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Durante el embarazo, el cuerpo de una mujer experimenta una infinidad de cambios. Algunos de ellos pueden afectar a los ojos y la vista, ya sean cambios hormonales, o los que cambian el metabolismo y la circulación sanguínea. Según explica el doctor Javier Hurtado, director Médico de la Clínica Rementería, sequedad ocular, visión borrosa o subidas de tensión arterial pueden alertar de la aparición de problemas visuales en los meses de gestación.
Aunque en el embarazo las principales preocupaciones suelen ser la nutrición y la piel, la gestación también puede traer cambios en los ojos que afectan a la vista, e incluso si se ignoran y no son tratados de forma adecuada, pueden llegar a desencadenar enfermedades visuales.
Las hormonas lo rigen todo
“El sistema ocular se puede ver alterado debido a los cambios hormonales, especialmente si ya se han tenido problemas de visión, y por ello
es importante llevar un
ser patológicos o no patológicos:
- Los cambios patológicos pueden deberse a un empeoramiento de enfermedades previas como la retinopatía diabética o las enfermedades oculares de tipo inmunológico. Estos cambios patológicos están relacionados con hemorragias retinianas que pueden ser espontáneas o tras esfuerzos, subidas de tensión arterial que producen daño en la retina o alteraciones de la coagulación, entre otros.
- Los no patológicos, como por ejemplo el aumento de la miopía, la bajada de la presión intraocular o el síndrome de ojo seco desaparecen tras el embarazo o la lactancia, aproximadamente unas seis semanas después del parto.
Revisarse, fundamental
En el caso de los cambios patológicos, el doctor Hurtado resalta “la importancia de acudir a revisión, especialmente si hablamos de madres hipertensas, diabéticas y con glaucoma, y sobre todo si se nota una disminución significativa de la visión. La hipertensión arterial puede agravarse en caso preexistente o puede instalarse durante el embarazo. La visión borrosa o incluso doble y ver manchas en el campo visual podría ser señal de hipertensión o de diabetes durante el embarazo”.
No al cambio de gafas ni cirugía
En los meses de gestación y lactancia no se debe cambiar de gafas o lentillas ni operarse de cirugía refractiva, ya que la refracción ocular puede sufrir cambios que dan lugar a una variación de las dioptrías. El director Médico de la Clínica Rementería explica que “las mujeres miopes tienden hacia una mayor miopía explicada por un cambio en el colágeno que hace que el globo ocular se expanda, de aquí que sea desaconsejable la cirugía refractiva durante el periodo de embarazo”. El doctor Hurtado aclara que, si bien esto es un problema pasajero, hay que tener especial cuidado con las mujeres que tengan antecedentes de hipertensión, diabetes o glaucoma y que deben tener un control oftalmológico exhaustivo durante todo embarazo, ya que pueden presentar complicaciones.