Más de uno de cada cinco adultos en España reconoce tener dificultades para conciliar o mantener el sueño, y muchos recurren a productos de venta libre con melatonina para mejorar su descanso. Sin embargo, un nuevo trabajo científico ha puesto en entredicho la seguridad de este popular suplemento.
El estudio, presentado en las Sesiones Científicas 2025 de la Asociación Americana del Corazón (AHA) celebradas en Nueva Orleans entre el 7 y el 10 de noviembre, sugiere que el uso prolongado de melatonina podría estar relacionado con un riesgo significativamente mayor de fallo cardíaco a largo plazo. Los resultados han sido recogidos por el portal especializado Medical News Today.
Un aumento del 90% en el riesgo de fallo cardíaco
La investigación analizó datos de más de 131.000 adultos, con una edad media de 56 años, diagnosticados con insomnio y seguidos durante un período de cinco años. Entre ellos, 65.000 participantes habían recibido al menos una prescripción de melatonina durante un año o más.
Los autores observaron que quienes tomaban el suplemento de forma continuada tenían un 90% más de riesgo de desarrollar fallo cardíaco en comparación con los que no lo utilizaban. Además, los participantes que obtuvieron dos o más prescripciones en un plazo menor a 90 días mostraron una probabilidad un 82% mayor de sufrir la enfermedad.
También se detectó que estos pacientes tenían 3,5 veces más probabilidades de ser hospitalizados por fallo cardíaco y el doble de riesgo de fallecer por cualquier causa durante el periodo de seguimiento.
“Sorprendentes efectos sobre la salud cardiovascular”
En un comunicado difundido a través de la web de la AHA, los investigadores destacaron que “existe la creencia generalizada de que los suplementos de melatonina son seguros y naturales, por lo que resultó sorprendente encontrar efectos tan consistentes y significativos sobre la salud cardiovascular”.
Aun así, los autores subrayan que el estudio es observacional, lo que impide establecer una relación directa de causa y efecto entre el consumo de melatonina y el fallo cardíaco. Señalan, además, que otros factores podrían influir: las personas con insomnio, depresión o ansiedad severa podrían tener tanto más riesgo de recibir melatonina como de padecer enfermedades cardíacas.
Replantear su uso a largo plazo
Los investigadores coinciden en que estos resultados deben invitar a la reflexión sobre la práctica habitual de usar melatonina como tratamiento crónico del insomnio, un uso no avalado por las autoridades sanitarias. También recomiendan estudiar si el insomnio puede estar enmascarando síntomas tempranos de problemas cardíacos, subrayando la importancia de identificar la causa real de los trastornos del sueño en cada paciente.

