Únete a nuestra comunidad
Toda la actualidad del mundo de la salud y la farmacia en Consejos de tu Farmacéutico.
Además, puedes seguirnos en nuestras redes sociales:
Más de 400 andaluces padecen el déficit de la hormona de crecimiento. En total, en España se estima que hay 2.000 afectados por esta enfermedad rara. Aunque, para el presidente de la Asociación de Pacientes deficitarios de GH Adultos, Antonio Liger, la frecuencia es bastante mayor. “A día de hoy, todavía son muchas las personas que no están diagnosticadas, ya que los síntomas como el cansancio, irritabilidad, malestar, etcétera, no se suelen tomar en cuenta y, además, son comunes a otras patologías, por lo que muchas veces se establece un diagnóstico de depresión o fibromialgia cuando realmente lo que hay detrás es un cuadro de déficit de la hormona de crecimiento”.
En opinión del presidente de esta asociación, uno de los motivos de esta situación se encuentra en la dificultad de acceso a la prueba de detección. A diferencia de la tiroides u otras hormonas que se diagnostican mediante un análisis de sangre, para la detección de la hormona de crecimiento se precisa la realización de una prueba específica, “que sólo se realiza en centros especializados y no todas las ciudades disponen de los procedimientos para desarrollarlo. Andalucía es una de comunidades más avanzadas en este sentido”.
Otra de las causas, para Antonio Liger, reside en el desconocimiento que existe sobre esta enfermedad en la sociedad. “Muchas personas han escuchado algo sobre este déficit de la hormona de crecimiento, pero realmente se conoce poco sobre qué es esta enfermedad, cómo afecta a la vida de los enfermos e incluso cuántas personas reciben un tratamiento”. Por ello, la Asociación de Pacientes deficitarios de GH Adultos organiza el próximo sábado, 10 de noviembre, la jornada informativa ‘Vivir más, vivir mejor’ abierta al publico. Será a partir de las 9:00 horas en el centro Cultural La Almona (C. de la Mina) en Dos Hermanas, Sevilla. En la misma, se presentarán las últimas novedades en el campo del tratamiento y la fisioterapia y se hablará sobre la importancia de la nutrición en el control de la enfermedad y del abordaje quirúrgico de los adenomas hipofisarios productores de hormona de crecimiento con proyección de vídeos en 3D.
Sobre el tratamiento, el presidente de esta asociación considera que hay aspectos que se podrían mejorar. “La hormona de crecimiento es un tratamiento de dispensación hospitalaria que obliga a los pacientes a acudir a estos centros de forma regular. Además, cada año debemos presentarnos a una comisión de control donde se valida si necesitamos el medicamento, algo que no sucede con otros enfermos. Así, estamos viviendo situaciones donde por la falta de un papel o una prueba, se nos puede negar el tratamiento”. De acuerdo con una investigación británica, las personas con déficit de hormona de crecimiento que no son tratadas tienen tres veces más probabilidades de fallecer que las que reciben terapia. Las personas afectadas necesitan tratamiento de por vida.
Consecuencias
El déficit de la hormona de crecimiento causa astenia, depresión, falta de vigor, trastornos del sueño, problemas de concentración y pérdida de masa muscular e incrementa las posibilidades de presentar una patología cardiovascular que puede derivar en infarto o trombosis. “Este déficit influye en todas las esferas de la vida personal y social”, apunta Liger.
Tal y como explica el presidente de esta asociación, esta enfermedad se produce tras un tumor craneal, por el Síndrome Cushing, tras una hemorragia en el parto, lo que se conoce como Síndrome de Sheehan, u otras patologías que afectan a la glándula hipófisis que segrega esta sustancia. Asimismo, otra de las causas es haber sufrido este déficit durante la infancia. “En estos casos, si el especialista llega a sospechar que este déficit puede continuar en la edad adulta, debe someter al paciente en la adolescencia a pruebas clínicas y, en caso de que se que confirme el diagnóstico, el joven deberá mantener el tratamiento durante la edad adulta”.
Por otro lado, en los últimos años, está cobrando más relevancia otro posible motivo: los golpes sufridos en la cabeza en accidentes de tráfico, laborales o domésticos. “Los golpes, denominados traumatismos craneoencefálicos, pueden llegar a producir un déficit de la hormona si el mismo ha llegado a afectar a la glándula hipófisis, que segrega la hormona del crecimiento y que se encuentra en el cerebro”. Como señala el presidente de la asociación de pacientes, “en estos casos, es clave la colaboración entre los servicios de urgencias y los departamentos de Endocrinología de los hospitales para que, en pacientes en los que el endocrino pueda sospechar que existe un déficit, se realicen los análisis clínicos y las debidas pruebas que permitan detectarlo a tiempo”.
En opinión del presidente de esta asociación, uno de los motivos de esta situación se encuentra en la dificultad de acceso a la prueba de detección. A diferencia de la tiroides u otras hormonas que se diagnostican mediante un análisis de sangre, para la detección de la hormona de crecimiento se precisa la realización de una prueba específica, “que sólo se realiza en centros especializados y no todas las ciudades disponen de los procedimientos para desarrollarlo. Andalucía es una de comunidades más avanzadas en este sentido”.
Otra de las causas, para Antonio Liger, reside en el desconocimiento que existe sobre esta enfermedad en la sociedad. “Muchas personas han escuchado algo sobre este déficit de la hormona de crecimiento, pero realmente se conoce poco sobre qué es esta enfermedad, cómo afecta a la vida de los enfermos e incluso cuántas personas reciben un tratamiento”. Por ello, la Asociación de Pacientes deficitarios de GH Adultos organiza el próximo sábado, 10 de noviembre, la jornada informativa ‘Vivir más, vivir mejor’ abierta al publico. Será a partir de las 9:00 horas en el centro Cultural La Almona (C. de la Mina) en Dos Hermanas, Sevilla. En la misma, se presentarán las últimas novedades en el campo del tratamiento y la fisioterapia y se hablará sobre la importancia de la nutrición en el control de la enfermedad y del abordaje quirúrgico de los adenomas hipofisarios productores de hormona de crecimiento con proyección de vídeos en 3D.
Sobre el tratamiento, el presidente de esta asociación considera que hay aspectos que se podrían mejorar. “La hormona de crecimiento es un tratamiento de dispensación hospitalaria que obliga a los pacientes a acudir a estos centros de forma regular. Además, cada año debemos presentarnos a una comisión de control donde se valida si necesitamos el medicamento, algo que no sucede con otros enfermos. Así, estamos viviendo situaciones donde por la falta de un papel o una prueba, se nos puede negar el tratamiento”. De acuerdo con una investigación británica, las personas con déficit de hormona de crecimiento que no son tratadas tienen tres veces más probabilidades de fallecer que las que reciben terapia. Las personas afectadas necesitan tratamiento de por vida.
Consecuencias
El déficit de la hormona de crecimiento causa astenia, depresión, falta de vigor, trastornos del sueño, problemas de concentración y pérdida de masa muscular e incrementa las posibilidades de presentar una patología cardiovascular que puede derivar en infarto o trombosis. “Este déficit influye en todas las esferas de la vida personal y social”, apunta Liger.
Tal y como explica el presidente de esta asociación, esta enfermedad se produce tras un tumor craneal, por el Síndrome Cushing, tras una hemorragia en el parto, lo que se conoce como Síndrome de Sheehan, u otras patologías que afectan a la glándula hipófisis que segrega esta sustancia. Asimismo, otra de las causas es haber sufrido este déficit durante la infancia. “En estos casos, si el especialista llega a sospechar que este déficit puede continuar en la edad adulta, debe someter al paciente en la adolescencia a pruebas clínicas y, en caso de que se que confirme el diagnóstico, el joven deberá mantener el tratamiento durante la edad adulta”.
Por otro lado, en los últimos años, está cobrando más relevancia otro posible motivo: los golpes sufridos en la cabeza en accidentes de tráfico, laborales o domésticos. “Los golpes, denominados traumatismos craneoencefálicos, pueden llegar a producir un déficit de la hormona si el mismo ha llegado a afectar a la glándula hipófisis, que segrega la hormona del crecimiento y que se encuentra en el cerebro”. Como señala el presidente de la asociación de pacientes, “en estos casos, es clave la colaboración entre los servicios de urgencias y los departamentos de Endocrinología de los hospitales para que, en pacientes en los que el endocrino pueda sospechar que existe un déficit, se realicen los análisis clínicos y las debidas pruebas que permitan detectarlo a tiempo”.