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Amigdalitis: cuándo es necesario operar

La amigdalectomía es un procedimiento que no suele requiri

por Redacción Consejos
cuándo operar las anginas

La amigdalitis, coloquialmente anginas, es una de las afecciones más frecuentes en la infancia, aunque puede afectar a personas de todas las edades. Consiste en la inflamación de las amígdalas, unas estructuras de tejido linfático situadas a ambos lados de la garganta que actúan como primera barrera de defensa frente a microorganismos.

En la mayoría de los casos, la amigdalitis está relacionada con infecciones: aproximadamente un 60% son de origen vírico y el 40% restante se deben a bacterias, siendo los estreptococos del grupo A los responsables más habituales en este último caso. La forma más frecuente de transmisión es por contagio al toser, estornudar o simplemente al hablar. Por ello, el contacto estrecho con personas infectadas es el principal factor de riesgo.

Síntomas y manifestaciones

  1. Las infecciones víricas suelen acompañarse de síntomas similares a los de un resfriado común: dolor de garganta, voz gangosa, tos, mucosidad nasal, pequeñas úlceras en la boca y febrícula. 
  2. Por el contrario, cuando la causa es bacteriana, los signos son más intensos: fiebre elevada (por encima de 38ºC), inflamación dolorosa de los ganglios cervicales y la presencia de placas blanquecinas en las amígdalas.
  3. En algunos casos también pueden presentarse problemas respiratorios o interrupción del sueño debido al tamaño de las amígdalas.

Acude al médico si…

Se recomienda consultar a un especialista cuando los síntomas son muy intensos, si el paciente es un niño pequeño, si existe una enfermedad crónica de base (como diabetes o inmunodeficiencias), o cuando tras tres o cuatro días de tratamiento sintomático no se observa mejoría. Acude a urgencias si aparecen complicaciones como convulsiones asociadas a la fiebre, dificultad para respirar o sangrado.

¿Es necesaria la amigdalectomía?

El tratamiento de la amigdalitis depende de la causa. Las infecciones víricas no requieren antibióticos y se tratan con reposo, buena hidratación y analgésicos o antiinflamatorios para aliviar las molestias. En cambio, las infecciones bacterianas confirmadas sí necesitan antibióticos. Además, es importante completar la pauta para evitar recaídas y complicaciones como la fiebre reumática o afectaciones renales.

La amigdalectomía (extirpación de las amígdalas) se considera cuando los episodios son muy frecuentes o graves y afectan a la calidad de vida del paciente. También está indicada cuando las amígdalas son tan voluminosas que dificultan la respiración, la deglución o provocan alteraciones en el crecimiento y en el sueño. Este procedimiento no suele requerir hospitalización, se realiza con anestesia general y la recuperación suele ser rápida, con muy pocas complicaciones asociadas. En algunos casos, se extirpan también las vegetaciones (adenoides) cuando estas contribuyen a infecciones recurrentes o a obstrucciones nasales y auditivas.

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