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La acumulación de secreciones nasales es un caldo de cultivo para que un resfriado, una gripe, una sinusitis e incluso una otitis se prolongue por tiempo indefinido. En estas condiciones, mantener la nariz limpia nos ahorrará no sólo muchas incomodidades, sino también muchas enfermedades. Pero, ¿qué le pedirías a tu limpiador nasal?: que además de contener una solución inocua a base de agua salina, te permita controlar la cantidad y la presión a la que salga el chorro, con el fin de que esta solución llegue a todos los rincones de las fosas nasales de forma uniforme y homogénea. Precisamente para ello, un grupo de otorrinolaringólogos suecos del Hospital Karolinska de Estocolmo, dirigidos por el Dr. Meter Aneblad, han diseñado un irrigador nasal que utiliza una jeringuilla y una punta de silicona que no contiene látex y que ha sido testada y específicamente diseñada para el contacto directo con la piel, que cumple con todas estas expectativas. Esta punta ha sido recientemente patentada y se adapta perfecta y cómodamente a cada fosa nasal. La solución salina es empujada por la jeringuilla provocando la salida de secreciones y mucosidades por la otra fosa nasal, conectadas entre sí. Bajo la supervisión del médico, este irrigador nasal también puede ser usado como tratamiento tras operaciones nasales o en el tratamiento de infecciones e incluso pólipos nasales.