Estos tumores poco comunes se originan en el timo, un pequeño órgano ubicado en la parte superior del tórax, por encima del corazón y debajo del esternón. Los timomas son de crecimiento lento y rara vez se diseminan, pero el CARCINOMA TÍMICO crece rápido, se suele diseminar a otras partes del cuerpo y es más difícil de tratar.
El timoma y el carcinoma tímico, también llamados tumores epiteliales tímicos (TET), son dos tipos de cánceres raros que se forman en las células que cubren el exterior del timo. Este órgano forma parte del sistema linfático y elabora un tipo de glóbulos blancos, llamados linfocitos, que ayudan a combatir las infecciones desempeñando así un papel crucial en el desarrollo y maduración del sistema inmunológico. Aunque pueden aparecer a cualquier edad, estos tumores suelen afectar a pacientes de entre 40 y 70 años de edad, con distribución uniforme entre ambos sexos. En muchos casos, el timoma se relaciona con la miastenia gravis y otras enfermedades autoinmunitarias paraneoplásicas.
Aunque el timoma y el carcinoma tímico se forman en el mismo tipo de células, se comportan de forma diferente:
- Las células tumorales del timoma se multiplican en forma lenta y, por regla general, no se diseminan fuera del timo.
- Las del carcinoma tímico se multiplican más rápido y es más probable que se diseminen a otras partes del cuerpo. Además, es más difícil de tratar. Aproximadamente 1 de cada 5 TET es un carcinoma tímico.
Tos y dolor de tórax, principales síntomas
Por lo general, los pacientes con estos tumores no experimentan síntomas, de hecho no son raras las ocasiones en las que se detectan tras una radiografía de tórax realizada por otra razón. Cuando están presentes, encontramos los siguientes síntomas:
- Tos que no desaparece
- Falta de aliento
- Dolor en el tórax
- Ronquera
- Hinchazón de la cara, el cuello, la parte superior del cuerpo o los brazos
Pronóstico y tratamientos
El tratamiento y la evolución de la enfermedad dependerán del tipo de tumor, del estadio en que se encuentre el cáncer y de las condiciones clínicas del paciente. Las opciones terapéuticas incluyen la cirugía, que es el tratamiento de elección en casos de tumores localizados y resecables. La radioterapia se utiliza cuando el tumor no puede ser operado o en combinación con la cirugía para reducir el riesgo de recurrencia; mientras que la quimioterapia se utiliza para reducir el tumor o bloquear su crecimiento. También pueden ser útiles la terapia hormonal, la terapia dirigida o la inmunoterapia.

