Los Hombres G deben su nombre a una película de 1935, G-Men, protagonizada por James Cagney, actor célebre por encarnar a los primeros gánsteres de Hollywood que con aquel pionero film noir quiso ponerse al servicio de la legalidad. G-Men puede traducirse del inglés con la expresión “hombres del gobierno” algo que nada tiene que ver con la banda madrileña. Y menos con uno de sus fundadores, David Summers, la cara y la voz más visibles del grupo a lo largo de más de 35 años de carrera musical.

Hijo del multifacético director de cine Manuel Summers y sobrino del televisivo periodista Guillermo Summers, el cantante de Hombres G nació en el Chamberí madrileño de 1964. Aunque la banda se separó en el año 93, a principios de este nuevo siglo sus componentes se reunieron de nuevo y volvieron a la música y a las giras, muchas internacionales, pues el éxito de Hombres G en todo el continente americano ha sido una constante. Hace un par de años David Summers publicaba en solitario un libro titulado Hoy me he levantado dando un salto mortal (Alienta Editorial), en el que ofrecía en ocho capítulos plagados de anécdotas y revelaciones sobre su éxito en el trabajo, cómo construyó su marca, cómo aprendió a ser creativo y qué enseñanzas extrajo de los fracasos. Más que recomendables son sus diez claves sobre el trabajo cuando eres tu propio jefe, seguro que más de uno coincidirá con su autor. Hace ya algunos meses, la banda ponía en el mercado un nuevo álbum, Resurrección (Altafonte), tras diez años sin pisar los estudios de grabación. Once nuevos temas, magníficamente producidos, con múltiples influencias. Apasionado del arte y la literatura clásica, y dibujante consumado, David Summers es entusiasta sobre todo de una cosa: hacer lo que le gusta rodeado de amigos.

Los Hombres G no han parado de hacer giras y de tocar, cosechando un enorme éxito por Latinoamérica y más recientemente en los USA. Teniendo en cuenta que la vida de las bandas de rock suele ser corta, muchas veces motivada por divisiones entre sus miembros, lo vuestro es una excepción, seguís actualizando vuestro sonido y aportando novedades ¿cómo se consigue, habéis encontrado una fórmula secreta?
Para nosotros es muy fácil, somos muy buenos amigos desde que éramos niños, nos conocemos muy bien. A los cuatro nos une una pasión extraordinaria por la música, nos encanta nuestro trabajo. Luego, cada uno sabe perfectamente cuál es su papel en el grupo, nos queremos, nos respetamos, mantenemos la ilusión y nos lo pasamos de Puta madre.

Vuestro nombre procede de una película de estilo film noir, G- Men y otra de vuestras canciones emblemáticas es La cagaste, Burt Lancaster, un actor que se consagró haciendo algunos clásicos del film noir. Además, eres hijo de un cineasta reivindicado últimamente, Manuel Summers, y tenéis como banda dos películas taquilleras estrenadas. Con todas estas influencias y este pasado cinéfilo ¿habéis pensado en hacer o embarcaros en otra nueva aventura cinematográfica? ¿Es cierto que Burt Lancaster os quiso demandar por utilizar su nombre para una de vuestras pelis?
Estamos en este momento preparando una nueva película y una serie que rodaremos a partir de la primavera de 2020. No puedo desvelar la trama, pero ya os adelanto que son maravillosas. Burt nunca nos demandó, y nunca tuvimos el inmenso honor de conocerle, aunque nos habría encantado.

El mundo de la música ha dado un vuelco considerable con la caída del soporte físico y el auge del streaming y el formato digital ¿cómo vivisteis este proceso, os afectó de alguna manera?
Si, claro. Nosotros hemos vendido muchos discos, casi veinte millones de copias, y ahora todo eso es como del pasado. Antes vender discos era lo más importante, ahora tienes otros objetivos. Se trata de agrandar tu marca, de llenar los recintos, de tener muchas escuchas o wiews en internet. Pero bueno, al final la gente sigue necesitando la música, asistir a conciertos a escuchar canciones bonitas, y para eso estamos aquí nosotros.

El vinilo está subiendo en número de ventas en los USA, incluso superando la venta de CDs. ¿Sois unos nostálgicos de aquellos tiempos del Long Play y de los fans con las portadas forrando las carpetas, tan ochenteros, o simplemente las cosas cambian y hay que adaptarse?
La verdad es que no me importa tanto el formato si lo que escucho me encanta. Me gustan mucho los vinilos, pero escucho más Spotify, lo reconozco, pero sobre todo por la facilidad de acceso a la canción que quiera en el momento que quiera.

Sorprende que vuestras canciones conecten con gente de varias generaciones, e incluso tanto las primeras como las últimas tengan siempre algo fresco y genuino, no provocan sarpullidos nostálgicos. ¿A qué lo achacáis?
No lo sé a ciencia cierta, pero yo creo que es porque ya en los 80’s, cuando empezábamos, no queríamos sonar con los típicos arreglos ni producción que estaban de moda. Pasábamos de aquellos sintetizadores horribles y esos peinados y maquillajes grotescos, queríamos ser distintos, por eso íbamos normales vestidos y hacíamos canciones sencillas que, aunque en ese momento no lo sabíamos, no iban a pasar nunca de moda.

¿Es importante para vosotros el deporte y mantenerse en forma, sobre todo tras tantos años de giras, hoteles y horarios eclécticos?
Para mí sí, sobre todo por mi salud mental, además de mantenerme en forma para aguantar el ritmo de las giras que sigue siendo trepidante y ya no tengo 20 años. Practico boxeo tres veces por semana y tengo un pequeño gimnasio en casa también.

Comer fuera de casa durante meses debe ser complicado, ¿lleváis alguna dieta, hay algo especial en vuestra alimentación que siempre os acompaña?
Yo lo llevo mal, intento comer siempre muy ligero y hay países como México o EEUU, en los que resulta difícil.

Las farmacias ¿forman parte de vuestros viajes, tenéis alguna anécdota curiosa relacionada con alguna farmacia que se pueda contar?
En las farmacias de México te venden las pastillas sueltas, las saca el tipo y te las da en la mano. Me encantan las farmacias gigantes de EEUU, donde puedes comprar de todo, y tienen hasta un médico de urgencias. Alguna vez he tenido que recurrir a un médico de estos…

Resurrección es el título de vuestro nuevo trabajo. Once canciones de estilos muy variados, en el que aportáis nueva instrumentación, incluso el sonido de una gaita o los ritmos jamaicanos. ¿ha evolucionado vuestro sonido hacia algún estilo concreto, tenéis en cuenta los gustos de vuestros seguidores o es la inspiración la que manda al final?
No, nos dan igual los géneros siempre que nos gusten y se puedan adaptar al sonido que buscamos, pero tratamos cada canción de manera individual. En esta pensamos en una gaita para darle más dramatismo y situarla bajo un cielo gris, en esta otra la llevamos un poco al reggae porque habla de una resurrección, de una búsqueda… otra la hacemos punk para recordar quienes somos y de dónde venimos, cada una tiene su propio mundo y todas comparten un mismo universo, que es nuestro estilo personal, el sonido HG.

En 2006 os otorgaron un Grammy honorífico y recibisteis la medalla de oro al Mérito de las Bellas Artes en 2017, dos reconocimientos de gran prestigio, que hablan claramente de vuestra trayectoria. ¿Habéis llegado ya al top de lo que la música puede ofrecer, se puede llegar todavía más lejos o vuestro camino persigue otras metas?
Tenemos todavía mucho camino que recorrer, seguimos ilusionados con encarar nuevos proyectos, tocar en ciudades y países que no hemos estado, el grupo es cada vez más grande en América y sobre todo en EEUU vamos cada gira a más… el próximo verano hacemos 25 conciertos allí y en recintos increíbles, donde tocaban y siguen tocando nuestros ídolos. Nos sentimos como si todo empezara otra vez constantemente. Como decía Chaplin, todos morimos siendo unos aficionados, siempre hay algo que aprender.

La aventura americana es una permanente vía para muchos artistas ibéricos ¿Creéis que la relación y los lazos con América, especialmente los que compartimos por el idioma, deberían ser más estrechos?
Por supuesto que sí. América es maravillosa, tierra de colores y contrastes increíbles, con un talento y una oferta cultural absolutamente descomunal, y con una gente estupenda. Yo estoy absolutamente enamorado de América latina y cuando estoy allí, me siento feliz, como en casa.

La música, y el arte en general, en nuestro país sigue siendo considerada/o como una especie de divertimento o de adorno, una actividad secundaria y poco seria ¿Pensáis que la educación, la promoción, la divulgación de la música de otra manera, o la política cultural, son las adecuadas para cambiar esta visión?
Por supuesto. La música no ha importado jamás a ningún político de este país, da igual de que ideología. Incluso cuando hablan de cultura no se refieren a nosotros, se refieren a los libros, el cine, el teatro… no nos ayudan en nada, todo lo contrario, cierran locales de música en vivo, suben el IVA, eliminan cualquier programa de música en la tv o los relegan a las cuatro de la mañana… solo hacen mostrar desprecio e indiferencia y poner zancadillas. Ser músico en España es una desgracia. Los músicos españoles no reciben ayudas ni subvenciones ni siquiera por llevar nuestra cultura por todo el mundo, no nos ayudan ni con los billetes de avión. Eso sí, luego nos machacan a impuestos. Pero toda esta falta de apoyo e interés hace que la gente vea la música como algo superfluo, algo de lo que puede prescindir, no demasiado importante en su vida. Y lo es.

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Redacción Consejos

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