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¿En qué se diferencian los productos cosméticos de venta en farmacia de los que se distribuyen en otros canales?, ¿por qué son más seguros?, ¿cuáles son sus requisitos y controles? Ante preguntas como estas, conviene estar preparado. Consultamos a dos especialistas en dermofarmacia, que nos enseñan a sacar partido a esta categoría y a defenderla “a capa y espada” en nuestras boticas.
La cosmética de venta en farmacia cuenta cada vez con más adeptos, tal y como se desprende de fuentes especializadas como el Estudio del mercado de perfumería y cosmética en España, elaborado por Stanpa (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética), que posiciona a la farmacia como el segundo canal de distribución más importante de estos productos (un 21%), por detrás del de gran consumo (47%).
Las razones de este “éxito” son muchas y variadas: la oferta cada vez más amplia de gamas completas de productos destinados a este canal, con soluciones para todas las tipologías y necesidades cutáneas; el protagonismo creciente de la dermocosmética; y, sobre todo, el hecho de contar con el asesoramiento del farmacéutico.
¿Cosmética o dermocosmética?
Una de las principales dudas que surgen a los pacientes no iniciados en el mundo de la “belleza de farmacia” y que hay que tener muy claro y transmitir desde el mostrador, se refiere a la terminología que se aplica a estos productos. Mónica de Orue, vocal de Dermofarmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos (COF) de Guipúzcoa, aclara dos de los conceptos que suelen suscitar más confusión: la diferencia entre dermocosmética y producto cosmético de venta en farmacia: “La dermocosmética es la rama de la farmacia que se ocupa del estudio y fabricación de productos para aplicación tópica, tanto con fines terapéuticos como cosméticos. Pero mientras que un producto cosmético busca embellecer la piel, un dermocosmético se enfoca a la prevención y tratamiento de las afecciones de la piel. En definitiva, en la farmacia se pueden encontrar tanto productos cosméticos (de cuidado) como dermocosméticos que, además de cuidar y embellecer, tienen el plus de prevenir y tratar problemas y determinadas situaciones cutáneas. En cualquier caso, los cosméticos de venta en farmacia están formulados con activos más potentes y en mayor proporción que los que se dispensan en otro tipo de establecimientos, lo que hace que sean más eficaces y tengan mejores resultados que los que se obtienen en otros canales. Esto se consigue gracias a los estudios que realizan los laboratorios farmacéuticos para poder formular estos principios activos más concentrados, manteniendo su seguridad”, afirma la experta. Estos dos conceptos son relevantes y convencen a la hora de dirigir los pasos del paciente hacia la farmacia.
Consejo farmacéutico “a medida”
A todo ello se une la excepcionalidad de contar con el consejo “a medida” del farmacéutico, que permite a su vez establecer una rutina de cuidados (combinando distintos productos) y un seguimiento personalizado. Pero para optimizar este servicio y esta ventaja es necesario que los pacientes “pongan de su parte”, proporcionando al farmacéutico una serie de datos que hagan más fácil la elección del producto más adecuado a sus necesidades. En este sentido, Leire Azcona, máster en cosmética y dermofarmacia y titular de la Farmacia Leire Azcona, de Portugalete (Vizcaya), ofrece unas “pistas” sobre los aspectos que se deben tener más en cuenta a la hora de recomendar un producto cosmético en la botica:
-El tipo de piel.
-La edad aparente de la persona versus la edad biológica.
-Los tratamientos farmacológicos que se siguen (especialmente, si se toman medicamentos fotosensibilizantes).
-Si existe alguna patología dermatológica o hay antecedentes de padecerla.
-Los hábitos de vida: fumar, exposición excesiva al sol, niveles de estrés, dieta…
-Qué cosméticos se utilizan en la rutina diaria.
-Qué aspecto de su piel se quiere mejorar con ese cosmético.
Por tanto, es importante tener en cuenta estas pautas antes de recomendar un producto, ya que cuanta más información se obtenga por parte del paciente, más éxito tendrá la elección del producto y/o el tratamiento cosmético.
Leire Azcona: “lo que caracteriza principalmente a los cosméticos de la farmacia es su calidad y la alta concentración de sus ingredientes cosméticos, lo que garantiza la eficacia del producto”. Y este valor hay que saberlo transmitir a nuestros pacientes.
4 razones que marcan la diferencia
Leire Azcona enumera las principales ventajas que ofrece la cosmética de venta en farmacia frente a los productos que se distribuyen en otros canales:
- Respaldo investigador. “Estos productos tienen detrás numerosos estudios científicos que avalan su eficacia. Los laboratorios farmacéuticos invierten en investigación y en la realización de estudios de eficacia tanto de la materia prima como del cosmético final (producto acabado) para verificar sus resultados”.
- Asesoramiento personalizado. “Sin duda, la principal ventaja de adquirir cosméticos en la farmacia es el asesoramiento profesional, que es un valor diferencial frente a otros canales. El farmacéutico aconseja el cosmético más adecuado para cada persona según el tipo y estado de la piel, e informa detalladamente sobre las propiedades y características de cada producto, explicando en cada caso el modo de aplicación”.
- Tratamiento integral. “Además de asesorar en la elección de un producto, el farmacéutico, como experto del medicamento y conocedor de los ingredientes cosméticos, puede complementar los tratamientos farmacológicos de las diferentes patologías dermatológicas con dermocosméticos adecuados para cada situación, según las necesidades del paciente”.
- El “plus” de la cosmetovigilancia. “En la farmacia realizamos seguimiento del tratamiento dermocosmético, de manera que comprobamos si la aplicación del cosmético es correcta o no o si hay alguna reacción extraña en la piel. Es decir, el farmacéutico, como profesional sanitario, realiza ‘cosmetovigilancia’, lo que significa que evalúa y corrige los efectos no deseados observados como consecuencia del uso normal de un producto cosmético, notificándolo a las autoridades competentes”.
Los de mayor éxito y los más vendidos
Respecto a cuáles son los productos cosméticos que tienen más “éxito” en la farmacia (o lo que es lo mismo, los más vendidos y/o que generan más consultas), Leire Azcona comenta que “en general, todos aquellos que requieren un asesoramiento específico en cuanto a sus propiedades y aplicación correcta. Según mi experiencia, los cosméticos que más se venden en la farmacia son los que están indicados para las afecciones cutáneas (acné, rosácea, hiperpigmentaciones, atopia). También los fotoprotectores y los cosméticos antienvejecimiento formulados con retinoides y alfahidroxiácidos (AHAs)”.
Errores comunes, preguntas frecuentes… respuestas expertas
Desde su experiencia, las expertas nos comentan cuáles son los cosméticos de venta en farmacia que generan más dudas y, también, qué errores son los más frecuentes a la hora de adquirir y/o utilizar estos productos. “Las dudas que nos consultan los usuarios son muy variadas y de diferente índole: qué cantidad aplicar y de qué forma; cuándo utilizarlos, si son compatibles con el resto de la rutina cosmética, etc.”, dice Leire Azcona. En cuanto a los cosméticos que “centran” la mayoría de estas preguntas, Azcona destaca, en primer lugar, los formulados con derivados de la vitamina A (retinoides): “qué concentración y qué tipo de retinoide utilizar, cómo evitar la irritación y descamación que producen; con qué frecuencia aplicarlos y cuál es el más idóneo para cada persona. Otras de las dudas frecuentes están relacionadas con el factor de protección solar (FPS) de los fotoprotectores: cuánto protegen, cómo aplicarlos y qué cantidad de producto es necesaria”.
Asimismo, la farmacia es un excelente “detector” de los errores más comunes que se cometen en los cuidados cosméticos habituales. “El que observamos con más frecuencia es no aplicar el fotoprotector todos los días, como paso final a la rutina cosmética de la mañana. En relación con esto, también es habitual no aplicar la cantidad suficiente de fotoprotector (a mg/cm2) y no reaplicarlo”, explica Leire Azcona.
“Otro error cosmético muy extendido es limpiar la cara con agua, sin utilizar un limpiador específico para la piel del rostro; y tampoco realizar la doble limpieza por la noche, esto es, limpiador en aceite + limpiador acuoso”, añade la farmacéutica.
Mónica de Orue, por su parte, enumera los que, en su opinión, son los errores que se detectan en este contexto: “El principal es no saber qué tipo de piel se tiene y lo que más le conviene en función de estas características. También, y según el problema de piel que se padezca, no saber la concentración del activo a utilizar; cómo y cuándo usar un determinado cosmético; y no conocer los efectos adversos que pueden aparecer”.
La “lista de la compra” ideal
“El uso de cosméticos debe ir necesariamente unido a un asesoramiento personalizado de un profesional cualificado. Por esta razón, soy una gran convencida de que la farmacia es el lugar más adecuado para adquirir estos productos, no sólo por sus características sino también por el consejo farmacéutico personalizado que acompaña a la recomendación de cada cosmético”, afirma Leire Azcona. En este sentido, Leire Azcona y Mónica de Orue señalan que hay determinados productos y situaciones cutáneas en las que sin duda la farmacia es la mejor opción, y explican las razones que avalan esta recomendación:
-Piel sensible, alergias y otras patologías cutáneas (rosácea, atopia, psoriasis, etc.). “En estos casos siempre recomendaría el uso de los cosméticos de farmacia, ya que cuentan con opciones específicas formuladas para cada tipo de patología y problema cutáneo”, dice Leire Azcona.
-Tratamientos despigmentantes. “Hay gran variedad de ingredientes cosméticos despigmentantes, pero no todos son adecuados para todos los tipos de manchas. Es el farmacéutico el que debe recomendar el producto más indicado según el tipo de hiperpigmentación”, comenta Leire Azcona. Mónica de Orue incide en que actualmente hay disponibles diferentes opciones para tratar este problema, “pero dependiendo del tipo de piel, la época del año y el tipo de mancha será más conveniente utilizar uno u otro”.
-Acné. “En este caso, y dependiendo de la tipología de acné que se presente, habría que derivar al paciente al médico, aunque desde la farmacia debemos dar unas buenas pautas para el cuidado de la piel afectada por este problema”, apunta Mónica de Orue.
-Cosméticos con retinol. “Si se va a utilizar un producto que contenga retinol es aconsejable el consejo experto del farmacéutico, que debe saber recomendar cómo utilizarlo, cómo debe ser el cuidado de la piel después de su uso y también ofrecer explicación respecto a sus posibles efectos adversos”, señala De Orue.
-Exfoliantes y productos con AHAs. En la misma línea, Mónica de Orue recomienda este canal de compra/consulta si se van a utilizar exfoliantes que contengan ácido glicólico u otro alfahidroxiácido (AHA), “ya que se trata de sustancias que, a veces, pueden producir efectos adversos”.