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“Yo cuando oigo la palabra farmacia pienso en confianza. Un farmacéutico es alguien que va a ser comprensivo, que te aconseja, empático contigo y, sobre todo, que tiene las herramientas y conocimientos suficientes para guiarte.”
Por Bárbara Fernández
El periodista Matías Prats (Madrid, 1985) debuta como novelista con su obra El futuro que olvidaste (edit. HarperCollins Ibérica), un libro “muy del día a día”, con el que pretende que el lector se sumerja en la historia de los personajes e invite a reflexionar sobre temas muy en boga. Hablamos con el pequeño de la saga, tercera generación de periodistas en su familia, sobre este nuevo reto de su inmersión en la literatura, que ha combinado con la presentación de deportes en Mediaset y la radio. Para él, la pasión con trabajo es una fórmula muy acertada que te lleva al éxito.
Debuta como novelista, con una obra con personajes que tienen problemas comunes, en los que quieres que el lector se identifique con ellos. Habla de temas fundamentales en la vida diaria como el amor, el divorcio, el suicidio, la salud mental… ¿Qué mensaje quiere dar con esta obra?
La obra la he escrito con mucha prudencia y respeto por la palabra escritor, que creo que me queda grande. No he sido muy ambicioso en dar un mensaje que cale en la gente. Lo que he pretendido es que la gente se identificase con algunos personajes, sobre todo con las cosas que suceden a los personajes. Es lo que he intentado reflejar: alguien que se está divorciando, alguien que lucha por la custodia de un hijo, una persona desmotivada por el trabajo al perder la pasión por su oficio, a alguien que le cuesta encontrar inspiración. Muchas veces, aunque seas un deportista de éxito, cuesta mucho volver a empezar. Cuelgas la raqueta con 34 años y cuesta arrancar porque no tienes a veces las herramientas. Y eso le pasa a mucha gente en la vida real.
¿Qué le movió a escribir este libro?
Ya he reconocido que no era un sueño u objetivo. Me lo propusieron, se me ocurrió una idea y me lancé. Fue un reto. No tenia la técnica de un escritor, pero con toda la humildad del mundo, empecé escribir, con el síndrome de la página en blanco incluido, pero recobré la inspiración y ha sido un aprendizaje muy enriquecedor y una gran experiencia. Yo pensaba ¿quién va a estar interesado en leer una novela de Matías Prats con todos los buenos escritores que tenemos en nuestro país? Pero de repente pensé que no había quedado mal. Me da vértigo, pero a la vez estoy muy orgulloso al verlo expuesto al lado de escritores extranjeros y españoles importantes.
¿Habrá segunda parte?
Es la pregunta del millón, pero aun no puedo contestarla. Falta el elemento clave: saber cuál será la respuesta del público. Si el veredicto es positivo, ¿por qué no? Es una manera de auto exigirme. Soy un periodista de radio y televisión, que ha salido de su zona de confort, y que se ha lanzado a la piscina sin saber si había agua.
Habla también de suicidio o depresión, algo “que puede pasar a cualquiera” según ha mencionado en la presentación, apuntando a que “hay que llamar a las cosas por su nombre, tomar conciencia y eliminar tabús”. ¿Qué cree que puede hacer la farmacia en este sentido para ayudar? ¿Y la sociedad?
Yo cuando oigo la palabra farmacia o farmacéutico pienso en confianza. En alguien que va a ser comprensivo, que te aconseja, es empático contigo y, sobre todo que tiene las herramientas y conocimientos suficientes para guiarte. Muchas veces cuando alguien visita una farmacia está perdido, igual que en la vida. No pasa nada por pedir ayuda. De hecho, se debe hacer. Es verdad que estamos avanzando en los últimos años, que los medios de comunicación, que tenemos una responsabilidad enorme en este sentido, empezamos a llamar las cosas por su nombre: suicidio, depresión… Los jóvenes tienen que oír y escuchar. No puede ser un tema tabú y decirlo con todas las letras. Tenemos que ser didácticos y explicar que esto le puede pasar a cualquiera, que no es nada malo y que es muy necesario pedir ayuda, alzar la voz, apoyarse en la familia y amigos. No tener vergüenza. Y sobre todo no tener pudor de decir Necesito ayuda psicológica. Tengo que tomarme un respiro en el trabajo porque estoy pasando un momento mental delicado. Ya está. Eso está a la orden del día. Nos pasa a todos. Desde los medios de comunicación tenemos que normalizar la situación, hablar con todas las letras y sobre todo educar a los más jóvenes en que la salud mental es un tema que ha llegado para quedarse, que está incluso en el Congreso de los Diputados y que es el pan nuestro de cada día de cualquiera de nosotros.
Esta revista se distribuye en farmacias ¿tiene alguna de referencia?
Tengo varias. La que está enfrente de la televisión, en Mediaset, donde siempre me atienden con amabilidad y nos conocen a todos los presentadores. Todos hemos tenido alguna urgencia cuando estás en el trabajo y te da mucha confianza y tranquilidad tener una farmacia a apenas 30 metros de tu oficina. Eso me da mucha calma. Por ejemplo: no me he traído el cepillo de dientes, necesito un antihistamínico, porque hay mucha alergia, o estoy mal de la garganta y necesito para presentar algo que me ponga a tono la voz y me reconforte. Siempre me he encontrado una respuesta positiva, con consejos extraordinarios, etc. Además, normalmente son gente joven muy preparada que sabe lo que te pasa y que está acostumbrada a tratar con personas de diferentes edades y clases y creo que esa formación que tienen es muy completa. También por supuesto tengo la farmacia cerca de casa que además es 24 h, de guardia, y te da muchísima tranquilidad.
Normalmente es el que hace las entrevistas. Es un periodista vocacional, pero ahora da un giro la cosa y es usted el entrevistado. ¿Qué le gustaría que le hubieran preguntado y nunca han hecho?
Bueno, lo que no me gusta es que me pregunten por cosas personales. Me da pudor porque soy un chico muy discreto y prudente. Me considero un periodista. A mi siempre me gusta hablar de periodismo, sobre cómo está la profesión, qué puede hacer para poder conectar con los jóvenes, que para mi es algo que tenemos que mejorar. Un target que, por lo general, ya no leen periódicos físicos o revistas. Están muy bien informados, pero hemos perdido ese lector fiel. Cada vez ven menos la televisión y no escuchan tanto la radio. Tenemos que reinventarnos y hacer un esfuerzo por conocer sus inquietudes y acercarnos a ellos. Me gusta mucho hablar de periodismo y jóvenes, porque creo que es un matrimonio que tiene que ser feliz. Hemos perdido su confianza y seguimiento, así que hay que luchar por recuperarlo. Ahora están acostumbrados a otro tipo de comunicación, como las redes sociales, las plataformas de televisión a la carta… pero los medios tradicionales podemos serles de mucha utilidad. También ellos tienen que encontrar tiempo para el análisis, la pausa, la reflexión, escuchar a los grandes locutores de radio, a los articulistas, ver los informativos …
Ellos están muy informados. Seguramente, sobresaturados de información, pero nosotros tenemos que ser los encargados de canalizarlo mejor y no hacerles perder el tiempo. Darles lo que ellos quieren saber.
Como comenta, ahora el periodismo es más necesario que nunca, pero echa de menos el periodismo de investigación, con más análisis y profundidad. Ahora con los temas de actualidad que hay es más difícil contrastar absolutamente todo y se aboga por la prisa en muchas ocasiones para ir al último minuto. ¿Qué noticia es la que le gustaría dar en su carrera?
Que se acabó la guerra, pero no en Ucrania, sino también en Afganistán, Siria, en países de África… Sería tan feliz si me siento en el plató de informativos o delante del micrófono de la radio y se dice que se ha firmado un acuerdo de paz mundial, nadie quiere hacer daño a otro país y vamos a ser buenos conciudadanos. Esa es la noticia con la que sueño: Se acabó la guerra. Afortunadamente en nuestro país ya no hay terrorismo, es una de las noticias más felices de los últimos 30 años, pero también me gustaría decir que los políticos de hoy día apuestan decididamente por la educación y sanidad, dos pilares básicos en nuestra sociedad. Sobre todo, haciéndolo todos juntos.
Ya de pequeño tenía claro que apostaría en su vida por el periodismo. ¿Qué es lo que más le gusta de ello?
Yo soy un periodista de cuna, vocacional. No me imagino haciendo otra cosa que contar historias relacionadas con el deporte, la cultura, la política, la sociedad… Creo que un periodista debe ser polivante, estar preparado para afrontar cualquier tipo de noticia y cobertura. En este sentido sí que soy un periodista que se considera un privilegiado. He tenido la oportunidad de ir a Mundiales, Eurocopas, Fórmula 1, ver ganar en Roland Garros a Nadal, que es el mejor deportista de la historia de España. Así que hay un ingrediente fundamental, que es la pasión, y el cual no debes perder y la pasión con trabajo es una fórmula muy acertada que te lleva al éxito. Me considero un periodista de los de antes, que echa de menos con todas las cosas que pasan un poco de pausa, análisis y reflexión. De ver de dónde venimos, cómo estamos y hacia donde vamos. Ahora el consumidor demanda inmediatez. Todo tiene que ser aquí y ahora y a veces es bueno sentarse y afrontar la actualidad con más rigurosidad.
PARA CONOCERLE MEJOR:
Como se define: como un chaval sencillo, humilde, buen compañero, apasionado de su profesión, enamorado del deporte y también muy aficionado al cine y la lectura, al que le gusta hacer cosas muy normales como viajar, estar con la familia, salir a comer…
Un leitmotiv que siempre le acompaña: Conocer la verdad. Me encanta saber lo que pasa y llegar al fondo de la noticia. Me gusta conocer las causas de los conflictos y poner en aprietos a los protagonistas, ser un periodista riguroso. Nuestra principal función es conocer la verdad en cualquier ámbito.
Un sueño que le quede por cumplir: Ser padre, tengo muchísimas ganas y, relacionado con el deporte, ver al Atlético ganar una Champions, que tenemos varias espinas clavadas y el sueño de cualquier aficionado rojiblanco.
Su libro preferido: Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. Fue un amor a primera vista. Es un libro que he releído más de cincuenta veces. Lo tengo en la mesita de noche y no va a dejar de tener un lugar protagonista en mi casa nunca. Es un libro que no envejece, que tiene vigencia, que te entretiene, te hace reflexionar, incluso te hace conocerte a ti mismo y, sobre todo, disfrutar de uno de los mejores escritores de este siglo.
¿Cuál ha sido el mejor consejo que le han dado? ¿Y el que ha dado?
Podría decirte que mi abuelo y mi padre me dieron el siguiente consejo: Matías, prepárate, fórmate, estudia una carrera, pero no te conformes con eso. Lee, escucha, ve, empápate de los mejores. Que no te de pereza aprender. El saber no ocupa lugar. Es una frase muy manida pero muy cierta. Es el mismo consejo que yo le doy a mis alumnos en la Universidad. Les digo que, aunque no hayan encontrado todavía su primera oportunidad laboral, que sigan formándose y estudiando. Esta no es una profesión cualquiera. O te gusta o no tienes nada que hacer. Tiene que ser pasional. Tienes que tener ganas de ser periodista todos los días del año. Además, les digo que, siendo un trabajo que tiene que ser remunerado obviamente tienen que tomar como su vocación. Que no es solo un trabajo, sino que tenemos una responsabilidad con la sociedad. Así que aprovechen, que lo vivan, disfruten y que nunca se rindan, que no hay que dejar de aprender ni un solo día.