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Las nuevas técnicas de escáner nuclear ayudan en la detección de la enfermedad de Alzheimer de forma mucho más temprana que antes. Los marcadores recientemente desarrollados, usados en la tomografía por emisión de positrones (TEP) hacen que los beta-amiloides se hagan visibles en el cerebro. Esta parte de una proteína, que es la principal causante del Alzheimer, se puede detectar ahora mucho antes de la aparición de los síntomas. “Esto ayuda a los médicos a confirmar su diagnóstico y planear una estrategia de tratamiento adecuada de modo individual desde el principio. Además, permitirá la aplicación a tiempo de futuras medicaciones que actualmente se están desarrollando”, afirma el Profesor Swen Hesse, experto de la Asociación Europea de Medicina Nuclear (EANM, por sus siglas en inglés).
La enfermedad de Alzheimer es la causa más frecuente de demencia, una disminución de la capacidad mental que normalmente se desarrolla y progresa lentamente. La memoria y el juicio se ven limitados y la personalidad puede verse deteriorada. Afecta sobre todo a las personas con edades superiores a los 60 años y es una de las causas más importantes de discapacidad en los mayores. Se estima que en 2040 el número de personas europeas que sufra de esta demencia se duplicará. El Alzheimer supone una gran carga para los pacientes y sus familiares así como para los sistemas de asistencia sanitaria debido a los elevados costes socioeconómicos. Por ello, la mejora del diagnóstico y el tratamiento se ha convertido en una de las principales prioridades de la agenda de asistencia sanitaria de la Unión Europea. Aunque aún no existe cura, ciertos medicamentos pueden aliviar los síntomas y así conservar las capacidades mentales de los pacientes hasta un cierto punto durante un período de tiempo limitado. Cuanto antes se comience el tratamiento mayor será la eficacia. El hecho de que terapias novedosas y más duraderas puedan pronto ser accesibles incrementa la importancia del diagnóstico precoz.
Detección de las placas que destruyen el cerebro
El objetivo del examen con PET es la beta-amiloide, el componente principal de las placas que dañan las neuronas del cerebro y son uno de los distintivos del Alzheimer. Recientemente se han desarrollado tres marcadores distintos (sustancias etiquetadas como radioactivas con las que se inyecta al paciente), que hacen que estas placas sean visibles en la pantalla del ordenador. Una de las sustancias (florbetapir F-18) ya ha sido aprobada por las autoridades sanitarias de la Unión Europea y EE. UU. mientras que las otras dos (flutemetamol F-18 y florbetaben F-18) esperan ser aprobadas por ambas autoridades en breve. Con la ayuda de estos marcadores se puede detectar la probabilidad de la enfermedad de Alzheimer hasta quince años antes del comienzo de la discapacidad mental severa. No obstante, mientras que un escáner TEP negativo, aquel que muestra poca o ninguna acumulación de beta-amiloide en el cerebro, excluye el Alzheimer como la causa de la enfermedad del paciente, este método no funciona a la inversa ya que otras formas de demencia como la demencia con cuerpos de Lewy (DCL) puede también dar escáneres positivos y un escáner positivo no significa necesariamente una demencia clínicamente clara. Los estudios que se están realizando mostrarán si el uso de los marcadores de amiloides radiactivos y la TEP pueden predecir el riesgo individual de una futura conversión a la demencia de Alzheimer y si son adecuados para evaluar cómo responden los pacientes al tratamiento. Por ahora, los métodos de escáner nuclear no son un sustituto sino un valioso añadido a las herramientas de diagnóstico establecidas.
Los nuevos marcadores posibilitarán el avance del tratamiento
“El escáner de amiloides permite a los médicos determinar desde el comienzo y con mucha precisión si se puede excluir el Alzheimer en pacientes con síntomas leves, de forma que deba tenerse en cuenta otro tipo de demencia o enfermedad”, afirma el profesor Swen Hesse. “La efectividad de estas sustancias se probó a través de excelentes estudios clínicos que mostraron su precisión en la detección de beta-amiloides en el cerebro de acuerdo con resultados histopatológicos.” De conformidad con la EANM, el escáner de amiloides posibilitará el avance de las opciones de tratamiento ayudando a seleccionar los participantes en el estudio en ensayos clínicos que pueden conducir a medicamentos modificadores de la enfermedad. Dichos marcadores también tienden a nuevas combinaciones de TEP con escáner de resonancia magnética (ERM) como exámenes independientes siendo, de hecho, dos dispositivos en uno. Esto reducirá aún más el tiempo de escaneado y hará que el paciente se sienta más cómodo.
¿Qué es la medicina nuclear?
Mucha gente asocia este término, medicina nuclear, con una radiación peligrosa. Se trata de una asociación sin fundamento. Aunque es cierto que se utilizan sustancias radioactivas, las dosis a las que se expone al paciente, según la Asociación Europea de Medicina Nuclear (EANM), son tan bajas que no pueden llevar a cuestionar las ventajas diagnósticas y terapéuticas que aporta la medicina nuclear. La exposición media a la radiación de una exploración de medicina nuclear equivale a la dosis de radiación que recibe una persona del entorno durante todo un año. El yodo radioactivo, por ejemplo, se ha utilizado en tratamientos médicos durante más de 60 años, sin que se haya probado ningún efecto secundario en todo este tiempo.
Los procedimientos de medicina nuclear desempeñan un papel crucial en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer y de enfermedades cardíacas, neurológicas y endocrinológicas.
En el diagnóstico mediante medicina nuclear, pueden visualizarse los procesos metabólicos administrándose fármacos radioactivos (los denominados radiofármacos) a los pacientes mediante inyección en vena o subcutánea, en comprimidos o por inhalación. Estas substancias se acumulan en determinadas partes del organismo, haciendo visibles los procesos metabólicos. Utilizando un equipo de exploración especial (las denominadas cámaras gamma), puede visualizarse esa radiación débil y convertirla en una imagen diagnóstica, una gammagrafía, que muestra la distribución espacial de las células enfermas del cuerpo.
En el tratamiento mediante medicina nuclear se utiliza una radiación especial con efectos limitados. Las sustancias administradas alcanzan las células enfermas y las destruyen mediante radiación radioactiva. El ejemplo más conocido sería el tratamiento con radioyodo de pacientes aquejados de problemas de tiroides.
Los radiofármacos consisten en una partícula radioactiva, el radioisótopo, incorporada en una molécula de transporte implicada directamente en el proceso metabólico a examinar que sirve para transportar el isótopo. Con este fin, en el diagnóstico del cáncer, por ejemplo, se utiliza la dextrosa; porque las células cancerígenas tienen una tasa metabólica aproximadamente diez veces mayor que las células sanas. La molécula de transporte pasa a escondidas el radioisótopo eficaz para el diagnóstico o el tratamiento hasta su destino. Allí este podrá hacer visibles, de forma temprana, cambios patológicos, incluso a nivel molecular, o, además, destruir células cancerígenas individuales situadas a gran distancia unas de otras.