La incorporación de la mujer al trabajo ha aumentado
considerablemente las listas de alumnos que hacen uso del comedor escolar

Elegir la empresa de
catering, los menús más completos, vigilar su elaboración, la seguridad de las
instalaciones y equipos y la seguridad higiénica de los transportes, exige una
correcta preparación y una enorme labor de coordinación. Aunque en la mayoría
de los casos las asociaciones de padres influyen mucho en la toma de
decisiones, hay quien opina que esta actividad debería ser controlada por las
autoridades locales, con el fin de vigilar la continuidad de una cadena que
asegure el cumplimiento de todas las medidas higiénicas y sanitarias.

Un caso ilustrativo: el madrileño

El pasado año se registraron
en la comunidad de Madrid 2.500 intoxicaciones alimentarias
a causa del consumo de alimentos en mal estado. De ellas, 2.300 se produjeron
en bares y restaurantes públicos, y muy especialmente en colegios públicos.
Ello ha llevado al consistorio madrileño a diseñar varias campañas de
inspección para este año, con el fin de controlar los vehículos de transporte
de la comida, los alimentos que se sirven en los comedores y su manipulación
(incluyendo la higiene de instalaciones y operarios). Según ha afirmado el
concejal de Seguridad y Servicios, Pedro Calvo, los inspectores municipales
realizarán controles de higiene y seguridad tanto en colegios como en
guarderías y centros de educación especial. Una iniciativa pionera a imitar por
el resto de administraciones locales.

Además de la labor de los
inspectores, se promoverá la implantación de sistemas de autocontrol (el
autocontrol en las empresas para garantizar la seguridad de los alimentos es
obligatorio desde 1995), para identificar riesgos específicos y establecer
medidas preventivas que permitan anticiparse a posibles toxiinfecciones. Dentro
de estas campañas también se controlará el material escolar, para lo que se
comprobará la existencia o no de sustancias nocivas en su composición y la
correspondencia de uso respecto a la edad.

Cómo influir en la toma de decisiones

En la mayoría de
los casos, la labor de las asociaciones de padres incluyen desde saber quién es
el que sirve las comidas y si es alguien externo al colegio o es el mismo
centro el que cocina, hasta cuáles van a ser los menús, qué precio tendrán o
participar incluso en la elección del servicio de catering, si es externo, y en
la decisión de los motivos que han impulsado a su selección. En el momento en
que se incumple cualquiera de los acuerdos adoptados, la queja estará servida
con motivo. Los criterios a la hora de elegir un menú deberán tener en cuenta
siempre:

  1. Las necesidades nutritivas de los
    niños en edad escolar.
  2. La aceptación de los platos por parte
    de los escolares.
  3. La calidad de las materias primas
    empleadas en la preparación de comidas.
  4. La higiene y seguridad de los
    alimentos y de los procesos.
  5. El precio.

De qué nos quejamos los padres

Normalmente, en los menús
escolares se abusa de alimentos proteicos, como pueden ser carnes (cerdo, pollo
y picadas), algunos pescados y huevos. Además, se usa una gran cantidad de
platos precocinados como croquetas o empanadillas,
así como de patatas fritas. Raramente se incluyen cantidades diarias de
verduras o alimentos vegetales, incluidas las legumbres.

¿Es adecuado el menú de tu hijo?

  1. Un buen menú debe representar el 30 % del valor
    calórico total del día.
  2. En él debe potenciarse los platos de verduras o
    ensaladas como primer plato o como guarnición del segundo, fruta fresca de
    postre y pescado.
  3. El menú de los más pequeños deberá contener
    sabores más suaves y estar menos condimentados, con el fin de que sepan
    identificar los sabores reales de los alimentos.
  4. En los adolescentes el menú deberá contemplar un
    mayor aporte proteico, tanto de origen vegetal (pan, pasta, arroz, legumbres),
    como animal, con raciones de carne y pescado no superiores a 150 g. En
    ellos se debe aumentar el consumo de lácteos como el yogur.
  5. En el menú diario deben incluirse siempre una serie
    de alimentos, teniendo en cuenta que se trata de etapas de plena evolución
    fisiológica:

Formadores de tejidos o huesos: sobre todo en los niños en edad de crecimiento, como
leche y derivados, carne o pescado o huevos.

Energéticos: aquellos alimentos ricos en hidratos de carbono, como
patata, pasta y arroz, y en mayores cantidades que las de una persona adulta
normal.

Reguladores: fruta fresca, ensaladas y verduras, imprescindibles
para la regulación y correcto aprovechamiento de todos los nutrientes.

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Redacción Consejos

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