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Cuando Almudena era pequeña le daba vergüenza que los demás niños de la clase la miraran doblarse como a una acróbata. Ahora esta gimnasta, siete veces campeona de España de gimnasia rítmica y única en completar cuatro ciclos olímpicos, contagia sus ganas de darlo todo como profesora en “Circus” y se ha despedido de su timidez inicial para dar paso a una nueva carrera fuera del tapiz.
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¿Qué es más difícil, entrenar duramente 12 horas diarias o presentar y dar clases en Circus?
Es diferente porque en Circus no entreno, sólo marco las clases de los chicos y creo que el cansancio es mucho más psicológico, porque no estoy acostumbrada a este tipo de trabajo. Cuando entreno es mucho más duro.
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¿Y qué es lo que más te gusta de tu nuevo papel en la televisión?
Me divierte todo porque lo desconozco todo. Realmente me divierte un montón cómo van evolucionando los chicos, y soy yo misma dentro del programa, puedo comportarme como soy fuera del gimnasio. Hay muchos momentos graciosos durante las horas de trabajo y estoy muy contenta con lo que estoy viviendo.
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Desde los 7 años empezaste en gimnasia rítmica, ¿qué recuerdos tienes de tus primeros pinitos?
Recuerdo que sentía mucha vergüenza, como tenía mucha flexibilidad de piernas creía que era malo y lo hacía cuando nadie me estaba mirando. Una vez me pusieron de ejemplo y creí que me moría. En las clases de educación física por ejemplo hasta que no estaban todos doblados con la barbilla sobre las piernas y sin poder mirar no me atrevía a ponerme y recuerdo que todos se levantaban antes de tiempo para ver cómo lo estaba haciendo yo, todas esas situaciones me hacían pasarlo fatal. Ahora con los años pienso pero qué tonta, era algo bueno, ¿no?
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¿Has superado entonces esa timidez?
Sí, sí, he evolucionado mucho a lo largo de mi carrera deportiva, era de las mejores de mis compañeras y sin embargo tenía un concepto malísimo de mí misma. Hace poco me puse unos vídeos y me di cuenta de que era una “crack” y que tenía que haber disfrutado más. Ahora sí que valoro el esfuerzo que hago, el haber roto esquemas con respecto a la gimnasia y haber demostrado que esto es un deporte de mujer en vez de de niña.
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Supongo que tendrás un montón de anécdotas a lo largo de tu carrera, ¿cuál es tu aparato favorito?
El mejor aparato para mí siempre ha sido la pelota, es el aparato con el que más me identifico, lo puedo adaptar mucho a mis movimientos y me trae recuerdos muy bonitos. Tengo una anécdota con la cinta: recuerdo que en los juegos de Atenas me llamaban ya para salir y le pedí a mi entrenadora que me dejara probar un lanzamiento. Ella me dijo: “No, no, Almu, que no hay tiempo, seguro que te sale” insistí en hacerlo antes de salir ¡y se me rompió el palo! Llego a salir con esa cinta a la competición y no paso a la final, ¡menos mal que tuve la intuición!
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Por el hecho de ser tus últimos juegos olímpicos, los de Pekín habrán sido especiales para ti…
Tenía una mezcla de alegría, tristeza y emoción, sabía que ahí acababa mi carrera, era el momento y el lugar que había elegido. No estaba mi entrenadora que acababa de dar a luz y la eché muchísimo de menos pero estaba mi novio allí y estuve rodeada de gente que saliese bien o mal iban a estar conmigo. Me emocioné un montón e hice la competición de mi vida, porque realmente los 90 segundos que tenía para mostrar mi trabajo y los pude disfrutar. La verdad es que me quedé con el cierre soñado para toda mi carrera.
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¿Cómo haces para cuidarte?
Me ayuda mucho hacer deporte, y con la alimentación sí que hubo una edad en la que tuve que cuidarme más, en el cambio de niña a mujer, me tuve que privar de cosas que me gustaban como comer chocolate en competición o helados los fines de semana. En general gusta comer sano pero los fines de semana pido lo que me gusta de la carta y fuera. La gente tiene un concepto de la gimnasia rítmica como que no comemos y no es cierto porque si no lo hiciéramos no tendríamos tanta energía. Intento beber mucho agua, que eso es buenísimo, zumos naturales…
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¿Qué consejo les darías a las niñas que quieren ser como tú?
Me escriben muchas niñas que quieren ser gimnastas porque me han visto por la tele y lo primero que me gustaría decirles es que disfruten con la gimnasia rítmica que es un deporte que te da muchas cualidades para otro deporte: elasticidad, coordinación, educación y disciplina. Pero sobre todo hay que disfrutar y, si tienes condiciones, saber que tienes que sacrificarte muchísimo y tenerlo muy claro.
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¿Te gustaría presentar más programas o hacer cine?
Fíjate que nunca había pensado esto y ahora me están entrando ganas y el gusanillo de la interpretación. al estar trabajando en “Circus” de cara a las cámaras pienso que me encantaría que algún día se hiciese una película sobre el deporte, que uno de los personajes fuese una deportista y poder interpretar ese papel, he hecho algún cameo en “Un Paso Adelante” y la experiencia ha ido bastante bien, le tengo mucho respeto. Con “Circus” me pasó que cuando me vi en un momento dado tuve que enfrentarme sola a un número y lo saqué adelante: cuando llega la situación límite siempre consigo lograrlo, cojo muchísima confianza y luego me digo:”¡tira millas!”