y al ruido).
Según explican desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, las migrañas pueden tener aura o no. “Cuando aparece con aura, el dolor viene precedido por otros síntomas adicionales que se definen como un síndrome de ataques recurrentes de minutos de duración y de carácter nervioso central sensorial o visual que normalmente se produce de forma gradual y suelen ir acompañados de dolor de cabeza y manifestaciones migrañosas”.
Factores con un “margen de maniobra”
Según explican desde el CGCOF, “aunque existen factores desencadenantes sobre los que podemos actuar para mejorar o espaciar las crisis, lo cierto es que el efecto terapéutico a la hora de modificar estos hábitos es moderado y, en general, una vez diagnosticada, la migraña siempre requiere tratamiento farmacológico”. Estos factores desencadenantes modificables son:
- Psicológicos: estrés, periodos postestrés, ansiedad o depresión.
- Hormonales: periodo premenstrual, ovulación o anovulatorios.
- Alimentarios: alcohol, chocolate, quesos, ayuno, comidas ricas en nitritos, glutamato monosódico, aspartamo, exceso o abstinencia de cafeína.
- Ambientales: estímulos visuales, olores, cambios atmosféricos o altitud elevada.
- Sueño: por exceso o por déficit.
- Fármacos: nitroglicerina, reserpina o terapias estrogénicas.
- Otros: ejercicio físico, fatiga, cervicalgia o falta de ejercicio.
Medicamentos bajo control
“Para el tratamiento farmacológico episódico, actualmente, se emplean los antiinflamatorios no esteroideos, en los casos leves-moderados, y los denominados triptanes, en los moderados-graves. Estos últimos son fármacos que actúan produciendo vasoconstricción y reducción de la liberación de mediadores inflamatorios y de la transmisión del dolor. Asimismo, más recientemente, se ha incorporado también lasmiditán, cuya eficacia como antimigrañoso se relaciona con la inhibición de la actividad de las neuronas del trigémino sin provocar vasoconstricción. Pero la mayor novedad en esta área, la constituyen los denominados ‘gepantes’, anticuerpos monoclonales de administración parenteral y algunos orales que, utilizados como tratamiento preventivo de las crisis, han demostrado ser más eficaces que los fármacos clásicos, abriendo nuevos horizontes en la profilaxis de la migraña”, explican desde el máximo organismo colegial farmacéutico. En cualquier caso el manejo de la migraña, por su complejidad, requiere de un enfoque multidisciplinar en el que se hace necesaria la inclusión de distintos profesionales sanitarios, entre ellos, los farmacéuticos. También, los farmacéuticos pueden ayudar a identificar las cefaleas por uso excesivo de medicación.
Migraña ocular o jaqueca oftálmica: lo que no se ve
Existe una variante menos conocida que cursa con síntomas visuales y que puede, en ocasiones, acompañarse de cefalea: la migraña ocular, «un trastorno poco frecuente, pero muy alarmante para el paciente. Es más frecuente en mujeres y que puede darse a partir de los siete años de edad, aunque generalmente suele presentarse a partir de los 20 años. Se caracteriza por episodios de pérdida de visión parcial o total en uno o ambos ojos o visión de ‘luces’, que suelen durar entre 10 y 20 minutos y, en ocasiones, vienen acompañados de dolor de cabeza. Algunos de los síntomas incluyen visión borrosa, aparición de manchas negras (escotomas) o destellos luminosos en forma de zigzag. A diferencia de otros tipos de migraña, aquí el problema produce síntomas visuales por disminución momentánea del riego en la retina, la capa encargada de captar las imágenes y enviarlas al cerebro”, explica el doctor Álvaro Fernández-Vega, especialista del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega.
los episodios suelen ser transitorios, no deben pasarse por alto. «Si bien la mayoría de los síntomas son reversibles, la migraña ocular puede asociarse a problemas vasculares de la retina. Por eso, siempre recomendamos una valoración oftalmológica completa ante los primeros episodios. El diagnóstico siempre es de exclusión, por lo que en caso de padecer alguno de los síntomas es fundamental acudir al oftalmólogo. Solo de este modo es posible descartar patologías más graves», advierte el doctor Fernández-Vega.
El estrés, la falta de sueño, ciertos alimentos o cambios hormonales pueden desencadenar una crisis. Aunque aún no se ha desarrollado un tratamiento definitivo para la migraña ocular, existen hábitos que podrían ayudar a reducir su frecuencia e intensidad, como el control de los factores de riesgo vascular (hipertensión, colesterol, diabetes); el descanso adecuado, una correcta hidratación y alimentación equilibrada; y tratamientos preventivos o específicos en casos recurrentes, siempre bajo supervisión de un neurólogo especializado en migrañas. “Hay que tener en cuenta que, aunque la mayoría de los síntomas son transitorios y se resuelven sin consecuencias, en algunos casos minoritarios se puede originar un daño irreversible en la retina”, concluye el doctor Fernández-Vega.
Empoderar a los pacientes crónicos
Los farmacéuticos, tanto en el ámbito comunitario como hospitalario, desempeñan un papel fundamental en el acompañamiento de los pacientes con migraña. A través de la dispensación garantizan un uso seguro y eficaz de los tratamientos, evitan complicaciones o la cronificación de la enfermedad y fomentan la adherencia. Coincidiendo con la conmemoración del Día Mundial de la Migraña, Xarxa Pacients, el programa formativo del Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (Micof) destinado a empoderar a los pacientes crónicos, amplía su oferta con más formaciones dedicadas a esta patología, que afecta a más de 5 millones de personas en España.
La formación, bajo el lema ‘Combate la migraña con cabeza’ tendrá lugar el 30 de septiembre en Valencia y contará con la participación de expertos como el neurólogo Samuel Díaz, el farmacéutico hospitalario Carlos Bravo, la enfermera Maribel Fabrich así como con la colaboración de la Asociación Española de Migraña y Cefalea (Aemice). Durante la jornada también se presentará la nueva guía de pacientes, elaborada por un equipo multidisciplinar formado por farmacéuticos, neurólogos, enfermería, nutrición y psicología.
Asimismo, contribuyen a la educación sanitaria, difundiendo medidas preventivas y promoviendo el autocuidado, lo que repercute directamente en la mejora de la calidad de vida de quienes conviven con esta patología.
En este sentido, desde el MICOF se distribuirán durante el mes de septiembre folletos informativos sobre migraña en las farmacias de la provincia, con el fin de acercar información útil y práctica a los pacientes y a la población en general.
“El objetivo es seguir creciendo para ayudar al máximo número de pacientes activos, familiares y cuidadores”, ha señalado Cande Almenar, vocal de RSC del MICOF. “Desde la farmacia comunitaria tenemos la responsabilidad de acompañar a quienes conviven con enfermedades crónicas, reforzando la adherencia terapéutica y promoviendo una mejor calidad de vida”.

