Con el objetivo de reducir la ansiedad en los más pequeños y resolver las inquietudes que puede generar el proceso quirúrgico en ellos y en sus familiares, se ha publicado el relato 1, 2, 3…a dormir. La historia de la operación de Neri, en el que se cuenta todo el proceso al que se ve sometido un niño que tiene que ser operado. El cuento ha sido creado por el Departamento de anestesiología, reanimación y tratamiento del dolor (DARYD) del Hospital Universitario Dexeus-Grupo Quirónsalud, con la colaboración de la compañía biofarmacéutica AbbVie, a partir de una idea de la Dra. Mary Hady Hidalgo, anestesióloga de este centro. La experta nos explica todo el proceso que conlleva una intervención en un menor.

¿Cómo se lleva a cabo el proceso quirúrgico en un niño? ¿Qué pruebas, precauciones o recomendaciones se suelen observar?
La cirugía infantil puede ser programada (la mayoría de las veces), o de urgencia como en el caso de apendicitis, fracturas, etc. El niño es primero visto por el pediatra quien, ante sospecha de necesidad de cirugía, le deriva al cirujano quien finalmente realiza la indicación quirúrgica. Una vez decidida la intervención, el niño acude a la consulta de preanestesia, en la que se realiza una historia clínica completa en busca de riesgos por antecedentes del niño o de sus padres; se evalúa  el estado de salud; se pesa y examina y se piden exámenes de laboratorio. Por último, se da la información sobre las recomendaciones y pautas a observar antes y durante la cirugía y se responde a las dudas que puedan surgir.
El día de la cirugía, se recomienda haber cumplido 6 horas sin comer antes de la hora programada, ir con un padre o adulto responsable, llevar su juguete preferido… El niño entra al área quirúrgica donde una enfermera le recibe y le prepara, le da un jarabe para que esté más tranquilo y luego es llevado al quirófano, mientras sus padres le esperan fuera. En el quirófano le colocamos monitores que nos dirán en todo momento cómo está mientras duerme y luego le dormimos mediante la utilización de una mascarilla que le administra el anestésico mientras respira. Una vez operado se le lleva a la unidad de cuidado postanestésico donde estarán sus padres, esperándole.

Y en cuanto a la anestesia, ¿cómo se administra?, ¿es más complejo o entraña más dificultad que en un adulto?
De forma general, la anestesia para un niño se administra por medio de una mascarilla que permite que se duerma mientras respira espontáneamente gracias a un fármaco inhalatorio, o si es necesario, mediante una medicación endovenosa, a través de una vía sanguínea que se ha colocado con anterioridad.
La anestesia en niños es diferente a la del adulto dadas las particularidades propias del paciente pediátrico, que incluyen los diferentes comportamientos según su grupo de edad, los temores propios de la separación de sus padres y el enfrentamiento a lo desconocido y nuevo para él.  Por otro lado están también las particularidades fisiopatológicas y anatómicas, todo ello hace que la anestesia pediátrica sea una rama especializada dentro de la anestesia.

¿Que técnicas o tipos de anestesia se suelen aplicar a los más pequeños?
La anestesia más usada para los niños más pequeños es la anestesia general, en combinación con técnicas de anestesia local y regional, que mejoran el control del dolor en el postoperatorio.

Y respecto a los efectos secundarios, ¿cuáles son lo más habituales?
Todo  proceso anestésico conlleva riesgos potenciales que el equipo especializado está en condiciones de detectar y tratar. Los más frecuentes incluyen el vómito, el dolor postoperatorio, la dificultad respiratoria en caso de existir una enfermedad respiratoria por ejemplo, las reacciones alérgicas inesperadas…

Su departamento ha creado un cuento para ayudar a los pacientes pediátricos y sus familiares a afrontar un proceso quirúrgico, ¿cómo y por qué surgió esta idea?
La idea del cuento surge a raíz de la experiencia en anestesia pediátrica de nuestra institución, el Hospital Universitari Dexeus, y apoyándonos en la evidencia científica que muestra que un porcentaje importante de pacientes pediátricos que se someten a cirugía presentan ansiedad y que dicha ansiedad puede llevar a trastornos a corto  plazo como la agitación al despertar de la anestesia o a mediano como pesadillas o trastornos del sueño. Los estudios también demuestran que la utilización de herramientas de distracción o de educación y preparación psicológica tanto del niño como del entorno familiar, disminuyen la ansiedad perioperatoria con la consecuente mejoría en la experiencia vivida en torno al proceso quirúrgico y en la calidad general de la atención del paciente.


¿Este miedo o aprensión es muy común? ¿Qué edades suelen ser más complicadas para afrontarlo?
Varios estudios clínicos muestran la presencia de signos de ansiedad, como aprensión o miedo frente a la cirugía, hasta en un 60% de los pacientes, que varía según el tipo de paciente, de cirugía, de institución… A su vez, los niños expresan los signos de ansiedad según su edad, su entorno y sus habilidades de lenguaje o de comunicación. De la misma forma el manejo difiere de un niño a otro. En general la edad en que el apego es mayor, como la preescolar, genera una mayor ansiedad frente a la separación de los padres. Los niños más mayores entienden de forma más clara la necesidad de ser operados y suelen colaborar más y participar más durante el proceso.

Supongo que el principal temor será el dolor…
El temor varía según la edad, de forma que en los más pequeños es a lo desconocido y a la separación, mientras que en escolares el miedo es sobre todo al pinchazo o al dolor. Por ello, tanto el niño como su familia son tranquilizados e informados de todo lo que se les hará y de las múltiples acciones que podemos llevar a cabo para evitar el dolor o hacer que sea poco y controlarlo.

A través de este cuento, y de Neri, su protagonista, se logran disipar las dudas y tranquilizar a lo niños…
El cuento muestra al niño la experiencia que va a vivir de forma sencilla y adecuada a su lenguaje y nivel de comprensión, de forma que, al conocer en qué consiste la cirugía y la anestesia que le daremos para que no le duela, pueda exteriorizar sus dudas y discutirlas con su médico y sus padres. Gracias a la lectura del cuento, el paciente puede llegar más tranquilo al bloque quirúrgico y tener una mejor experiencia en general.

¿En los centros hospitalarios se suele preparar psicológicamente a un niño que va a ser intervenido?
En los centros en los que se operan niños exclusivamente, se llevan a cabo múltiples intervenciones psicológicas de preparación, como juegos y distracción. Cabe citar a modo de ejemplo la existencia de fundaciones de payasos o acompañamiento con animales, cuyo objetivo es mejorar la experiencia quirúrgica. De hecho, el entorno, el ambiente y la decoración infantil contribuyen a dicha preparación. En hospitales polivalentes como el nuestro, dichas intervenciones dependen de cada centro.
La información también es una herramienta de apoyo y preparación psicológica que nos acerca al paciente y abre un espacio de diálogo y proximidad, es por eso que, en nuestro centro hemos desarrollado 1 2 3 a dormir, la Historia de la operación de Neri una historia que nos ayuda a preparar a nuestros pequeños pacientes. El cuento es fruto del trabajo interdisciplinario que parte de la observación, la investigación y la experiencia de los anestesiólogos pediátricos y cuenta con la colaboración de pediatras y psicólogos infantiles.

Y respecto a los padres, supongo que tranquilizarlos a ellos será también fundamental, y más si se trata de un intervención de importancia…
Debemos tener en cuenta que, ante la cirugía de un hijo, ninguna intervención es pequeña. Los padres son los máximos referentes del niño y por ello son los principales transmisores de sus emociones al pequeño. Por tanto es importante que escuchemos sus dudas y sus inquietudes para disiparlas al máximo y que puedan disminuir su ansiedad. Un padre tranquilo es el principal agente tranquilizador para su hijo.

El cuento puede descargarse en pdf en www.anestesiadexeus.com

 

 

 

 

 

 

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María José Merino

María José Merino

Sevillana de adopción y Granadina de nacimiento y de corazón, donde no dudo en escaparme cada vez que puedo. Licenciada en periodismo por la Universidad de Navarra, trabajé durante la carrera en los...