Home artículo ¿Antiulcerosos o protectores de estómago? A cada medicamento por su nombre

¿Antiulcerosos o protectores de estómago? A cada medicamento por su nombre

Los expertos recuerdan que hay que tomar con precaución medicamentos como el omeprazol y saber en qué casos está indicado.

por Redacción Consejos
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Frente a la pesadez, estreñimiento, hinchazón, gases, reflujo o ardor estomacal tras las comidas, no siempre hay que “tirar” de algunos fármacos mal llamados “protectores de estómago” como el omeprazol. Los farmacéuticos nos recuerdan que considerar en este grupo a este medicamento antiulceroso puede llevar al error de usarlo para prevenir digestiones pesadas y provocar una disminución de niveles de vitamina B12, magnesio y calcio si se toman de forma prolongada. 

Una alimentación rica en grasas, azúcar o sal, acompañada de alcohol pueden provocar digestiones pesadas, que, aunque no suelen ser graves, pueden interferir con las actividades cotidianas provocando sensación de pesadez, estreñimiento, hinchazón o distensión abdominal, gases, eructos o flatulencias, reflujo o ardor estomacal (pirosis), náuseas leves y somnolencia o fatiga tras las comidas. “Síntomas todos de una mala digestión, que a menudo queremos prevenir y combatir con medicamentos antiulcerosos como el omeprazol, mal llamado “protector gástrico” o “protector de estómago”, y que en realidad es un inhibidor de la bomba de protones (IBP) que inhibe, como su propio nombre indica, la secreción gástrica de ácido” explica Eduardo Ramírez Vaca, técnico de Divulgación Científica del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF). 

Reacciones adversas 

Así, según explica este experto, calificar a este medicamento y otros IBP como “protectores de estómago” puede generar confusión en la población y fomentar su uso inadecuado. De ahí que insista en que, “aunque el omeprazol suela ser bien tolerado y las reacciones adversas sean generalmente leves, el empleo durante periodos prolongados de tiempo (mayores a 1 año) o a dosis elevadas se haya relacionado con reacciones adversas como:

  1. Una reducción en los niveles de vitamina B12, que puede ocasionar un tipo de anemia.
  2. Una reducción en los niveles de magnesio, que podría dar lugar a debilidad muscular y calambres. 
  3. Una reducción en los niveles de calcio, que podría derivar en una osteoporosis e incremento del riesgo de fracturas”.

Hagamos un uso correcto 

Desde el CGCOF insisten en que el omeprazol debe utilizarse para su indicación autorizada y siempre bajo el asesoramiento de un profesional sanitario, a la menor dosis eficaz y durante el menor tiempo posible.  Además, en periodos prolongados, es recomendable hacer una reevaluación periódica de la necesidad de tratamiento, al menos, una vez al año. En el caso del omeprazol sin prescripción médica, el tratamiento es de 20 mg una vez al día preferentemente por la mañana media hora antes del desayuno, para el tratamiento de síntomas de reflujo gastroesofágico, y con una duración máxima de 14 días. Y, si en siete días no se nota mejoría de los síntomas, habría que acudir al médico.

Medicamentos “sustitutos”

Eduardo Ramírez Vaca nos recuerda que antes de tomar omeprazol para combatir las digestiones pesadas, existen otros fármacos disponibles que no necesitan receta y que están indicados para tratar sus síntomas específicos, siempre bajo asesoramiento farmacéutico:   

  1. Para la hinchazón, distensión abdominal, gases eructos o flatulencias: “pueden emplearse por vía oral siliconas en monoterapia (como la simeticona, que reduce la tensión superficial de las burbujas de gas en el sistema digestivo, favoreciendo su eliminación), siliconas en asociación (como dimeticona, con enzimas pancreáticas que facilitan la digestión a nivel intestinal) o el carbón activado, que actúa absorbiendo las partículas de gas a nivel intestinal”, explica el experto.
  2. Para el estreñimiento: “en general, los fármacos para el estreñimiento deben utilizarse cuando las medidas higiénico-dietéticas no funcionen. Los fármacos para el estreñimiento se conocen como laxantes y producen un aumento del tránsito colónico y/o reblandecimiento de las heces”.
  3. Para el reflujo o ardor estomacal: “para este trastorno, dependiendo de la sintomatología específica, existen cuatro grupos de fármacos:
  • Los alginatos, que neutralizan los ácidos gástricos y forman una barrera de gel que flota en el estómago.
  • Los antiácidos, como el almagato, que neutralizan el ácido clorhídrico e inhiben la pepsina activa. Además, son adsorbentes y neutralizantes de los ácidos biliares.
  • Los antagonistas H2, como la famotidina, que reduce el volumen de secreción gástrica basal y estimulada.
  • Los inhibidores de la bomba de protones (IBP), como el omeprazol, que inhiben la secreción gástrica de ácido”.
  1. Para el dolor de tipo cólico: “siempre bajo consejo farmacéutico y durante períodos cortos de tiempo, se puede valorar el empleo de butilescopolamina, que reduce los espasmos en el tracto gastrointestinal y, por tanto, el dolor”, concluye Ramírez Vara.

Prevenir sin medicamentos

  • Evitar las comidas abundantes, los picantes y las salsas contundentes.
  • Hacer más comidas (4-5 al día), pero con menos cantidad, así como establecer un patrón regular de ingestas.
  • Aumentar el consumo de frutas y verduras (principalmente de temporada) y de fibra.
  • Reducir el consumo de ultraprocesados y alimentos ricos en grasas, azúcares o aditivos.
  • A la hora de cocinar, optar por la plancha, evitando fritos y rebozados.
  • Dedicar el tiempo suficiente a comer (entre 20 y 45 minutos) y masticar con detenimiento los alimentos.
  • Mantener una correcta hidratación, sobre todo en verano. Lo recomendable es ingerir de 1,5 a 2 litros de agua al día (8-10 vasos) e intentar beber, aunque no se tenga sed.
  • Realizar ejercicio físico moderado.

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