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¿Sabías que la gripe incrementa las crisis de asma infantil? ¿Y que el riesgo de hospitalización por gripe en niños con asma puede ser hasta cuatro veces mayor? La Sociedad Española de Alergología y Asma Pediátrica insiste en que, en estos casos, la vacuna debe ser obligatoria.
Fiebre alta, dolores musculares y de cabeza, malestar general, tos, dolor de garganta y rinitis son los síntomas por los que se conoce fácilmente que tenemos una gripe. Su contagio es fácil, ya que se transmite a través del aire debido a que las personas infectadas dispersan en él gotitas infectadas al toser, hablar o estornudar y puede durar una semana. Se trata de un virus que puede resultar más peligroso en poblaciones de riesgo, como los niños con asma, que pueden tener hasta cuatro veces más riesgo de hospitalización. Así lo advierte la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), que insiste en la importancia de que estos menores estén vacunados contra la gripe, tomen la medicación preventiva pautada por su pediatra alergólogo y sigan unas adecuadas medidas higiénico-dietéticas para evitar el contagio.
Durante un ataque de asma, los músculos que rodean las vías respiratorias se vuelven rígidos. El revestimiento de los conductos aéreos se hincha. En consecuencia, pasa menos aire.
Asma y gripe: complicaciones graves
Un niño con asma tiene inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias, que ocasiona sibilancias, dificultad respiratoria, opresión en el pecho y tos. En niños que tienen vías respiratorias sensibles, los síntomas del asma se pueden desencadenar al inhalar sustancias llamadas alérgenos o desencadenantes. Si a esta patología de base que es el asma añadimos una infección vírica como la gripe, el cuadro se complicará necesariamente. “La gripe, al ser una infección vírica de las vías respiratorias que afecta sobre todo a garganta, nariz y bronquios, es un importante factor de riesgo para los niños con asma, que sufren una inflamación crónica de los bronquios y en los que los síntomas gripales pueden provocarles crisis asmáticas”, sostiene el doctor Luis Moral, coordinador del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria y Asma de SEICAP. “De ahí que el asma sea la enfermedad crónica más común en los niños hospitalizados por gripe”, señala.
“Al poder contagiarse a través de las manos, las escuelas infantiles y los colegios son entornos en los que hay más probabilidades de propagación del virus, incluso hasta un 50% más, ya que es más frecuente el contacto entre los alumnos”, indica el doctor Moral. Además, la gripe puede conllevar complicaciones graves en estos menores con la aparición de patologías más complicadas como la bronquitis o la neumonía.
Niños asmáticos: ¡a vacunarse!
- Desde SEICAP insisten en que lo más importante para evitar complicaciones en los niños con asma durante la temporada de epidemia de gripe (de octubre a mayo) es seguir unas adecuadas medidas de prevención: “es muy importante que, como población de riesgo, todos los niños asmáticos reciban la vacuna contra la gripe, tal y como se recomienda en todos los países de la Unión Europea y en la mayoría de los países desarrollados, ya que resulta segura y eficaz para protegerles del virus”, advierte el doctor Moral. Por otro lado, cabe destacar que “las vacunas antigripales que se utilizan en España contienen menos de 0,6 a 1 mcg/ dosis de ovoalbúmina, por lo que son consideradas seguras en niños con alergia al huevo sin anafilaxia”, explica.
- Por otro lado, también es imprescindible seguir las indicaciones pautadas por el pediatra alergólogo en cuanto a la administración del tratamiento preventivo. “Los fármacos tomados de forma preventiva permiten el control del asma, sobre todo en casos más graves. De esta manera, se consigue reducir la intensidad de los síntomas, e incluso su evitación en muchos casos, y, por tanto, se evitan las crisis asmáticas”, indica el doctor Moral.
- Por último, desde SEICAP se recuerda, en todos los casos, pero con mayor insistencia en los niños asmáticos, seguir unas adecuadas medidas higiénico-dietéticas. “Lo más importante es enseñar a los niños a lavarse las manos con frecuencia. Además, que se tapen la boca y la nariz al estornudar o toser, utilizando pañuelos desechables, evitar su contacto con personas enfermas, además de la exposición al humo del tabaco y la contaminación del aire”, concluye el doctor Moral.